Opinión

¿De qué sirve un sociólogo?

Hace unos meses leí un artículo de un colega sociólogo de Costa Rica, en el cual mencionaba las razones por las cuales un sociólogo no puede hacer huelga, este artículo mencionaba también alguna de las características de los retos de la sociología para colocarse en el mercado laboral, ejerciendo esta disciplina científica. Sin embargo, los retos también son sociales en materia en general de empleabilidad, además de las características propias de cada profesional que va adquiriendo a lo largo de su formación académica en diferentes ámbitos que le permiten colocarse en el mercado laboral para ejercer dicha profesión.

Para ello, lo primero que hay que aclarar es, a mi criterio, ¿qué definimos como sociología? Existen muchas interpretaciones alrededor de esta disciplina, pero a mí me gusta utilizar dos de ellas: La primera es que la Sociología es una ciencia social que estudia las relaciones entre los seres humanos y su entorno; la segunda es la que define la Sociología como una ciencia social que aborda el estudio de las organizaciones humanas en sus diferentes instituciones en toda la implicación teórica que esto significa.

Una vez dadas las definiciones o conceptos de sociología —que es una de las preguntas más frecuentes que se nos hace a quienes estudiamos esta disciplina—, entonces, entramos a la siguiente pregunta inmediata ¿qué es lo que hace un sociólogo? La respuesta es compleja y también en cierta parte recae en el perfil profesional individual de cada uno de los que estudiamos esta maravillosa disciplina; sin embargo, sí hay aspectos generales que todos a lo largo de su estudio desarrollamos, como, por ejemplo, la investigación documental, conocimiento en metodologías de investigación, análisis desde una perspectiva crítica, análisis de datos, lectura de la realidad social, trabajo interdisciplinario, entre otras.

Y entonces nos preguntamos, si el sociólogo hace tantas cosas ¿por qué le cuesta tanto conseguir empleo? La respuesta a esta pregunta es de carácter de estudio dentro de la disciplina, ya que el problema de la empleabilidad también es una problemática que no escapa de la sociedad a la cual estudiamos y de la cual somos parte. En este sentido, se ha planteado la necesidad de que las personas que contratan y seleccionan el personal también conozcan sobre qué es la sociología, qué es lo que puede hacer un sociólogo y por qué es conveniente tener uno en la empresa. Otra de las razones recae en la perspectiva crítica de la misma disciplina. Y, por último, pero no menos importante que el perfil profesional y las habilidades que se adquieren a lo largo de la disciplina estén adecuadas a la actualidad de los requerimientos del mercado laboral.

Con esto no quiero decir tampoco que no se aprende nada que las empresas no pidan o necesiten de un sociólogo, sino más bien que se necesitan más herramientas con respecto a la misma, por ejemplo, para puestos como: gestor social, gestor de proyectos sociales, responsabilidad social empresarial, trabajo interdisciplinario, conocimiento en gestión presupuestaria y administración pública, entre otras que desarrollan una parte importante del conocimiento para las ofertas laborales.

Otra de las partes fundamentales, a mi parecer, de la problemática de la sociología recae en el reconocimiento de la misma como una ciencia, dentro del amplio espectro de la misma, pues cuando pensamos en ciencia, generalmente, nuestro imaginario inmediatamente piensa en una persona que trabaja con químicos en algún laboratorio o en un doctor con su gabacha, relacionando a la imagen de un científico de las Ciencias Naturales (“Exactas”) y, por supuesto, que esto también se relaciona o tiene que ver con el tema de la empleabilidad, pues es a partir de lo que se considera científico que se relaciona los empleos en investigación así como también la remuneración económica por ello.

Por tanto, siento el deber de informar sobre las cualidades de un sociólogo y el perfil profesional que tenemos en general, porque es importante hablar sobre la utilidad que ofrece tener un sociólogo en diferentes empresas, organizaciones sociales, instituciones y demás. Existen nichos o áreas sociales poco exploradas como: sociólogos involucrados en los procesos de enseñanza de la educación física y el deporte, la gestión de proyectos sociales, la gestión de los espacios, el transporte y la movilidad, los estudios de mercado y consumo, entre otras. Las posibilidades son muchas porque también la sociedad contemporánea es así de compleja y amplia.

Esta es una invitación a acercarse más a los sociólogos como agentes útiles y de cierta forma necesarios para el crecimiento de las empresas, negocios o organizaciones e instituciones que tengan como meta la investigación, gestión, estudio, incluso hasta encuestas sobre los servicios o la actividad relacionada a las relaciones sociales que se producen tanto interna como externamente de la empresa, o la forma indiscutible en que la empresa podría crecer, a través de fondos de algunas entidades o proyectos relacionados a la responsabilidad social empresarial.

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