Los sindicatos franceses opuestos a la controvertida reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron volvieron a las calles este jueves en busca de un nuevo impulso tras seis semanas de manifestaciones y una huelga en los transportes que pierde fuerza.
Se realizaron varias manifestaciones en toda Francia, pero la principal tiene lugar en París a inicios de la tarde.
En Marsella, la segunda ciudad de Francia, varios miles de manifestantes comenzaron a desfilar a finales de la mañana detrás de una enorme bandera que rezaba “¡Ninguna negociación! ¡Retiro del proyecto de Macron!”.
Es la sexta vez desde inicios de diciembre que los sindicatos convocan una jornada interprofesional masiva de huelgas y manifestraciones en Francia, pero ésta vez no participa la CFDT, mayoritario en el sector privado, que aceptó retomar las negociaciones con el gobierno después de que éste cediera temporalmente a una de las medidas más sensibles del texto.
Para los demás sindicatos, que exigen el retiro total de la reforma, esta jornada será crucial tras una caída de participación en las últimas manifestaciones. En la quinta jornada de protestas el 11 de enero, la policía contabilizó 149.000 manifestantes, después de 452.000 el 9 de enero y 805.000 en la primera manifestación el 5 de diciembre.
Pese a los síntomas de erosión en las calles, el movimiento antirreforma goza aún de un amplia simpatía popular. Según una encuesta divulgada el miércoles, 47% de los franceses sigue apoyando el movimiento.
En los transportes públicos, punta de lanza de la movilización desde hace más de 40 días, el tráfico continuaba mejorando. En los trenes de alta velocidad que conectan las principales ciudades de Francia el tráfico era casi normal y en el metro de París había una clara mejora, aunque varias líneas seguían funcionando parcialmente y algunas estaciones permanecían cerradas.
“Al inicio de la huelga era un infierno, durante varios días no había ni un solo tren. Pero la situación está mejorando poco a poco y hoy, aunque hay que seguir organizándose, es mucho más fácil”, cuenta Julien Diep, de 30 años.
Puertos bloqueados
Varios puertos marítimos, incluyendo el de Marsella y el de Le Havre, los dos principales de Francia, están bloqueados desde el martes por huelguistas que rechazan la reforma de las pensiones.
“¡Es dramático!. “Hace muchísimo tiempo que no teníamos tantas huelgas. En diciembre tuvimos un 25% menos de escalas debido a las huelgas y ahora para enero estamos en una tendencia de 40% menos. Es enorme”, dijo a la AFP la presidenta del grupo de armadores y agentes marítimos de Le Havre, Véronique Lépine.
Algunos padres de familia se encontraron también con escuelas cerradas, con 6,6% de docentes huelguistas en la primaria y 6,83% en la secundaria, según el ministerio de Eduación, frente a 18,81% y 16,49% el jueves pasado.
La reforma de las pensiones, proyecto estelar de la presidencia de Macron, prevé fusionar en uno solo los 42 regímenes de pensiones actuales e instaurar un nuevo sistema de cálculo, por puntos, y atrasar hasta los 64 años la edad para cobrar una pensión completa, dos más que actualmente.
No obstante, frente a la oposición sindical, el gobierno retiró “provisionalmente” este segundo punto, pero exige a cambio que las organizaciones sindicales y patronales encuentren soluciones alternativas para garantizar el equilibrio del sistema de pensiones.
Mientras tanto, la reforma continúa su trayectora y será presentada en Consejo de Ministros el 24 de enero antes de comenzar su gestión parlamentaria el 17 de febrero con vistas a su aprobación antes del verano.
por María Elena Bucheli