Opinión

Cinco décadas de formar comunicadores íntegros

Hace 50 años, el_4_de marzo de 1968, la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva inició sus funciones como una Escuela_de_Periodismo_con_el_objetivo_de_profesionalizar_dicha disciplina en el país

Hace 50 años, el 4 de marzo de 1968, la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva inició sus funciones como una Escuela de Periodismo con el objetivo de profesionalizar dicha disciplina en el país, donde ya operaban varios periódicos, radioemisoras y programas de televisión.

Para la creación de esta unidad académica, el Rector de ese momento, don Carlos Monge Alfaro, promovió una Escuela donde más que formar técnicos se buscara formar personas cultas que proporcionaran “información bien orientada para que inculquen en la opinión pública cómo se debe opinar”.

Fue así como la Escuela de Comunicación Colectiva comenzó a consolidarse gracias al aporte de muchísimos hombres y mujeres, cuyos nombres hicieron posible la formación integral de los periodistas y comunicadores del país.

Cinco décadas después de su creación, la Escuela muestra un rostro muy distinto. Contamos con 600 estudiantes activos que cursan cinco concentraciones distintas: Periodismo, Comunicación Social, Publicidad, Relaciones Públicas y Comunicación Audiovisual y Multimedial. Asimismo, ofrecemos dos licenciaturas: Comunicación Estratégica y Diseño y Desarrollo de Contenidos Transmedia.  Además, tenemos un estrecho vínculo con el Centro de Investigación en Comunicación (Cicom) y el Posgrado en Comunicación.

En el ámbito de la innovación docente, contamos con la colaboración de más de 70 profesores y profesoras, cuya meta es la excelencia académica y la calidad, pues somos una carrera reacreditada por el Sistema Nacional de Acreditación de la Educación Superios (Sinaes), lo cual nos ha consolidado como la mejor Escuela de Comunicación de Centroamérica.

Nuestra misión ha evolucionado y busca formar a profesionales íntegros, críticos, humanistas, independientes y competentes en diferentes ámbitos de la comunicación mediante la acción integrada de la docencia, la investigación y la acción social.

Sin duda alguna, los cambios vertiginosos en las tecnologías de la información abren el desafío del papel de los comunicadores en un planeta, precisamente, reinado por la comunicación.

En un contexto donde las personas reciben un constante bombardeo de información en tiempo real, donde los ciudadanos están sobresaturados de datos, donde las informaciones falsas se mezclan con la realidad en una política de la posverdad, más que nunca se requiere del trabajo de comunicadores responsables y éticos, que brinden información veraz y de interés público a las y los ciudadanos para su toma de decisiones.

De ahí que, luego de pasar revista a las últimas cinco décadas, debamos pensar en los retos futuros para nuestra unidad académica y para la comunicación como disciplina.

En la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva no queremos formar únicamente periodistas, publicistas, comunicadores sociales, relacionistas públicos o productores audiovisuales y multimediales. Queremos formar personas íntegras que comprendan que la comunicación es un derecho humano y que su misión como profesionales de la comunicación es la de brindar un servicio público, aunque, muchas veces, esté en manos privadas.

Creemos que los comunicadores formados en nuestra unidad académica tienen el compromiso de buscar siempre la verdad, respetar las diferencias, denunciar la corrupción, vigilar constantemente los poderes del Estado y del sector privado, así como generar contenidos que permitan a los ciudadanos formarse un criterio y actuar.

Nuestros graduados deben pasar de ser emisarios a curadores de la información para sus audiencias, así como ser creativos, innovadores y emprendedores con el fin de mejorar las condiciones de la comunicación en el país y en el mundo.

Para los próximos 50 años, nos comprometemos a continuar formando profesionales en la misma línea que ha inspirado al estadounidense Noam Chomsky, para quien “el papel de los medios de comunicación en la política contemporánea nos obliga a preguntar por el tipo de mundo y de sociedad en los que queremos vivir y qué modelo de democracia queremos para esta sociedad”.

Es por ello que el papel de la Escuela de Ciencias de la Comunicación Colectiva, de sus estudiantes y de sus graduados, cobra hoy importancia más que nunca, pues pone sobre la mesa el tipo de país al que aspiramos y sobre el que debemos informar con veracidad pero, sobre todo, con responsabilidad.

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