Costa Rica es un país que se encuentra en un clima tropical con excelentes condiciones para permitir el desarrollo del ser humano. Además de su belleza, tiene la capacidad de proveer de varios recursos que son escasos en otros países, como suelos fértiles y agua potable. Costa Rica posee más de 50 acuíferos y, a pesar de tener todas las condiciones, existen áreas como Guanacaste donde, de acuerdo con un reportaje de La Nación, “[las] lluvias que cayeron a finales del 2016 no fueron suficientes para permear las fincas y contrarrestar los efectos de otro evento El Niño, que terminó a mediados del 2016.” (Solano, 2017) ¿Cómo es posible que existan pueblos que no pueden recibir agua potable, que se considera como un derecho innegable?
Existen varios entes que manejan este recurso hídrico y leyes que fueron creadas con el principio de proteger el agua y sus nacientes, pero se ha demostrado que no es suficiente. Aparecen cualquier cantidad de reportajes sobre lugares donde no hay agua, donde se roban el agua, donde se contamina el agua y hasta donde existen fugas que llevan días sin lidiar. Todos estos problemas se pueden trazar desde la mala administración de estos entes, la cual, a su vez, se debe a la falta de coordinación entre ellos mismos a la hora de administrar las aguas del territorio. Se debe mejorar el dialogo entre estas instituciones, además de divulgar qué tipo de medidas son realmente necesarias para proteger este recurso. Puede ser que la mayor parte de la población tenga acceso a agua potable, pero es inaceptable que se malgaste este recurso sabiendo que existen comunidades que carecen de él y cuya situación se puede arreglar si tan solo las instituciones encargadas se coordinaran entre sí.
