Según el diccionario usual del Poder Judicial (2020), el Estado social de derecho es un “Estado cuya estructura jurídica, política y económica tiende a garantizar derechos esenciales para mantener el nivel de vida necesario que posibilite participar en las decisiones sociales de la Nación. El Estado social de derecho debe comprender los temas referidos a salud, educación, trabajo, vivienda, cultura, medio ambiente, defensa y asistencia legal y los derechos sociales legalmente incorporados al ordenamiento jurídico”. Sin embargo, ¿actualmente podemos referirnos a un Estado social de derecho en Costa Rica? Veamos algunos datos muy puntuales a manera de ejemplo:
- Primeramente, hablemos de la cuestión presupuestaria, base fundamental para toda política de Estado ya que, sin materialidad económica, no hay política. Según información suministrada por el periódico Semanario Universidad (14 de junio, 2023), el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (Fodesaf), el cual da la mayor sostenibilidad financiera a la política social del país, se encuentra en el punto más bajo de la década y todavía puede bajar más. Se evidencia una caída tendencial del presupuesto de Fodesaf en términos reales, desmantelando considerablemente los programas sociales de nuestro país.
- Un Estado social de derecho vela por la integración social en temas como la educación y salud, sin embargo, estos sectores han sido drásticamente reducidos presupuestariamente, donde las partidas para la educación pasaron de 23% a 15% y la de salud pasó de 14% en el 2022 a 5,8% en el 2024.
- En el 2021, el BANVHI manifiesta la situación que atraviesa la institución, la cual había tenido recortes por ₡336 millones entre el año 2020 y 2021, lo que significó dejar sin solución habitacional a 3.900 familias.
Por lo menos, en el plano formal, la política social debe de atender las necesidades e intereses de la población, generando condiciones para satisfacer de manera general sus demandas y garantizando ciertos servicios sociales constituidos como derechos, sin embargo, la tendencia actual de la política social se encuentra enfocada casi exclusivamente a la atención de la pobreza extrema y de manera precaria, característica del Estado neoliberal, gestado y desarrollado desde hace más de tres décadas. Con estas características, el Estado no atiende de manera integral las necesidades de la población como, por ejemplo, vivienda, salud, educación, etc., sino, que se enfoca en programas poco sistemáticos los cuales no resuelven ni de manera parcial el problema de la pobreza al ser acciones fragmentadas, selectivas y extremadamente focalizadoras, casi siempre condicionando y culpabilizando a las personas por su situación de pobreza.
Esta poca efectividad de los programas sociales se muestra en el incremento continuo de pobreza en el país, donde según los datos del informe Análisis del mercado laboral y pobreza en Costa Rica (2022), una de cada cuatro personas en Costa Rica (el 24,9 %) se ubicó bajo la línea de pobreza para diciembre del 2022, con una tendencia al aumento. La pobreza extrema creció de forma exponencial en los últimos meses del año pasado, donde 8 de cada 100 personas no pudieron satisfacer sus necesidades alimentarias básicas. En abril del 2022, el porcentaje de pobreza extrema fue del 6 %, este rubro creció dos puntos porcentuales en tan solo ocho meses. Sin embargo, la apuesta del Estado, direccionado por las recomendaciones de los organismos financieros internacionales, se enfoca casi exclusivamente en la atención de la pobreza con programas que no tienen como objetivo atacar las causas estructurales y deja de lado otras políticas sociales, lo cual vulnerabiliza más la población.
Con esta realidad, invito a reflexionar ¿Realmente podemos continuar hablando de Estado social de derecho en Costa Rica? O bien, si queremos tener un análisis a conciencia y tomando en consideración que las características de un Estado de bienestar incluyen una distribución de la riqueza y pleno empleo, preguntémonos ¿En algún momento de la historia de nuestro país vivimos en un verdadero Estado de bienestar? O solamente estamos reproduciendo conceptos que no se ajustan a nuestra realidad.
