Opinión

¿A dónde nos empujan? Polarización, desigualdad, crisis, COVID-19

El mundo es un coliseo romano por divisiones, múltiples ideologías, luchas de poder y con indicadores por el desequilibrio irreversible en distintos campos.

El mundo es un coliseo romano por divisiones, múltiples ideologías, luchas de poder y con indicadores por el desequilibrio irreversible en distintos campos. Las acciones de políticos son fructíferas para incrementar las diferencias de clases sociales en momentos de crisis económica a nivel global (Ejemplo el IVA en Costa Rica). Sin embargo, China mantiene una economía fuerte y sigue haciendo inversiones multimillonarias, la India ha presentado un crecimiento importante impulsado sobre todo por el acceso a todo tipo de tecnologías extranjeras,  Rusia después de la compra de compañías petroleras extranjeras presenta un buen crecimiento económico. Aunque las alianzas comerciales y políticas con China ha molestado mucho a Estados Unidos quien ve amenazada su hegemonía monetaria y colonialista. Al mismo tiempo, la Unión Europea presenta problemas de divisiones internas: salida de Inglaterra, las secuelas por ayudas económicas a Grecia, una Alemania proteccionista, Francia y España con inestabilidad sociopolítica, así como el enfrentamiento comercial: Estados Unidos, Europa, China y Rusia.

En otras regiones también hay intereses con sangrientos conflictos, entre ellos: Siria, Arabia Saudita, Venezuela, Corea del Norte (Desafía a Japón y a Estados Unidos). Asimismo, hay millones de muertos por enfrentamientos en otros países donde hay guerras, como Yemen, Irak, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur y el Congo. También América Latina ha tenido muchas manifestaciones de polarización principalmente de los pueblos por decisiones injustas de sus gobernantes. Hay una creciente polaridad y desconfianza entre Gobiernos, al tiempo que millones de personas mueren de hambre mientras los Estados invierten de forma acelerada sus recursos en armas.

El “coliseo terrícola” padece polarizaciones muy complejas con consecuencias negativas importantes que a la vez son claves para controlar todas las esferas con factores entremezclados, como política, economía, ideologías narcisistas, salud débil, educación retrógrada, seguridad alimentaria y ciudadana maquilladas. Pero al sumarle el “efecto pandemia” este actúa como detonante que se potencia la escasez de recursos, a lo cual se suman: educación virtual más deshumanizante —eventualmente más controlada y estandarizada— caos económico, enfermedad, confinamiento, oportunismo, muerte, estrés, desempleo, desesperanza y esperanza a la vez, entre otros.

¿Cuál gobierno se beneficia con todo esto? Ninguno, es la élite económica o “parásitos” (con las disculpas del caso a los parásitos); el 1% de la población que controla el 82% de la riqueza del planeta (BBC,2020), la cual no se rige por normas de un país, leyes o valores cristianos; más bien se impone por medio de la “monoglobopodersangrilización”, el miedo, la pobreza y opresión. Estos parásitos sociópatas-antropófagos no ven mayor diferencia entre “una vida humana” y un frijol.

La Cepal (La Comisión Económica para América Latina y el Caribe) indica que “La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos del COVID-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a través de una mayor integración. Esa es la justificación para un nuevo organismo con representación mundial y con al menos diez potencias con miras a una nueva hegemonía del poder y una nueva moneda ante la caída del dios dinero.

Pero hay acciones en nuestras propias manos: como cuidar los recursos, ser más solidarios e inclusivos. La unión empieza con buena actitud y se expande cuando interactuamos de forma consecuente a la necesidad del otro. Hay que producir alimentos y plantas medicinales, eso da un poco de libertad, además facilita intercambiar recursos en tiempos convulsos.

Fuente: Erick Flores A.

M.A.E Nahima Piedra Delgado

M.A.E María Patricia Umaña Echeverría

M.GyRh Erick Flores Arroyo

Opinión

¿A dónde nos empujan? Polarización, desigualdad, crisis, COVID-19

El mundo es un coliseo romano por divisiones, múltiples ideologías, luchas de poder y con indicadores por el desequilibrio irreversible en distintos campos.

El mundo es un coliseo romano por divisiones, múltiples ideologías, luchas de poder y con indicadores por el desequilibrio irreversible en distintos campos. Las acciones de políticos son fructíferas para incrementar las diferencias de clases sociales en momentos de crisis económica a nivel global (Ejemplo el IVA en Costa Rica). Sin embargo, China mantiene una economía fuerte y sigue haciendo inversiones multimillonarias, la India ha presentado un crecimiento importante impulsado sobre todo por el acceso a todo tipo de tecnologías extranjeras,  Rusia después de la compra de compañías petroleras extranjeras presenta un buen crecimiento económico. Aunque las alianzas comerciales y políticas con China ha molestado mucho a Estados Unidos quien ve amenazada su hegemonía monetaria y colonialista. Al mismo tiempo, la Unión Europea presenta problemas de divisiones internas: salida de Inglaterra, las secuelas por ayudas económicas a Grecia, una Alemania proteccionista, Francia y España con inestabilidad sociopolítica, así como el enfrentamiento comercial: Estados Unidos, Europa, China y Rusia.

En otras regiones también hay intereses con sangrientos conflictos, entre ellos: Siria, Arabia Saudita, Venezuela, Corea del Norte (Desafía a Japón y a Estados Unidos). Asimismo, hay millones de muertos por enfrentamientos en otros países donde hay guerras, como Yemen, Irak, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur y el Congo. También América Latina ha tenido muchas manifestaciones de polarización principalmente de los pueblos por decisiones injustas de sus gobernantes. Hay una creciente polaridad y desconfianza entre Gobiernos, al tiempo que millones de personas mueren de hambre mientras los Estados invierten de forma acelerada sus recursos en armas.

El “coliseo terrícola” padece polarizaciones muy complejas con consecuencias negativas importantes que a la vez son claves para controlar todas las esferas con factores entremezclados, como política, economía, ideologías narcisistas, salud débil, educación retrógrada, seguridad alimentaria y ciudadana maquilladas. Pero al sumarle el “efecto pandemia” este actúa como detonante que se potencia la escasez de recursos, a lo cual se suman: educación virtual más deshumanizante —eventualmente más controlada y estandarizada— caos económico, enfermedad, confinamiento, oportunismo, muerte, estrés, desempleo, desesperanza y esperanza a la vez, entre otros.

¿Cuál gobierno se beneficia con todo esto? Ninguno, es la élite económica o “parásitos” (con las disculpas del caso a los parásitos); el 1% de la población que controla el 82% de la riqueza del planeta (BBC,2020), la cual no se rige por normas de un país, leyes o valores cristianos; más bien se impone por medio de la “monoglobopodersangrilización”, el miedo, la pobreza y opresión. Estos parásitos sociópatas-antropófagos no ven mayor diferencia entre “una vida humana” y un frijol.

La Cepal (La Comisión Económica para América Latina y el Caribe) indica que “La única opción estratégica en el mediano plazo para mitigar los efectos del COVID-19 en la región es avanzar hacia un nuevo modelo de desarrollo a través de una mayor integración. Esa es la justificación para un nuevo organismo con representación mundial y con al menos diez potencias con miras a una nueva hegemonía del poder y una nueva moneda ante la caída del dios dinero.

Pero hay acciones en nuestras propias manos: como cuidar los recursos, ser más solidarios e inclusivos. La unión empieza con buena actitud y se expande cuando interactuamos de forma consecuente a la necesidad del otro. Hay que producir alimentos y plantas medicinales, eso da un poco de libertad, además facilita intercambiar recursos en tiempos convulsos.

Fuente: Erick Flores A.

M.A.E Nahima Piedra Delgado

M.A.E María Patricia Umaña Echeverría

M.GyRh Erick Flores Arroyo

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