Opinión

Día de la Mujer Médica en tiempos de pandemia

Hoy tenemos una celebración muy importante, el día de la Mujer Médica. El 11 de febrero de 1849 Elizabeth Blackwell recibió el título   que la acreditó como la primera mujer médica en Estados Unidos y en todo el mundo. Hoy, tal vez parezca algo ordinario, para la época en que ella vivió se convirtió en una verdadera hazaña.

Esta mujer sin proponérselo, fue la responsable de abrir el camino para que millones médicas hoy en día pudieran dedicarse a esta noble profesión. Pero para ella el cumplir su sueño de estudiar Medicina que no le fue nada fácil, luchó hasta que, después de que la rechazaron en 10 universidades, solo por el hecho de ser mujer, fue aceptada en el Geneva Medical College de Nueva York y con mucho esfuerzo concluyó la carrera.

Hoy nuestro estudiantado de Medicina enfrenta un gran reto y una gran lucha, que es importante una vez más visibilizar, el poder regresar a los hospitales, el poder realizar esas rotaciones clínicas vitales en la formación seria de un profesional en medicina. Es un hecho que dentro de este numeroso grupo de estudiantes que están viviendo esta triste realidad se encuentra una cantidad importante de mujeres, quienes no enfrentan solo el hecho de no poder concluir sus estudios y cumplir su sueño de ser médicas, sino que atraviesan situaciones económicas y familiares apremiantes.

Aunado a esto, la atención de un paciente con COVID-19 consume recursos humanos y médicos en un sistema de salud que está sufriendo los embates económicos. Sin embargo, tanto hombres como mujeres han demostrado su profesionalismo y compromiso con el país, y han dado la pelea, algunos desafortunadamente han fallecido, aun así, el personal de salud se ha mantenido, pues sin ellos estaría perdida hace tiempo.

Los discursos, las reuniones y las comisiones que se han conformado para que nuestro estudiantado regrese a los hospitales aún no han logrado la ansiada apertura, aunque otros sectores sí lo han hecho. Siguiendo el ejemplo de la Dra. Blackwell, desde la Escuela de Medicina instamos a todas estas futuras mujeres médicas a seguir sus sueños. No están solas, porque dentro de su unidad académica las batallas se están dando, algunas silenciosas. Una de las más importantes es que se han creado puentes internos con los que docentes y el estudiantado se han unido con iniciativas como la que originó un análisis con evidencia científica para demostrar ante las instancias de decisión lo motivos científicos de por qué debe continuarse con la formación médica y no debe postergarse más.

Así mismo, instamos a la administración universitaria actual a apoyar al estudiantado y a nuestra unidad académica para conseguir esta apertura, porque la Escuela de Medicina de la Universidad de Costa Rica defenderá la formación médica seria para la sociedad costarricense, pues demuestra cada día que es la correcta y no debe debilitarse.

Además, hay que apoyar y mantener las becas a los estudiantes, en el actual contexto, y no desfallecer. Así como la primera mujer médica, que aún con la negativa de muchas personas no desfalleció; todo lo contrario, se mantuvo firme, logró los resultados que permiten que el 11 de febrero sea recordado.

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