Mundo Luis Maira, diplomático chileno

“Las lecciones del proceso colombiano van a ser decisivas”

Representante de Chile en las negociaciones de paz en Colombia relató los momentos claves del proceso.

El diplomático chileno Luis Maira es actor y testigo de excepción del proceso de negociación tras el cual, finalmente, soplan vientos de paz en Colombia.

“He podido vivir por dentro por tres años seguidos el proceso de paz más importante que hemos tenido en la región en el último medio siglo”, manifestó Maira, quien representó en esas negociaciones al gobierno de su país.

Los acuerdos alcanzados por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y el gobierno de ese país y que deberán ser ratificados por el pueblo colombiano el próximo 2 de octubre, son producto de un pulso de cuatro años que contó con la participación de Cuba y Noruega como países garantes y Chile y Venezuela como acompañantes.

Maira es además secretario ejecutivo el Consejo de Relaciones Internacionales de América Latina y el Caribe (Consejo RIAL). UNIVERSIDAD tuvo la oportunidad de entrevistarlo en exclusiva en la sede de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO).

¿Los acuerdos logrados están a la altura de las expectativas que se tenían al inicio del proceso?

-Ha ido mucho más allá de las expectativas iniciales. En el último medio siglo, en Colombia hubo ocho o nueve negociaciones que no resultaron. Casi todos los presidentes colombianos en algún momento hicieron un intento de negociar la paz con las dos fuerzas -el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las FARC- y hasta ahora ha sido imposible construir acuerdos; salvo el proceso distinto que permitió la dejación de las armas por el M-19 (Movimiento 19 de abril) en los años 80. Esta es la primera vez en que no solo se ha logrado avanzar, sino que estamos cerrando. Actualmente a nadie le cabe la duda de que el proceso de paz con las FARC se cerró y se está abriendo la segunda fase, que es la negociación con el ELN.

¿Qué elementos son la columna vertebral para la paz en Colombia?

Este tema ha tenido cinco puntos. El primero es que Colombia tiene que hacer cambios agrarios para modernizarse. No ha tenido ninguna transformación en la estructura de la tenencia de la tierra ni en la organización productiva, todo eso tiene que ponerse al día y ambas partes están de acuerdo.

El segundo tema es la participación política de la gente que hasta ahora ha estado alzada en armas.

El tercer punto es la relación entre la droga y las organizaciones armadas. Organizaciones que se hacen legales, tienen que tener financiamientos legales.

El cuarto es un tema muy dramático. Es el de las víctimas y las reparaciones. Tiene números que a uno lo desconcierta por su magnitud: siete millones de víctimas, seis millones de ellas son desplazados, porque la zona donde vivían -rural o urbana- se convirtió en un teatro de guerra. Esas víctimas tienen que ser indemnizadas, reparadas, y eso requiere un enorme fondo que hay que construir con el aporte del tesoro público colombiano, pero también con el de la comunidad internacional, de los organismos internacionales, y de una gran cooperación técnica y financiera que hay que armar.

El quinto punto es el de la justicia. En 51 años de guerra han pasado muchas cosas y algunas son crímenes contra la humanidad cometidos por ambos bandos, también otros agentes como los paramilitares o las propias fuerzas públicas.

El mérito del proceso colombiano es que a todos los que hayan tenido alguna vinculación con delitos contra la humanidad y crímenes de guerra, se les va a aplicar un procedimiento muy creativo que es una justicia transicional, un sistema de jurisdicción especial de paz que se ha inventado para Colombia y que es un gran aporte para los procesos de paz.

La impresión que uno tiene es que todos los que trabajaron en crear este mecanismo, lo hicieron con mucha consciencia de que aquí no se trata de borrón y cuenta nueva, de una amnistía general.

Van a ser amnistiados los delitos políticos de la manera más amplia y los delitos conexos, pero los crímenes de guerra van a ser juzgados y tienen que ser sancionados.

¿Hubo durante la negociación algún momento en el que usted sintiera que todo el proceso estaba por caerse?

