Opinión

Conflicto de intereses en la formación e incorporación de médicos especialistas  en Costa Rica

“Las enfermedades que no se diagnostican, no se pueden tratar y los problemas que no se reconocen, no se pueden resolver”.

Existe un reconocido, manifiesto, explícito e innegable conflicto de intereses que afecta la formación e incorporación de médicos especialistas en Costa Rica.

El problema no es nuevo, es un asunto añejo, que se ha materializado y perpetuado por el ejercicio profesional mixto, tanto en el ámbito público como privado, que hace de la medicina costarricense una suerte de mercado, donde rigen las reglas de la mercantilización, la competencia, no siempre leal y el ejercicio profesional, algunas veces reñido, por el cuido de los intereses particulares, con una lucha campal clientelar, solamente comparable con las elecciones políticas nacionales.

El proceso de formación de especialistas médicos estuvo monopolizado, durante muchos años, por la Universidad de Costa Rica, a la que debemos la formación de muchos profesionales; hasta que la Sala Constitucional, abrió la posibilidad hacia un oligopolio de universidad pública y universidades privadas, que no tienen “hospitales privados”, entonces deben formar, mediante convenio con la Caja Costarricense de Seguro Social, los  nuevos médicos especialistas.

Históricamente, los médicos especialistas costarricenses, son los profesores de postgrado, trabajan en la Caja Costarricense de Seguro Social, también trabajan a nivel privado, conforman las asociaciones de especialistas, integran los sindicatos gremiales y constituyen los tribunales de evaluación, en el Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, para la incorporación de los especialistas. En pocas palabras “en todas las posibles puertas, es la misma persona la que sale”; esto materializa un conflicto de intereses, insuperable, en el mercado laboral de la medicina especializada.

El Colegio de Médicos y Cirujanos, tiene una responsabilidad irrenunciable, de atender las necesidades de todos sus agremiados, sean médicos especialistas o médicos generales. Existe un trato diferente, para quienes obtienen el título a nivel nacional o en el extranjero, que consiste en eximir de examen de incorporación a quienes se forman en el territorio nacional y en imponer un examen de incorporación a quienes se forman en el extranjero. (Esto, aparte de todo el proceso de acreditación, que se realiza formalmente para cualquier título obtenido fuera del territorio nacional).

El resultado de un proceso “estreñido”, para formar e incorporar especialistas médicos en Costa Rica, es que se tenga una BRECHA; con apenas la tercera parte de los especialistas médicos que se recomienda, por la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Esto causa un aumento en las listas de espera, para procedimientos de medicina especializada. Este es problema más grave de salud pública en Costa Rica, que se encuentra judicializado, al extremo, de que la forma para ser atendido oportunamente, es mediante el recurso de amparo, POR VIOLACIÓN AL DERECHO A LA SALUD Y LA VIDA DE LAS PERSONAS. Mientras subrepticiamente, se desarrolla una odiosa y extorsiva privatización de la salud, que amenaza con destruir la principal conquista social de nuestro país, que es la Caja Costarricense de Seguro Social. Agravado por la deuda billonaria, que el Estado, no quiere pagarle a la benemérita institución.

Ante la falta de especialistas médicos, es obligatorio, para las instituciones involucradas en la atención de la salud pública, buscar una solución, una estrategia integral que permita garantizar la atención médica especializada, con oportunidad y calidad para toda la población costarricense. Debe subsanarse el conflicto de interés que vicia el proceso de incorporación, mediante tribunales neutrales, para fortalecer la seguridad jurídica  de todos los agremiados al Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica. El objetivo de todos, debe ser unívoco en satisfacer la atención médica especializada de las personas que se encuentran en las listas de espera, ya que muchos lamentablemente, fallecen esperando.

 

 

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