Mundo

Netanyahu y Trump apuntan a la muerte del sueño por un Estado palestino

Este miércoles Israel revela su plan de anexión de territorios en Cisjordania, apoyado por la propuesta de Trump de un supuesto plan de paz.

La posibilidad de que el pueblo palestino logre consolidar un Estado propio parece más distante que nunca, pues, de la mano de Estados Unidos, el Gobierno de Israel se dispone a anexar buena parte de los territorios de Cisjordania.

El plan concreto para llevar a cabo esa anexión de territorio será revelado este miércoles, como parte del acuerdo que el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu alcanzó con el líder de la oposición Benny Gantz, para formar gobierno tras haber realizado tres elecciones en menos de un año.

El camino para esa apropiación de hecho fue abierto luego de que en enero la administración Trump presentara su propuesta de plan de paz para la región, denominada “Paz hacia la prosperidad: Una visión para mejorar las vidas de los pueblos de Palestina e Israel”, que incluye precisamente una nueva definición del territorio palestino.

Esa propuesta fue planteada luego de que la administración Trump reconociera a Jerusalén como capital indivisible del Estado de Israel, sin importar que durante décadas la comunidad internacional reconociera el reclamo palestino al menos sobre la parte oriental de esa ciudad.

Fue elaborada, además, sin participación de las autoridades palestinas y dispone precisamente la soberanía israelí sobre amplios territorios dentro de lo que se ha considerado la tierra palestina de Cisjordania, según los límites trazados en 1967 tras la llamada Guerra de los Seis Días.

No se trata solo del hecho en sí mismo de despojo de tierra, sino que pasarían a ser dominación israelí, por ejemplo, las tierras del Valle del Jordán, esenciales para la producción agrícola.

Además, el proceso consolidaría la apropiación de territorio llevada a cabo por las llamadas colonias judías en Palestina, ilegales según el derecho internacional.

Palestina ya se encuentra dividida entre Cisjordania —hacia el este, limítrofe con Jordania— y la franja de Gaza, al oeste, controlada por los extremistas fundamentalistas de Hamas.

Según se prevé en el plan de la administración Trump, elaborado por un equipo a cargo de su yerno Jared Kushner, Israel mantendría soberanía sobre todo el espacio aéreo y el espectro radioeléctrico, y además tendría control de las vías de comunicación entre los fragmentados territorios palestinos.

En noviembre, en una entrevista con UNIVERSIDAD, Janan Harrar, directora general de Asuntos Exteriores y expatriados para las Américas y el Caribe de la cancillería Palestina, se refirió precisamente a las implicaciones del plan de Trump y reconoció que ya para ese entonces “básicamente, no aceptaremos nada que diga Trump”.

Tras reafirmar que “no reconocemos ninguna posición sobre Jerusalén o el territorio palestino de la administración Trump, Kushner o quién sea, porque nos basamos en el derecho internacional y en la voluntad de la comunidad internacional que reconoce el Estado de Palestina según las fronteras de 1967, con Jerusalén oriental como su capital”, recordó que 141 países han reconocido al Estado de Palestina bajo esas condiciones.

“Una vez que decimos “no” al así llamado plan de paz y que decimos “no” a cualquier otra iniciativa que no satisfaga al pueblo palestino, nadie nos puede obligar a aceptarlos”, añadió.

“Robo del siglo”

Jorge Barrientos, coordinador de la Cátedra Ibn Khaldum de estudios del Medio Oriente y África del Norte de la Escuela de Estudios Generales de la UCR, aseveró que desde que Trump llegó al poder propuso “ver de qué manera aniquilan toda capacidad de resistencia palestina”.

Tras observar que instancias como la Liga Árabe o países de la Unión Europea han insistido en que cualquier propuesta de paz tiene que contar con participación de las dos partes, destacó que el reconocimiento de Trump de Jerusalén como capital israelí “le pasa por encima a todas las resoluciones del derecho internacional que vienen desde los años 80”.

Afirmó, asimismo, que desde 1948 Israel ha usurpado territorio palestino y ha hecho “los movimientos de colonización de tierras para desconectar las zonas donde los palestinos podrían moverse. Es muy estratégico, Gaza está cada vez más incomunicado y este plan lo que hace es fortalecer ese proyecto”.

Barrientos además llamó la atención sobre el control que llegaría a tener Israel sobre el espectro radioeléctrico, el espacio aéreo, el acceso al agua y a las tierras más fértiles, y notó que esta nueva etapa es parte de un proceso que inició en los años 80, luego de los acuerdos de Camp David de 1978. “Todos los procesos de colonización de tierras han sido fuertes”, señaló.

El analista especializado en Medio Oriente Antonio Barrios, en primer lugar se refirió al plan de la administración Trump que Israel se dispone a implementar como “lamentable” y sin reparos lo calificó como “el robo del siglo”.

“Lo que hace simplemente —ponderó— es dar la estocada final a cualquier aspiración de los palestinos para la conformación de su Estado, habida prueba que la Casa Blanca es igualmente un territorio ocupado por Israel, porque los gobiernos en Estados Unidos, principalmente el de Donald Trump, hace lo que Israel pide por parte de Netanyahu”.

Barrios fue más allá y señaló que el plan de la administración Trump es “la expresión máxima de un sionismo ultraconservador dispuesto a cualquier cosa”. Observó que entre Trump y Netanyahu se ha dado una alianza “como nunca se había visto en gobierno anteriores, a pesar de que históricamente sabemos de esa relación tan estrecha y simbiótica entre Israel y Estados Unidos, tanto en gobiernos republicanos como demócratas”.

“Nunca se había visto un despojo tan abierto, directo y final como el que va a ocurrir en los próximos días”, manifestó.

Sobre la posibilidad de que surja una tercera intifada —o insurrección popular— consideró que es difícil de vaticinar a la luz de la pandemia del coronavirus. “Espero equivocarme pero veo difícil que a raíz de la pandemia que el pueblo palestino se levante en una tercera intifada. Creo que la pandemia reduce las posibilidades de protesta masiva”.

Ante la pregunta de si el sueño de un Estado palestino está muerto, Barrios replicó que “quisiera poder decir otra cosa, pero creo que esta anexión —que es lo que Netanyahu estaba esperando— es prácticamente la estocada final. Lo que le queda a los palestinos es ínfimo desde el punto de vista territorial y la presencia de colonias judías —conocí algunos de esos territorios— no solamente impide protestar a los palestinos, sino que permite a Israel tener certeramente un control”.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido