El modelo económico que utiliza nuestro país, con enfoque neoliberal, ha propiciado que actualmente esté entre los diez países más desiguales y con un nivel de pobreza superior al 20%, con un 1.100.000 de pobres. Eso no favorece la estabilidad social e incumple lo que dispone el artículo 50 de la Constitución Política. Además, tiene un nivel de desempleo del 12%, de los más elevados en los últimos años.
Ahora, nuestro país debe afrontar próximos retos o desafíos de gran trascendencia, como la triada de la desigualdad social, el desempleo y la pobreza, la inseguridad ciudadana, la calidad de la educación, el deterioro del medio ambiente, la pérdida de valores, el abandono del sector agrícola, una infraestructura vial deteriorada y no acorde con la época actual, así como un déficit fiscal que representó un 7,2% del PIB al finalizar el 2018.
Por ello se debe establecer un modelo de desarrollo país que potencie el crecimiento económico, con un incremento del PIB superior al 5%. Pero, especialmente, se debe lograr el desarrollo económico y, por ende, lo que algunas economistas denominan como desarrollo social, donde el desarrollo humano está muy ligado con el individuo. Es decir, en la medida en que se tomen como prioridades en la producción la productividad, la competitividad y el empleo, además de un adecuado sistema de redistribución de los ingresos del Estado para quienes tienen menores ingresos, para fortalecer los sistemas de seguridad social mediante servicios básicos en salud, vivienda y educación, el individuo y la sociedad en general tendrán un mayor beneficio del Estado.
Con lo anterior se obtendrá mayor desarrollo y bienestar en aras del bien común, así como una sociedad más justa, con el fin de evitar situaciones como la siguiente. En los dos últimos años, de acuerdo un representante de las pequeñas farmacias, se han cerrado 129, porque no han podido competir con las grandes cadenas farmacéuticas. A eso se suma una problemática adicional: Costa Rica es uno de los países donde las medicinas son más caras.
En el caso de las pulperías se ha dado una situación similar a la de las pequeñas farmacias. El número de establecimientos se ha reducido sustancialmente debido a que no pueden competir con las grandes cadenas de supermercados. Las pulperías dan empleo a 20.240 personas en nuestro país, de acuerdo con una encuesta conducida por Fundes Latinoamérica, red dedicada a brindar apoyo a pequeñas, medianas y grandes empresas. En el país hay unos 9.600 comercios tradicionales entre abastecedores, minisúperes, pulperías y supermercados independientes, los cuales son la principal fuente de ingreso de 70.840 familias.
En el caso del sector agrícola, los últimos gobiernos lo han tenido abandonado y no se han establecido políticas que propicien la seguridad alimentaria. Por eso se deben implementar políticas para fortalecer al sector agrícola y a los pequeños y medianos agricultores. Hay que tener claro la importancia de que Costa Rica produzca la mayor parte del arroz y frijoles que requerimos consumir.
Hay que recordar lo expuesto por Alan Bojanic, exrepresentante de la FAO en Costa Rica: “El importar no siempre garantiza que uno pueda tener el alimento en el momento apropiado y también hay que ver qué márgenes; uno puede decir más barato en cierto momento, porque en un momento el precio puede ser barato, pero después puede ser caro”. Alan Bojanic indicó, además: “no se debe depender solo de importar alimentos”.
El abandono del sector agrícola ha provocado que algunos pequeños finqueros hayan tenido que vender sus tierras. De acuerdo con información publicada en la Revista Suma en mayo 15 del 2019, la falta de opciones de financiamiento para proyectos agropecuarios es una realidad que golpea fuertemente al productor nacional. “El crédito destinado para el sector agropecuario representa el 3% del total otorgado por el sistema financiero nacional. Muchos operadores financieros se exceden en trámites, incluso hemos comprobado que es más fácil sacar un crédito para comprar un vehículo que otorgar un préstamo al productor agropecuario”, manifestó el presidente de la CNAA.
Un aspecto positivo ha sido la labor que se ha realizado para fortalecer las Pymes. Es de resaltar el aporte de las pequeñas y medianas industrias al desarrollo social y económico del país. De acuerdo con datos del Ministerio de Economía, Industria y Comercio, las Pymes aportan a Costa Rica un 47% del empleo total y 30% del producto interno bruto (PIB). Es decir, las Pymes de Costa Rica le aportan al país un tercio de la producción y la mitad del empleo. Así que contribuyen a que existan más propietarios de pequeñas y medianas empresas.