Opinión

COVID-19 y ansiedad ante la evaluación en línea

La ansiedad, ante la evaluación, es una condición en la cual la persona que está siendo evaluada se muestra excesivamente insegura sobre sus respuestas a los problemas plateados en el examen, incrementando el tiempo que le toma responder a los problemas y en algunos casos cambiando a una opción incorrecta una pregunta que en un primer momento se había respondido correctamente, provocando esto un rendimiento muy inferior a su nivel de conocimiento y a los resultados obtenidos en prácticas y otros contextos menos estresantes.

Este es un problema muy común en el contexto educativo, por lo que suele ser atendido por los y las profesionales de psicología de cada centro docente, enseñándole al o la estudiante afectada ejercicios de respiración y de relajación muscular que pueden ayudarles a disminuir la ansiedad en ese momento. Además, se les enseña a identificar los pensamientos negativos que producen ansiedad y a sustituirlos por otros positivos, de forma que se tenga una mayor seguridad al afrontar este tipo de tareas; en general, se promueve un estilo de afrontamiento activo hacia los problemas cotidianos, relacionados fundamentalmente con el ámbito educativo.

Sin embargo, en el contexto actual de la pandemia, ha sido necesario recurrir a las clases en línea y, por tanto, a evaluaciones en ese formato, por lo que muchos jóvenes no cuentan con un acceso tan directo a las ayudas antes mencionadas. A esto hay que agregar que, aunque está extendida la idea de que todas las personas jóvenes son habilidosas en el uso de computadoras y de herramientas virtuales, esto no siempre es el caso (Saade, Kira, Nebebe, 2017) muestran evidencias de que al menos un 16% de los y las estudiantes presenta un nivel de ansiedad moderado y un 8% un nivel alto de ansiedad al tener que hacer frente a un curso en modalidad en línea. Datos que adquieren mayor relevancia ante el reciente anuncio por parte del MEP, del no retorno definitivo a las clases presenciales para el curso lectivo 2020, debido a la pandemia de COVID-19.

Para paliar esta situación se ha habilitado, por parte del MEP y del Colegio de Psicólogos, la línea de apoyo psicológico “Aquí Estoy”, con los números 2459-1599 y 2272-3774. Que viene a apoyar la tarea que ya estaba brindando desde hace unos 4 meses la línea 1322 del Servicio de Emergencias 911 y el Colegio de Psicólogos. Esta atención ha sido vital para apoyar a muchos jóvenes que están sufriendo problemas de ansiedad en este contexto tan concreto.

Medidas a futuro

No obstante, se hace necesario pensar en qué posibles medidas se podrían implementar para un hipotético escenario en el que el curso 2021 también se viera afectado por la actual pandemia o, como han planteado diversas autoridades médicas, que el coronavirus no llegue a desaparecer del todo, sino que se vuelva endémico y haya años en que se den nuevos brotes importantes que obliguen a nuevos cierres de los centros educativos.

Lo ideal sería que las líneas de atención telefónica, que se han habilitado para hacer frente a esta emergencia, pudieran seguir activas aun después de finalizada la actual pandemia, ya que el proceso de implementar la logística necesaria y entrenar a las personas que formarán parte de la línea toma varias semanas, por lo que empezar todo el proceso nuevamente, cada vez que se produzca un brote importante, implicaría que durante las primeras semanas de la próxima crisis no se pudiera implantar la atención necesaria. Además, los y las profesionales de psicología de los distintos centros educativos, tanto públicos como privados, deberían elaborar perfiles que permitieran identificar a los y las estudiantes que podrían tener mayores problemas para adaptarse a un entorno de evaluación online, de forma que se les pueda dar una atención especializada, tal como se hace con la adecuación curricular en otros problemas de aprendizaje. Finalmente, debería normalizarse el formato de clases online y establecerse que parte del calendario escolar se realice en formato en línea, esto no solo para que deje de ser inusual y por tanto estresante. Sino que además podría disminuir la deserción escolar en zonas del país que son propensas a sufrir en fechas concretas del año de inundaciones u otras condiciones meteorológicas adversas que dificultan el correcto funcionamiento de los centros educativos.

 

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