Hablar de economía circular implica la disminución de flujos de materias primas y residuos en procesos productivos, aunque también puede considerarse así a los procesos de apoyo como el caso de la elaboración de libretas para tomar recados o notas de clase que, reutilizando papel impreso por solo una cara, elabora don Julio Mora en la Escuela de Química. Se alude entonces al aprovechamiento energético o material de bienes que han llegado al final de su vida útil. Cerrando ciclos de flujo de energía, materia prima y residuos, se logra la reducción de presiones sobre las fuentes de materia prima y disminución de costos energéticos de proceso, entre otras ventajas de naturaleza ambiental, económica, social y tecnológica.
Los aspectos ambiental, económico y tecnológico se pueden percibir claramente en el ejemplo del reciclaje del aluminio metálico, en el que solo es necesario el cinco por ciento de la energía indispensable para obtener el metal a partir del mineral de origen.
En el aspecto social, el desarrollo de iniciativas de economía circular es una manera de promover el aprovechamiento del talento, ya que la generación de novedades y la eventual innovación implican nuevas oportunidades para la creación de fuentes de trabajo.
El concepto de economía circular incluye la estrategia industrial llamada ecología industrial, en donde se concibe a los residuos de un proceso productivo como la materia prima de otro proceso, ya sea similar o muy diferente. Cuando se involucran recursos biológicos como elementos fundamentales de proceso, se habla entonces de bioeconomía.
Hace siete años se llevó a cabo en el país el Simposio sobre Bioeconomía en la América Tropical organizado por el Micitt y la red AlcueNet. La vicerrectora de investigación de esa época me pidió hacer una presentación sobre un proyecto colaborativo internacional que involucró a mi laboratorio, para desarrollar un procedimiento industrial de obtención de etanol a partir de biomasas agroindustriales residuales (etanol lignocelulósico, proyecto Babethanol). En esa ocasión, pude informar aceptablemente a la audiencia sobre el resultado del proyecto, ya que estábamos esperando la emisión de la patente de invención europea que finalmente se logró. Este comentario es importante para promover mayor interés en el país para llevar a cabo este tipo de proyectos de investigación y desarrollo en el área de la ecología industrial, que como se indicó es una estrategia incluida en el concepto más general de economía circular.
He conversado con algunos profesores en la Universidad para la formulación de proyectos relativos a economía circular de residuos plásticos. Se agrupan entonces en esta línea temática cuestiones como evaluación de los esfuerzos hechos en educación ambiental en el país y las barreras para alcanzar las conductas positivas en la población general, como aspectos de salud pública y reutilización del material de objetos plásticos ya usados. Estos estudios deben ser considerados como pertinentes a las realidades culturales, tecnológicas y de mercado del país; además deben buscar sacar de circulación la libre diseminación de residuos plásticos en el ambiente.
Costa Rica no posee vastos recursos naturales básicos, tal vez agua en movimiento, madera, canteras para la fabricación de materiales de construcción. Aun así, algunas empresas del sector privado pueden ser consideradas como modelos, para la puesta en práctica de novedades productivas circulares que han llegado a constituir realidades de innovación.
Innovación no puede seguir siendo una palabra de moda, insertada a la fuerza en añejos textos de propuestas regulatorias y discursos académicos. Se requiere acción y sobre todo resultados para establecer situaciones innovadoras.
La economía circular es una oportunidad para que el país no tenga que simplemente guindarse del cabús del tren de la prosperidad.
