Con motivo de la celebración de la feria del café, visité el hermoso pueblo de Frailes de Desamparados. Como parte de ese paisaje disfruté del colorido vestuario de varios grupos de indígenas Ngöbe Buglé.
Esta etnia se ubica en el territorio fronterizo entre Costa Rica y Panamá, y se calcula que aproximadamente 15.000 de ellos (hombres, mujeres y niños) se incorporan todos los años a la cosecha de nuestro café y conviven con nosotros aproximadamente durante 5 meses.
En su territorio –determinado por el gobierno de Panamá- y al que el 17 de marzo de 1997 este le concedió el estatus de comarca, se dedican a la agricultura de subsistencia, la pesca y crían libremente algunos animales domésticos.
La Comarca Ngöbe Buglé com- prende: Bocas del Toro, Chiriquí y Veraguas, y posee hermosas playas con arena blanca y grandes bellezas naturales.
Además incluye el humedal Damani Guariviara que es el quinto en importancia en Panamá, constituye un medio de subsistencia para la comunidad indígena y es santuario de especies tales como el águila harpía (ave nacional de Panamá, que está en peligro de extinción), monos aulladores, manatíes y tortugas verdes, baula y boba.
Dada su gran diversidad biológica, en el año 2004 este humedal fue declarado área nacional protegida y en marzo de 2010 fue declarado oficialmente sitio Ramsar.
El interés de los humedales radica en su importancia para la sobrevivencia humana, la conservación de especies de flora y fauna, y de acuerdo con la Convención sobre los humedales de importancia internacional (Ramsar, Iran 1971), se denominan sitio Ramsar a aquellos humedales de importancia internacional así declarados en virtud de su contenido hidrológico, ecológico, botánico y zoológico.
Desafortunadamente, en la actua- lidad este pueblo ha sido desposeído de gran parte de sus territorios, ya que personas ajenas a la etnia han “adquirido” –de manera poco transparente- tierras que forman parte la comarca Ngöbe Buglé, y las han comercializado.
Actualmente, uno de nuestros precandidatos presidenciales tiene interpuesta una demanda contra Panamá por cien millones de dólares.
La razón: haberle impedido construir un hotel que además de estar en la comarca indígena conculcando derechos ancestrales de los habitantes, perjudicaría directamente el humedal Damani Guariviara, en detrimento no solo de los intereses indígenas sino de la humanidad según se establece en la Convención Ramsar.
Así lo consigna en su página la empresa que construiría el hotel, indicando: “Actualmente este proyecto se encuentra paralizado, debido a que nos encontramos en un proceso de arbitraje internacional contra la República de Panamá”.
El proceso de arbitraje fue presentado ante el Centro Internacional de Arreglos de Diferencias Relativas a Inversiones.
Del resultado de ese arbitraje depende la estabilidad y sobrevivencia de la etnia, de muchas especies nativas, y de una riqueza biológica que pertenece a la humanidad.
Acciones como esta, permiten ver que las ambiciones económicas y de poder del hombre no tienen límites, no importa si para obtenerlo necesite destruir o poner en peligro la vida futura de muchos seres, incluida la de los humanos.