Mundo El Salvador

Policías y militares responsabilizados por ejecuciones de civiles

Hechos se dieron en el 2015 y ambas instancias mintieron sobre lo ocurrido.

Una investigación de la Procuraduría para la Defensa de los Derechos Humanos (PDDH) de El Salvador, determinó que tanto la Policía Nacional Civil (PNC) como la Fuerza Armada mintieron respecto a hechos ocurridos en marzo y agosto del 2015, respectivamente.

De acuerdo con la información divulgada por el diario electrónico El Faro, las investigaciones de la PDDH determinaron que se trató de “ejecuciones extralegales”.

En ambos casos murieron menores de edad y en ambos las instituciones implicadas originalmente adujeron que se trató de “un enfrentamiento” con pandilleros.

La PPDH basó su investigación en análisis de autopsias, entrevistas a forenses y a sobrevivientes de ambas masacres, así como visita a los sitios.

EJECUCIONES

El 26 de marzo del 2015 en un sitio conocido como Finca San Blás, en la localidad de San José Villanueva (a unos 27 kilómetros al sur de San Salvador), la policía mató a ocho personas, incluidos dos menores de edad.

En este caso los hallazgos de la PPDH no sólo determinaron manipulación de la evidencia antes de que llegaran los investigadores forenses -incluso se movieron los cadáveres-, sino que recavaron el testimonio de una Consuelo Hernández, madre de un sujeto erróneamente identificado como pandillero.

Hernández escuchó tanto a su hijo como a una menor de edad implorar por su vida antes de ser ejecutados.

El caso que vincula a la Fuerza Armada se dio el 15 de agosto del 2015, en el municipio de Pachimalco, en San Salvador.

La versión oficial en su momento apuntó que militares y policías entraron al caserío La Loma pues habían detectado movimiento de pandilleros de un grupo denominado Barrio 18-Revolucionarios, al llegar supuestamente fueron recibidos a balazos desde el interior de una casa de adobe.

Así las autoridades sostuivieron que policías y militares respondieron y mataron a todos, menos a uno que fue detenido.

Sin embargo, el diario La Prensa Gráfica en su momento investigó el hecho y recavó testimonios según los cuales los pandilleros habían depuesto las armas y se habían entregado, luego de lo cual fueron ejecutados fuera de la vivienda.

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