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Policía de Nicaragua cambia su versión sobre asesinato de estudiante brasileña

Rayneia Lima era tan dulce como los brigadeiros que vendía en la Universidad Americana (UAM).

Aquella morena bronceada, que ofrecía esos dulces brasileños con sonrisa perenne, parecía sacada de las costas de Ipanema: espigada, guapa, con la bandejita en mano y su acento de Bossa nova repartiendo saludos. Nadie podía resistirse a comprarle los confites con los que costeaba parte de los aranceles de su carrera de Medicina.

Hacía siete años que Rayneia Lima llegó a Nicaragua a estudiar. Le faltaban unos meses para graduarse, pero la noche del 23 de julio paramilitares gatillaron su “sueño” de ser doctora. Los encapuchados la hirieron a muerte en reparto Lomas de Monserrat en Managua, a unos 500 metros de la sede de Albanisa (empresa propiedad 59% de la petrolera estatal venezolana Pevdesa y 41% de Petronica).

Rayneia fue atacada a eso de las once de la noche exactamente en la calle que conecta la Pista Suburbana y el Colegio Americano, en la zona curva de la vía, entre el condominio Lomas del Consuelo y el portón principal del Americano. La joven de 31 años salió de su turno en el hospital Carlos Roberto Huembes y se sumó a la despedida de un amigo. En la fiesta estaba su novio, Harnet Lara Moraga. Ambos decidieron regresar a casa. Cada uno en su carro. El de Rayneia Lima era un Suzuki Alto color gris. Al separarse, los paramilitares abrieron fuego contra la brasileña. No está del todo claro si los encapuchados la obligaron a detenerse o dispararon de inmediato. Lo cierto es que después de matarla, los paramilitares desaparecieron del perímetro de seguridad de Albanisa y “Chico” López. El Suzuki de la víctima también desapareció.

Lara Moraga escuchó los disparos y el choque del auto contra uno de los costados de la calle, y regresó a auxiliar a Rayneia Lima. El novio contó a los médicos del Hospital Militar que vio a los “tres paramilitares encapuchados” que dispararon. Levantó las manos cuando se acercó al carro de su novia, pero los armados no le hicieron nada. La vio desplomada, la cogió entre sus brazos y la trasladó al Hospital Militar, donde, por esas casualidades inexplicables, estaban de turno algunos de sus compañeros de clases.

El rector de la UAM, Ernesto Medina, narró que los alumnos le avisaron del deceso de Rayneia Lima a la una de la madrugada. “Recibió un balazo en el pecho que le dañó el corazón, el diafragma y parte del hígado”, precisó Medina luego de hablar con uno de los médicos que intervinieron quirúrgicamente a la joven. “Fueron balas de alto calibre las que la hirieron”, agregó el rector. Al cierre de esta edición, Medicina Legal no detalló el calibre de los proyectiles ni el número.

La protesta del Gobierno de Brasil fue inmediata. La Cancillería sudamericana condenó y exigió una investigación al régimen de Daniel Ortega. La Policía Nacional emitió la nota de prensa 91-2018 el 24 de julio responsabilizando del crimen a “un guarda de vigilancia privada”. Sin embargo, la institución no detalló el nombre del supuesto guarda ni la empresa para la que laboraba.

Lomas de Monserrat se militarizó tras el ataque de grupos paramilitares bajo órdenes de Ortega a la Universidad Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua) el pasado viernes 13 de julio. Los encapuchados montaron guardia en torno a Albanisa y la casa del vicepresidente de esa empresa nica-venezolana, Francisco “Chico” López Centeno, recientemente sancionado por Estados Unidos.

Los vecinos de Lomas de Monserrat sostuvieron que la mayoría de las rutas de ingreso a los condominios estaban trancadas por estructuras metálicas. Uno de los pobladores escuchó los balazos y el choque del carro. “Los paramilitares estaban desde temprano en esa zona”, dijo el vecino, que pidió no ser identificado. Después del anuncio de la Policía Nacional, los guardas de seguridad privada de Lomas de Monserrat no se refieren al caso de Lima por temor. Pero un cuidador mostró a Confidencial el hueco que dejó en la fachada del condominio Lomas del Consuelo una de las balas disparadas contra la brasileña. Un impacto de proyectil de alto calibre.

Pese a los testimonios que señalan a los paramilitares como responsables del crimen, la Policía mantuvo la versión del guarda de seguridad privada hasta el 27 de julio, cuando emitieron otra nota de prensa, la 94-2018, en la que culpabilizan del asesinato a Pierson Gutiérrez Solís, de 42 años de edad. “Le fue ocupada un arma de fuego, tipo Carabina M-4”, expone el comunicado policial.

La Policía “capturó” al presunto responsable de la muerte de la brasileña Rayneia Da Costa Lima. El señalado tenía un rifle M4, un fusil automático de combate, que no es común entre los guardas de seguridad. Este tipo de armas la han usado los paramilitares y la misma Policía Nacional.

