Palm Beach, Estados Unidos | AFP |
El presidente estadounidense, Donald Trump, prevé firmar este sábado una serie de decretos que encienden la mecha de una guerra comercial con México, Canadá y China.
Trump está en su residencia de Mar-a-Lago, en Florida, para pasar el fin de semana. La mañana de este sábado, acudió a su campo de golf sin nada previsto en su agenda oficial.
Los aranceles, que el magnate afirma que son una de sus palabras favoritas, se han convertido en un arma de la Casa Blanca desde el comienzo de su segundo mandato.
Trump se propone gravar con un 25% los productos de México y Canadá por considerar que no actúan con firmeza contra el tráfico de fentanilo, un opioide sintético que causa estragos en el país, ni contra la inmigración irregular.
La cadena pública canadiense CBC reportó este sábado que Ottawa fue informada que los aranceles estadounidenses serán del 25%, aunque las importaciones de energía tendrán una tasa más baja, del 10%.
Las medidas entrarían en vigor el martes, según la cadena.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, tiene prevista una rueda de prensa hacia las 00H00 GMT, indicaron a la AFP dos fuentes gubernamentales canadienses.
Trump afirma que China, la segunda economía más grande del mundo, permite exportar los principios activos del fentanilo a países como México donde, según Washington, los cárteles del narcotráfico fabrican el opioide que llega a Estados Unidos.
«Grandes déficits»
Estados Unidos tiene «grandes déficits» con los tres países, ha remarcado. Pero imponerles aranceles generalizados conlleva riesgos para Trump, quien ganó las elecciones de noviembre gracias, en parte, al descontento de la opinión pública con los precios.
El viernes, Trump avanzó que algunos gravámenes pueden entrar en vigor en torno «al 18 de febrero».
Prevé imponer «imponer aranceles a los microchips (…), al petróleo y al gas» y «muchos» gravámenes al acero. Y en el futuro tampoco se salvarán los productos farmacéuticos y el cobre.
Ya había dicho, sin embargo, que baraja «limitarlos al 10%» sobre el petróleo canadiense, que representa el 60% de las importaciones estadounidenses en ese sector.
Una subida de los impuestos a las importaciones probablemente «desalentaría el gasto de los consumidores y la inversión empresarial», opina Gregory Daco, economista jefe de EY.
Daco calcula que la inflación aumentará 0,7 puntos porcentuales en el primer trimestre de este año debido a los aranceles, antes de disminuir gradualmente.
«El aumento de la incertidumbre en la política comercial aumentará la volatilidad del mercado financiero y presionará al sector privado, a pesar de la retórica proempresarial de la administración», dijo.
El gobierno mexicano ha alertado que los consumidores estadounidenses serán los más perjudicados.
«Los precios van a ser más altos, es decir, les van a subir el precio 25% de todos esos productos», declaró a periodistas el secretario de Economía, Marcelo Ebrard.
«Va a haber menor disponibilidad de productos» y «problemas en las cadenas de suministro» en la región de América del Norte, presagió. Y puso como ejemplo algunos productos como las computadoras, automóviles y pantallas digitales.
Pero los simpatizantes de Trump no temen que se dispare la inflación. Algunos incluso apuestan a que la intención de Trump de bajar los impuestos y desregularizar podrían ayudar a impulsar el crecimiento económico.
Plan A, B y C
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo este viernes que su gobierno tiene una «mesa de diálogo» con Estados Unidos y distintos planes de contingencia.
«Tenemos plan A, plan B, plan C para lo que decida el gobierno de Estados Unidos», aseguró sin detallarlos.
El primer ministro canadiense dimisionario, Justin Trudeau, respondió que su país está «preparado para una respuesta inmediata» si la amenaza se materializa.
México y Canadá, teóricamente protegidos por el acuerdo de libre comercio T-MEC firmado durante el primer mandato del republicano en reemplazo del TLCAN, han intentado evitarlo.
El ministro canadiense de Seguridad Pública, David McGuinty, viajó a Washington para esbozar un plan para reforzar la frontera entre ambos países.
No parece suficiente a ojos de Donald Trump.
A China le reprocha que permita la exportación de los principios componentes del fentanilo, sobre todo a México, donde asegura que los carteles de la droga fabrican fentanilo que envían a Estados Unidos.
Durante una audiencia en el Senado este martes, el candidato de Donald Trump a secretario de Comercio, Howard Lutnick, justificó la política comercial del republicano como «un acto de política interna» destinado «simplemente a conseguir que cierren sus fronteras».
Consecuencias
Se desconocen varios elementos importantes: el alcance de los aranceles, es decir si son selectivos, y las herramientas jurídicas que Donald Trump utilizará para justificar la decisión.
La medida podría abrir la puerta a acciones legales, tanto por parte de los estados como de las empresas afectadas, en virtud de los procedimientos de solución de diferencias previstos en el T-MEC.
El impacto económico de estas medidas podría ser significativo para los cuatro países.
Según Oxford Economics, la economía estadounidense perdería 1,2 puntos porcentuales de crecimiento, y México podría sumirse en una recesión.
Para Wendong Zhang, profesor de la Universidad de Cornell, aunque el choque no sería tan grande para Estados Unidos, sí lo sería para Canadá y México.
«En ese escenario, Canadá y México pueden esperar que su PIB se contraiga un 3,6% y un 2% respectivamente, y Estados Unidos un 0,3%», estimó.
«China también sufriría de una escalada en la guerra comercial existente, pero al mismo tiempo se beneficiaría (de las tensiones entre Estados Unidos), México y Canadá», añade.
