Opinión

Derecho de Respuesta del Programa Posgrado en Especialidades Médicas UCR

La Comisión, el Consejo Asesor y la Dirección del Programa de Posgrado de Especialidades Médicas (en adelante PPEM o Programa) hacemos un llamado vehemente a las autoridades universitarias y alzamos la voz ante los ataques y acusaciones sin basamento que ha venido enfrentando nuestro Posgrado por parte de los medios de comunicación, donde se evidencia una lamentable falta a la verdad, que afecta no solamente la labor del Posgrado, sino la credibilidad, la fe pública que enviste al personal médico en el ejercicio de su labor y el profesionalismo que ejercen a su vez como personas docentes, quienes con compromiso y dedicación forman a las futuras generaciones de especialistas de este país y quienes actualmente resguardamos nuestra salud en medio de una situación inédita como esta pandemia.

Como Programa, nuestra ruta de trabajo apunta a la excelencia académica, siempre respetando el pilar de la equidad, la igualdad de oportunidades y la idoneidad comprobada como parámetro constitucional para acceder a un cargo público, dado la figura dual que ostenta nuestra población estudiantil, que además cuenta con un contrato laboral con la CCSS. Hemos realizado esfuerzos con el fin de buscar alternativas y soluciones que nos permitan mejorar la calidad de la formación académica y profesional y a su vez, hemos brindado las herramientas normativas para empoderar a las personas estudiantes y hacer de su conocimiento, desde que ingresan a su Especialidad, las conductas que son reprochables y que, en caso de presentarse, deben denunciar de acuerdo con la situación que se genere, sea, a nivel académico o bien laboral.

Para este Posgrado el acoso laboral, el hostigamiento sexual y las conductas inapropiadas de índole similar son inaceptables, por lo que constantemente se ha comunicado al personal docente, administrativo y al cuerpo estudiantil la importancia de interponer formalmente las denuncias correspondientes para diligenciarlas de manera inmediata sin dilaciones de ninguna especie, como ya lo hemos hecho hasta este momento.

Desde hace varios años, las dificultades que enfrenta el PPEM en el ámbito académico y económico, han sido comunicadas a las altas esferas de la Universidad, haciendo énfasis en temas como la sostenibilidad financiera, necesidad de nombramientos administrativos y docentes en propiedad (a este momento, bajo esta condición no existe ninguna persona) y aspectos relacionados con asuntos estudiantiles debido a sus particularidades derivadas de su doble condición, como estudiantes y funcionarios de la CCSS.

Sin demérito de lo anterior, se percibe cierto desconocimiento respecto a las características y no se visualiza la importancia del PPEM, del cual se desprende en gran medida un sistema de salud eficiente y por ende, la calidad de vida de la población de este país. Ejemplo de lo anterior es la campaña de tergiversación y deslegitimación de los procedimientos de separaciones definitivas por bajo rendimiento académico, los cuales tienen como único fin asegurar que las personas graduadas sean las idóneas académicamente para ser posteriormente nombradas especialistas de la CCSS, procesos manchados por la falta de comunicación eficiente entre el Semanario y el PPEM.

Los aspectos destacados nos sugieren que se requiere un apoyo real por parte de las autoridades competentes, un acompañamiento que nos permita una flexibilización en los procesos administrativos, del personal docente y de la población estudiantil; para realizar nuestras labores de manera más eficiente, comprendiendo que en ocasiones amoldarnos a los requerimientos universitarios ordinarios resulta casi imposible, compartiendo como institución un norte común, consistente en el interés institucional de cumplir con el convenio con la CCSS que nos obliga a respetar lineamientos entrelazados con la excelencia académica, en estricta sinergia con otra institución cuyas particularidades y naturaleza dista del quehacer universitario.

Desde inicios de este año hemos luchado para que la administración universitaria escuche las necesidades y comprendan el funcionamiento del PPEM, pues desde el 2020 y dada la emergencia nacional por la pandemia, las pausas académicas nos han obligado a adaptarnos, reacomodar y buscar alternativas en todos nuestros procesos a nivel académico y financiero. En la medida de lo posible, se ha buscado minimizar el impacto, adaptando el calendario estudiantil y atendiendo al llamado que la CCSS realizó para que las personas residentes asumieran la primera línea de atención del COVID-19 en los hospitales centrales. Estos esfuerzos han calado en la población estudiantil, con un peso físico y mental considerable, sometidos a un sistema de educación universitario rígido, que nos brinda pocas alternativas de solución y que, en el fondo, posee vacíos que ponen en peligro nuestra razón de ser.

No debe omitirse que el PPEM, por situaciones multicausales, enfrentaba ya una grave crisis económica, no obstante, la emergencia nacional ha agravado el estado crítico de nuestras finanzas, disminuyendo considerablemente los ingresos por concepto de matrícula, por cuanto la naturaleza del Posgrado es de vínculo externo y financiado con recursos que no provienen de apoyo presupuestario regular, sino de lo que se recauda por concepto de pago de matrícula. Esta falta de solvencia y la necesidad de mantenernos en nuestras labores habituales, ha generado una deuda con la misma Institución de más de quinientos millones de colones (asignados mediante sobregiros), aunado al hecho de que para el año 2021 la mayoría de población estudiantil solo cancelará el monto correspondiente a un semestre de periodo lectivo, disminuyendo en aproximadamente un 50% los recursos con los que contábamos para cubrir gastos ordinarios y el proceso de selección para ingresar al PPEM, calculado en aproximadamente cuatrocientos cincuenta millones de colones.

Aunado a esto, continuamos con la situación precaria que se enfrenta cada año relacionada con los nombramientos docentes. A este momento existen 941 personas docentes designadas Ad Honorem y 480 a la espera de recursos para gestionar los nombramientos con jornadas de 1/32 de tiempo en la mayoría de los casos o bien 1/16, 1/8 y 1/4 de tiempo, cuyos pagos son prácticamente simbólicos. Solamente las coordinaciones de las Especialidad y algunas personas docentes tienen su nombramiento vigente gracias al respaldo del Sistema de Estudios de Posgrado. Respecto a lo indicado, las distintas instancias del PPEM no visualizan una solución ante esta problemática que implica docencia sin la retribución económica suficiente, lo que desmotiva a quienes con dedicación, pasión y compromiso forman a las personas residentes, asumiendo el peso adicional de separar a quienes según su criterio médico no cumple con los requerimientos para titularse como Especialista, esfuerzo poco valorado y minimizado por el sistema universitario y medios como el Semanario Universidad, quien nunca acudió ante nosotros para atender las justificaciones oportunas, objetivas y legales en torno a casos en donde lo que ha primado es el criterio académico y el bien común, parámetro con base en el cual diversos Tribunales de la República han legitimado en muchos casos nuestro actuar.

Situaciones como la descrita en forma imprecisa por el Semanario Universidad en su nota titulada “Portillos en normativa se habrían usado para castigar a estudiantes que denuncian acoso”, así como las paupérrimas condiciones para impartir academia, la poca o nula intervención o apoyo Universitario, han derivado en quejas, renuncias individuales y amenazas de renuncias masivas a nivel docente que en caso de materializarse, implicaría probables afectaciones a la población estudiantil compuesta por más de 800 personas, así como dificultades para acatar el convenio vigente con la CCSS para la formación de especialistas.

