Opinión

Algunas causas del conflicto escolar se pueden prevenir con la mediación

El conflicto es una situación inherente a la existencia del ser humano; por lo tanto, es inevitable que surja en los distintos contextos_sociales_y_la_escuela_no_se_exime_de_afrontar_experiencias_conflictivas_en_sus estudiantes

El conflicto es una situación inherente a la existencia del ser humano; por lo tanto, es inevitable que surja en los distintos contextos sociales y la escuela no se exime de afrontar experiencias conflictivas en sus estudiantes. Los conflictos más comunes entre estudiantes son disputas por artículos escolares, juguetes, preferencias en el uso de un ordenador en el salón de clases, el sitio en la fila o en el escritorio de trabajo, la escogencia de un juego o el espacio en el patio de recreo o en el comedor, o cuando a dos estudiantes les gusta la misma chica o el mismo chico.

Estas situaciones pueden presentarse con agresión física o verbal, como insultos, gritos, empujones, jalones de pelo, zancadillas y mensajes amenazantes en dispositivos o en redes sociales. Algunos de estos casos se atienden en la Contraloría de Derechos Estudiantiles del Ministerio de Educación Pública de Costa Rica, tal y como se observa en las cifra de 377 casos de acoso escolar y abuso psicológico denunciados en el año 2015. Cuando las situaciones de acoso o de abuso se producen en la escuela o en el colegio, y no son gestionadas oportunamente y de manera correcta por su gravedad, pueden cobrar consecuencias severas e irreversibles para la vida y seguridad del estudiantado. En este sentido, algunos casos ya no pueden ser atendidos en sede administrativa sino que pasan a sede judicial.

Las causas del conflicto son endógenas o exógenas, susceptibles de mediación si no atentan contra derechos indisponibles por las partes en conflicto. Por un lado, son endógenas las que surgen de la estructura organizacional, tales como la normativa escolar, su clima organizacional, las actitudes autoritarias del cuerpo docente y administrativo, y las características del grupo de estudiantes. Por otro lado, son exógenas las externas a la escuela que perjudican al estudiante en su proyecto académico y en sus relaciones sociales. Estas se manifiestan en bajo rendimiento, ausentismo o hasta abandono escolar. Además, interfieren factores sociales asociados con el consumo de drogas, pandillaje, condiciones económicas extremas, disfunción familiar y otras causas exógenas que suelen desencadenar cuadros de violencia.

También lo constituyen necesidades individuales insatisfechas de índole personal, social, familiar, académico o cultural y pueden ser interpersonales, grupales o intergrupales. Algunas veces, es complejo determinar si existe o no conflicto, pero docentes y directores deben capacitarse para prevenirlo y atenderlo con el fin de evitar situaciones de riesgo para la vida del estudiantado.

La familia delega su autoridad, vigilancia y cuidado de su hijo al director  institucional, quien con fundamento en el concepto in vigilando deberá cuidarlo como lo haría un buen padre de familia. De estos conceptos, in vigilando y educación, surge una relación jurídica, por la cual los jefes de escuelas o colegios podrían enfrentar responsabilidad por los daños provocados a sus alumnos menores de 15 años que estén bajo su cuidado, a tenor del artículo 1048 del Código Civil patrio, con la respectiva responsabilidad que tienen los jerarcas ministeriales.

Existen conflictos estudiantiles que se pueden prevenir con métodos alternativos para la resolución de conflictos como la mediación, que, si bien es un instrumento de origen jurídico, puede aplicarse perfectamente al ámbito educativo.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido