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Prueba de COVID-19 elogiada por Trump produciría muchos falsos negativos

En un estudio, el exámen desarrollado por la corporación Abbott produjo falsos negativos en un tercio de las veces en que la muestra se transportó en una solución líquida, y el 48% de las veces en que se mantuvo seca.

Una prueba rápida del nuevo coronavirus concebida por los laboratorios Abbott, promocionada por Donald Trump y utilizada diariamente en la Casa Blanca, arroja entre un tercio y la mitad de resultados negativos falsos, según un estudio preliminar realizado por investigadores de la Universidad de Nueva York (NYU).

La prueba, que produce resultados positivos en 5 minutos y resultados negativos en 13 minutos, se comparó con la de otro aparato más lento, cuya respuesta está al cabo de 45 minutos.

Recientemente, el ayudante de cámara de Trump y la encargada de prensa del vicepresidente Mike Pence dieron positivo, por lo que se intensificó la reaización de prubas en la Casa Blanca.

Los investigadores encontraron que la prueba de Abbott produjo falsos negativos aproximadamente en un tercio de las veces en que el hisopo nasal con la muestra se transportaba en una solución líquida, y el 48% de las veces en que el hisopo estaba seco, que es el método recomendado por la compañía.

Los resultados de la comparación fueron publicados de manera preliminar en el sitio público biorxiv.org, donde miles de investigadores divulgan sus estudios en línea a la espera de que sean evaluados por una revista científica.

El centro médico Langone en la Universidad de Nueva York quiso verificar la precisión de la nueva prueba porque esta aceleraría en gran medida la detección de pacientes positivos que llegan a la sala de emergencias y se sospecha que están infectados con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2.

Además de la rapidez, su ventaja es que se realiza en el sitio, en una pequeña máquina llamada ID NOW, sin necesidad de enviar las muestras a un laboratorio.

En comparación, la prueba molecular (PCR) del grupo farmacéutico Roche da resultados en tres horas y media, y la de Cepheid en 45 minutos.

Para detectar la presencia del virus en una muestra (tomada de la parte posterior de la nariz o la garganta), estas pruebas buscan el material genético del virus y usan un método que hace copias rápidamente para amplificar una muestra inicialmente pequeña a una escala que sea detectable.

La prueba de Abbott, según este estudio comparativo, es relativamente confiable cuando anuncia un resultado positivo.

Pero su efectividad parece disminuir rápidamente cuando se reduce la cantidad de virus en la muestra inicial, lo que hace que pierda muchos resultados positivos.

Esta alta tasa de falsos negativos “hace esta tecnología inaceptable en nuestro entorno clínico”, concluyen los autores.

El 30 de marzo, el propio presidente estadounidense presentó la máquina de Abbott, que pesa alrededor de 3 kg y tiene el tamaño de una tostadora, en la Casa Blanca.

Un portavoz de Abbott respondió que los resultados del estudio eran “inconsistentes” con los de otros estudios, y afirmó que “la tasa de falsos negativos informados a Abbott era de 0,02%”.

“Ignoramos si las muestras han sido analizadas correctamente en este estudio”, agregó el portavoz.

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