El que a estas alturas todavía se queja de falta de información, es tonto o perezoso: san Google proporciona cargamentos enteros; las redes sociales le ponen cada una su picante… El problema es el cristal con que se mira, y los espejos cóncavos y convexos abundan.
Tomemos concretamente el caso del actual presidente sirio. Décadas de régimen fuerte han llevado a estabilidad, que no a progreso global. Los ecos que desde Damasco me llegaron, hace cuatro décadas eran esperanzadores, marcando progresos frente a secular represión y atraso.
La familia Assad pertenece a la rama tolerante del islam, llamada Alawid. Las mujeres sirias tienen el mismo derecho que los varones a la educación, a la salud y al estudio. No tienen obligación de llevar el burka. Gran cosa: la ley islámica o sharia resulta inconstitucional. Siendo así, maravilla, Siria es el único país de la región donde no se tolera movimiento islámico extremo, menos extremista.
Contrario también a la norma en la región, donde si acaso el 1% todavía resulta cristiana e constante ambiente hostil, en Siria, un 10 % de la población pertenece a denominaciones cristianas, integradas en la vida política y social del país. En la historia, no menos de cinco papas fueron sirios, con lo cual florece una tolerancia grande y única en la región.
Todo ello sobresale, por lo que informa: http://madravolt.blogspot.com/…/facts-you-need-to-know-abou… El problema no reside entonces en los elementos citados; son de triple índole. Por un lado, el descubrimiento de grandes reservas petroleras por las alturas de Golán, territorio ocupado por Israel desde la fulminante guerra de 1967. En seguida van los grandes intereses geopolíticos rusos por preservar por allá sus intereses militares con una salida al Mediterráneo.
Por último, y no el factor menor, está la familia misma del presidente: tanto su padre como él mismo se han caracterizado por un irrespeto absoluto de derechos humanos, torturas en dimensión industrial (hay catálogos), además de armas químicas que supuestamente fueron entregadas todas…
Es en este contexto que la persona de Assad, aferrándose al poder desde hace seis años en una guerra civil de incalculable daño civil e histórico, en vez de coadyuvante de solución se ha vuelto parte del problema. El saliente presidente de Francia fue de los pocos en dejar aquello claro desde el principio de su mandato. Total que cabe concluir que de aquel Assad, ha habido asaz ambiguo… En nombre del país, de la región y del mundo cabe una salida de su persona. Fuera.
