Opinión

Bancrédito, a 2 años del cierre

Hace dos años, el país nuevamente vio teñirse de gris su sistema financiero. Exactamente el 26 de mayo del año 2017, el gobierno de la república,

Hace dos años, el país nuevamente vio teñirse de gris su sistema financiero. Exactamente el 26 de mayo del año 2017, el gobierno de la república, bajo la administración del señor Don Luis Guillermo Solís Rivera, da la orden de proceder con el cierre técnico del Banco Crédito Agrícola de Cartago (Bancrédito), talvez para sorpresa de propios y extraños (igual suerte corrió el Banco Anglo Costarricense en 1994). La institución venía acarreando, desde meses atrás, una difícil situación financiera, agravada por la salida de inversiones del INS, CCSS y especialmente del Banco de Costa Rica, quien procedió a absorber su patrimonio.

Atrás quedaron las promesas del Poder Ejecutivo de brindar su apoyo logístico y de capital para mantener a la institución trabajando, la cual, a pesar de ser de los bancos estatales el más pequeño (de acuerdo a su patrimonio), mantenía cobertura en todas las provincias, diferenciándose por su trato humano con la clientela, la cual manifestó hasta el final su fidelidad y preferencia por el Banco de Cartago. Por lo tanto, era necesario un análisis integral y ejecutar decisiones administrativas inmediatas  que solventaran la situación.

Hoy la historia ha pasado la página, como es común en nuestra sociedad, nada dura más de 3 días. Los temas de actualidad son la final del campeonato de primera división del fútbol nacional y si debe o no Costa Rica establecer acuerdos con países que administren sistemas políticos diferentes al nuestro.

Sin embargo, quienes no pueden pasar la página, son los centenares de ex empleados de la institución, que aún hoy, luego de dos años, continúan engrosando el 12% de los desocupados del país. Funcionarios que reflejan un capital humano inigualable, profesionales del sector bancario nacional con gran experiencia en el sector y mercado crediticio, quienes podrían contribuir de gran manera al proyecto país.

De forma lamentable, las promesas de reubicación laboral del ejecutivo no se concretaron, obligando a cada quién a buscar oportunidades laborales fuera de su sector y/o experiencia. En riesgo está la manutención de cientos de familias que de igual forma se vieron afectadas por la decisión del 2017.

La falta de decisiones claras y contundentes del gobierno, ayer con la situación del banco al igual que hoy con lo que nos atañe, retrasa la reactivación económica del país, vemos como los despidos se han vuelto frecuentes y como cada vez más hay rótulos de “se vende” en las ventanas de los edificios que en otrora albergaron empresas reconocidas.

Esperamos que este nuevo año de administración traiga consigo asertividades, mismas que impulsen y maximicen la eficiencia del aparato estatal, y consecuentemente mayores oportunidades para la población, en especial para quienes aún esperan se honre las deudas asumidas.

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