Opinión

Aborto terapéutico

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La Ministra de Salud le dijo a la Ministra de la Condición de la Mujer que el aborto terapéutico “no es prioridad debido a un acuerdo entre Carlos Alvarado y Rodolfo Piza”, dos buenos católicos que obedecen a la Conferencia Episcopal cuando entienden la  interrupción del embarazo como un pecado que hay que evitar, así le cueste la vida a las mujeres.

Pero este pecado no ha sido siempre así. Indagando en la historia descubrí que la prohibición católica al aborto aparece muy tarde, recién en 1869, con el papa Pío IX (Apostolicae Sedis), en coincidencia con el desarrollo industrial que necesitaba mucha mano de obra. Mucho antes, Tomás de Aquino sostenía que la “animación” del feto no ocurría en el momento de la fecundación y que “no se puede hablar del alma viva en un cuerpo privado de sensaciones (…) en una carne todavía no formada” (Summa Theologica, 3,10,64).  Por su parte, San Jerónimo  opinaba que “no se puede hablar de homicidio antes de que los elementos  esparcidos reciban su apariencia y sus miembros…” (Epístola 1214).  En la Biblia solo hay dos referencias al aborto; una corresponde al Antiguo Testamento  (Éxodo 21-22,24) y su castigo era una multa, y la otra aparece en el Nuevo Testamento  solo como prueba de adulterio.  Por su parte, para los  Papas Inocencio III y Gregorio IX el aborto solo se prohibía cuando el feto estaba “vivificado”, esto es, con la gestación avanzada (Canon Sicut Es). Y en el documento De Sancto Matrimonii Sacramento, de 1737,  se permitía el aborto en casos de violación o peligro de muerte de la mujer.

Mi propósito al hacer esta pequeña investigación –cuya fuente es El aborto en la Historia de la Iglesia Católica de Emilio J. Corbiere– es hacer ver a la Conferencia Episcopal que tiene argumentos teológicos suficientes para acercar la iglesia a los Derechos Humanos, como ya lo está haciendo  el papa Francisco con  los curas pedófilos, que del confesionario pasaron a los tribunales.

Por eso es tan necesario el Estado laico. Porque al dejar morir a una mujer para evitar un pecado, lo que realmente se está cometiendo es un delito.

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