Hoy una vez más, desde nuestra dualidad, como profesionales ejerciendo alguna de las 57 especialidades y a la vez impartiendo docencia e investigación desde el PPEM, nos enfrentamos adicionalmente a que, como resultado de una separación por bajo rendimiento académico, nuestro criterio profesional se vea cuestionado sin respaldo alguno, lo cual constituye una evidente intromisión y falta de respeto hacia nuestra profesión, criterio especializado, experiencia como profesionales en salud y formadores de futuros especialistas, pues cuando se detecta a personas estudiantes que no tienen las aptitudes y conocimientos necesarios, su separación es inminente considerando que su permanencia genera un riesgo de malas praxis en perjuicio de los pacientes. Es necesario destacar que, gracias a un arduo proceso de admisión, el porcentaje de separación de estudiantes es de 2.3% aproximadamente. Es decir, de más de 800 personas estudiando en el PPEM, solamente se han separado 19 en tres años y cuatro meses, superando el porcentaje de personas graduadas de los demás Posgrados de la UCR, con una de las tasas de deserción más bajas de la Universidad. Desde las distintas Especialidades se ha intentado implementar alternativas de solución para mejorar las habilidades y destrezas que deben desarrollar las y los futuros especialistas, tales como exámenes prácticos y orales calificados mediante rúbricas elaboradas por profesionales en evaluación, rotaciones en los servicios médicos más capacitados donde puedan adquirir conocimiento práctico directo, bibliografía de primer nivel, investigación, actualización constante de planes de estudio y programas de cursos, entre otras metodologías, sin embargo, nuestros docentes deben calificar a las y los estudiantes conforme a su experiencia y conocimiento en su materia, al amparo de los criterios y métricas académicas avaladas por el PPEM, siendo que si su nota no es suficiente y no refleja que se está adquiriendo el conocimiento para titularse como especialista, lo recomendable por la misma normativa es la separación definitiva en defensa de intereses superiores como la salud e incluso la vida de las personas. Lo anterior visualiza el impacto directo del PPEM en la salud de las personas y la responsabilidad que descansa sobre nuestros hombros, de allí nuestro criterio implacable en pro de la excelencia académica, no sin antes respetar todas las garantías procesales y derechos de las personas que han obtenido un bajo rendimiento académico.

Los elementos anteriores y muchos otros que respaldamos con la prueba pertinente, nos llevan a solicitar ser escuchados, que nuestras apreciaciones, criterio médico-académico sea valorado realmente, no solo cuando detectamos falencias en la formación de especialistas, sino también como personal docente que trabaja con pasión y amor, sin un incentivo económico razonable por parte de la Universidad, pues es la CCSS la que otorga al personal docente el estímulo de cinco días extra de vacaciones por docencia, independientemente de la Universidad con la que se labore. Así las cosas, el interés que nos mueve es el de contribuir a partir de la formación especializada para suplir las necesidades de especialistas que requiere la CCSS en las distintas áreas, para que la población reciba una atención efectiva que permita la detección temprana de enfermedades, construyendo la práctica médica preventiva en favor de las personas que acuden a profesionales de confianza.

Reiteramos nuestro compromiso en la formación de especialistas graduados bajo los parámetros de excelencia académica, pero a su vez exigimos una intervención de las autoridades universitarias para mejorar y corregir las condiciones en que se encuentra el PPEM, librando batallas para salvar la vida de miles de personas positivas por COVID-19 e impartiendo docencia al mismo tiempo, no obstante, este esfuerzo lamentablemente no nos exonera de cuestionamientos infundados que obvian el fin público del PPEM, sea, formar especialistas capaces de atender eficientemente la salud de las personas aseguradas.

Desde el PPEM contamos con apertura al diálogo y pruebas contundentes para exponer la verdad real que subyace en los casos que han sido presentados por los medios de comunicación de manera sesgada. Nuestra pericia y transparencia nos ha llevado a que ninguna persona estudiante separada haya sido reinsertada al Sistema por criterios judiciales, lo cual demuestra un actuar apegado a la normativa universitaria. Nuestro compromiso y labor desinteresada nos permite también demandar respeto y atención de un tema sumamente delicado como la salud, mejorando y buscando alternativas de solución permanente para nuestro Posgrado.

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