El nuevo parte policial no detalla si Gutiérrez Solís es guarda de seguridad privada ni brinda más detalles sobre el supuesto responsable. Sin embargo, pronto afloraron nexos entre el sospechoso y el Ejército de Nicaragua. La vocería del cuerpo castrense aclaró que “Pierson Gutiérrez Solís, desde el 5 de agosto de 2009, dejó de prestar servicios en el Ejército de Nicaragua. Desde esa fecha no ha tenido relación con la institución militar”.

Sin embargo, Confidencial conoció que Gutiérrez Solís es militante del Frente Sandinista (FSLN) y trabaja en el cuerpo de seguridad de Albanisa y la Empresa Nicaragüense de Petróleo (Petronic), compañía de la que “Chico” López era presidente de su junta directiva hasta este 10 de julio.

“Era profesor de Taekwondo. Su experiencia militar y sus nexos con el partido sandinista lo hicieron un buen candidato para trabajar en el área de seguridad de esas dos empresas”, dijo la fuente, quien también facilitó fotografías en las que puede verse a Gutiérrez Solís en eventos del Frente Sandinista, uniformado con camisetas del régimen.

Guardas de seguridad privada consultados por Confidencial coincidieron en que ellos no usan armas de alto calibre, como por ejemplo Carabinas M-4. El artículo 10 de la ley de Control y Regulación de Armas cataloga los fusiles como “armas restringidas”. La M-4 es un fusil parecido al AK-47, pero un poco menos potente, aunque puede lanzar 950 balas por minuto.

“Los guardas de seguridad no pueden tener esos fusiles. Lo más que les permite usar la ley son escopetas. Hay que contrastar esos dos comunicados de la Policía. Cambian el cuento y no saben ni mentir”, criticó Roberto Cajina, experto en temas militares. Cajina aseguró que el cambio de versión tiene que ver con la presión que está ejerciendo el gobierno brasileño.

BRASIL PIDE CUENTAS

La cancillería brasileña solicitó el 23 de julio “aclaraciones” al gobierno de Ortega. Pero, además, llamó a “consultas” a su embajador en Managua, Luís Cláudio Villafañe G. Santos, un gesto diplomático fuertísimo que es visto como una antesala a la ruptura de relaciones diplomáticas.

El Estado de Pernanmbuco, de donde es originaria Rayneia Lima, solicitó a la cancillería de Brasil que pida una investigación internacional independiente debido a que no confían en las instituciones nicaragüenses.

“Optamos por la medida ante la presunción de que el homicidio fue de naturaleza política. No es posible que esa joven sea asesinada, ametrallada y no se llegue a ninguna conclusión”, demandó el secretario de Justicia y Derechos Humanos del gobierno de Pernambuco, Pedro Eurico.

El principal testigo del asesinato de la joven doctora es su novio, Harnet Lara Moraga. Él no ha brindando declaración alguna después de la noche del crimen. El único testimonio que brindó lo hizo ante los doctores y compañeros de Rayneia Lima en el hospital Militar. Sin embargo, después de eso, desapareció.

Confidencial supo que tampoco ha tenido contacto con la embajada brasileña en Managua, ni con el Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (Meseni). La comisionada y relatora especial para el país de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), Antonia Urrejola, confirmó que hasta este 27 de julio no han podido contactar a Lara Moraga.

Lara Moraga vio a los tres paramilitares que abrieron fuego contra su novia. Según los doctores y compañeros de Rayneia Lima, Lara Moraga estaba conmocionado tras el ataque. Le aplicaron sedantes, pero luego abandonó el centro hospitalario.

Los alumnos le comunicaron al rector Ernesto Medina el deceso de Rayneia Lima, quien se había mantenido al margen de la crisis política que atraviesa el país “porque estaba consciente de su condición de extranjera”. Rayneia Lima estaba tramitando su residencia, según sus amigos.

Rayneia Lima llegó a Nicaragua a “cumplir un sueño”. Su mamá es enfermera y desde niña frecuentó hospitales. Estudiar medicina en Brasil es complicado. Los exámenes de admisión en las facultades son casi imposibles, y los aranceles en las privadas son inalcanzables para familias como la de Rayneia Lima, pues su madre es enfermera y su padre, chofer.

La brasileña llegó a Nicaragua hace siete años casada. Luego se divorció y siguió con sus estudios en la UAM. Para pagar la carrera se desvelaba por las noches preparando los brigadeiros que vendía en los pasillos universitarios. Además, dada su belleza física, se dedicaba al modelaje y era profesora de Yoga. Sus amigos la recuerdan como alguien dedicada a los estudios pese a las múltiples tareas que debía realizar para su manutención. “Quería especializarse en pediatría”, describió una de sus compañeras.

Profesores y alumnos recuerdan a Rayneia Lima como una persona carismática, amable, que siempre tenía consejos para los amigos, sin importar las dificultades económicas que ella misma enfrentaba. Aunque era de Pernambuco, sus amigos le cantaban La Chica de Ipanema cuando vendía sus confites en la UAM. Ella respondía graciosa, tan dulce como sus brigadeiros.

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