Opinión

Con mociones que recortan el presupuesto a la educación y la cultura se inaugura el nuevo edificio de la Asamblea Legislativa

Después de la inauguración de ayer, el edificio del Primer Poder de la República se estrena hoy con discusión de mociones al presupuesto  en la comisión de Hacendarios.

Entre estas mociones se encuentran algunas tendientes a recortar el presupuesto para la educación pública, como por ejemplo el recorte que se impulsa de 190 mil millones, sobre el presupuesto del MEP, el cual afectaría, entre otras cosas, a más de 700 mil estudiantes en más de 2 mil centros educativos, dejándolos sin conectividad a internet, justamente cuando más lo necesitan.

Otra de las mociones en discusión será la número 129, la cual hace un recorte de 6 400 millones al Ministerio de Cultura y Juventud, desfinanciando un sin número de programas que han llevado diversas manifestaciones artísticas y culturales a las regiones, enriqueciendo no solo el acervo cultural que tenemos, sino que también preservando su patrimonio.

Dentro de las mociones tendientes a recortar el presupuesto a la educación, se encuentran las mociones 74, 75, 78 y 81, las cuales afectarían directa o indirectamente a la Educación Superior Pública, pues afectan al FEES.

Tal parece que de nuevo se equivocan los diputados al pensar que debilitando el sistema educativo nacional vamos a salir adelante como país. Es precisamente en momentos como estos que tanto la educación como la cultura deben fortalecerse aún más, con el fin de que podamos brindar a nuestros niños y niñas, muchachos y muchachas futuros profesionales de este país, las herramientas necesarias para enfrentar los retos que nos deja la nueva normalidad.

Si bien es cierto, la crisis por la que estamos pasando amerita la toma de decisiones extraordinarias, a los diputados se les ha olvidado que las universidades hemos sido, somos y seremos parte de la solución y no parte del problema como lo quieren hacer ver a los y las ciudadanas de nuestro país.

Los recortes planteados debilitarían el accionar de las universidades públicas a favor de la lucha contra la crisis que nos ha dejado la pandemia, por ejemplo. Del mismo modo se vería amenazada la oportunidad que tienen muchas u muchos jóvenes, de acceder a una educación superior pública, con altos estándares de calidad y excelencia.

Hago un llamado a la comunidad universitaria a estar presente en la defensa de nuestra benemérita institución. Las acciones que encaminemos hoy lo agradecerán las futuras generaciones. No permanezcamos inertes viendo como se destruye lo que se ha construido a lo largo de estos años. Defendamos la Universidad Pública.

 

 

 

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