Por primera vez, en la historia de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Costa Rica (UCR), la persona que ocupa la Decanatura, en este caso el Dr. Manuel Martínez Herrera, ha publicado un comentario en el Semanario UNIVERSIDAD para descalificar a un historiador de esa misma Facultad.
Dicho historiador ha sido acusado por el señor decano de arremeter contra la UCR, de cometer muchos exabruptos “a lo largo del tiempo”, de aliarse a “intereses espurios” y de estar “en contra de las conquistas sociales, el Estado social de derecho y, por supuesto, en contra de la educación superior pública, heredera legítima de las reformas sociales”.
También el señor decano atribuye a ese historiador “una estrecha mentalidad” y que duda de que, “históricamente nuestro destino se encuentra en muchos sentidos atado al de los vecinos [centroamericanos], y que sus tragedias serán indefectiblemente también las nuestras”.
No satisfecho con lo anterior, el señor decano también imputa a ese historiador realizar una argumentación “de claro corte neoliberal”, coincidir “con la tesis de Bolsonaro” y representar una “quinta columna” que “habita entre nosotros”.
Al presentar a ese historiador como un quintacolumnista contrapuesto al “nosotros”, el señor decano podría haber incurrido en prácticas similares a las de quienes se valen de tales contraposiciones para discriminar a otros seres humanos (tema que será, sin duda, de obligado estudio en el nuevo Doctorado en Ciencias Sociales sobre América Central).
Puesto que lo único que hizo ese historiador fue publicar un artículo periodístico que no le gustó al señor decano, el violento comentario de esta autoridad académica, plagado de argumentaciones ad hominem, parece ser un claro indicador del estrechamiento de los espacios para expresar opiniones que no tienen el aval previo de quienes ocupan posiciones de poder en la benemérita UCR.