Quizás lo más difícil fue construir este sistema de la justicia transicional. Hubo cuatro o cinco meses en los que no avanzábamos un centímetro, había puntos de vista muy encontrados y la forma en que lo resolvimos fue muy creativa, porque el presidente Santos le pidió a las dos partes designar tres expertos muy calificados en derecho internacional público. Estos seis juristas construyeron un documento de 90 puntos que fue razonable para las FARC y para el gobierno y ahí se despejó; como en una carrera de obstáculos, pasar al gran foso y de ahí se llega en un terreno más plano hacia la meta.

Ese día cuando firmamos el documento cada uno de los cuatro países y las dos partes dimos la señal al mundo que ya esto había pasado a un punto de no retorno, que ya la paz iba a cerrarse en esa negociación.

Ahí estamos, cerrando ese ciclo.

¿No es frustrante superar la violencia política para que nuestras sociedades terminen cayendo en niveles de violencia que afectan la vida cotidiana?

Tiene razón, es un punto de vista muy fuerte porque Latinoamérica tiene muchos problemas, muchas carencias y muchas situaciones que resolver de justicia, pobreza, desigualdad, de exclusión. Pero la situación más terrible y extrema es que en un país hermanos se maten con hermanos, que tenga un balance de 240 mil personas muertas y todas esos millones de víctimas.

Colombia es el último ejemplo. Hubo muchos, pero desde que terminó la guerra fría, desde la nueva situación de globalización, las armas han dejado de ser el método apropiado para lograr influencia y poder político.

Creo de una manera optimista que eso nos deja mejores condiciones para ver todos los otros temas que con razón usted coloca como importantes y como déficit en la agenda latinoamericana.

¿Cuál fue el momento durante el proceso de negociación que le inyectó más esperanza?

Me tocó entrar en la discusión del tercer punto, el tema de la droga. Me parecía que era un tema casi insoluble y que podía desbarrancar el proceso. Sorprendentemente, fue el que se trató y resolvió en menos tiempo.

Entonces, si en algún momento tuve la idea de que habíamos pasado el obstáculo mayor y que empezábamos a descender hacia el valle de la paz, fue cuando se resolvió el punto de drogas ilícitas y guerra interna.

Cosas que se han creado y aplicado en el proceso colombiano van a ser muy útiles en procesos futuros de paz que no van a tener lugar en América Latina, porque por fortuna este es el último caso de guerra civil interna, pero los hay África, Medio Oriente, Asia del Sur y ojalá dentro de poco esos problemas se resuelvan también, y ahí las lecciones del proceso colombiano van a ser decisivas.

Es muy importante la voluntad de las partes que están en la mesa para llegar a la paz, y la buena fe para conseguirlo con todas sus energías. Pero al mismo tiempo, el contexto internacional es muy decisivo. Este tiempo que vivimos no facilita la búsqueda de poder a través de la guerra y el enfrentamiento armado, por eso se han ido terminando todos estos movimientos en el mundo.

Entonces también entran en juego los objetivos con los que entre Estados Unidos, que muchas veces ha atizado conflictos.

Exacto. Es un punto muy importante porque el presidente Obama designó un representante personal para apoyar el proceso de paz de Colombia, antes no había pasado. Se llama Bernie Aronson y fue el jefe de la diplomacia de Estados Unidos hacia América Latina.

Aronson iba en los tiempos entre un ciclo de negociación y otro, conversó con los guerrilleros, les transmitió que el presidente Obama no era un obstáculo en esta negociación…, por otras razones, consideran que si Colombia deja de ser un actor decisivo en la producción de cocaína y si las partes guerrilleras salen de ese circuito, eso va a ayudar mucho a que la DEA (Administración para el Control de Drogas, por sus siglas en inglés) y los organismos norteamericanos que luchan contra la droga puedan progresar. Cada uno tiene sus motivos, pero eso ha sido muy importante.

Luis Maira: “Los crímenes de guerra van a ser juzgados y tienen que ser sancionados” (Foto: Vinicio Chacón).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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