Tras diez meses de su campaña genocida en la Franja de Gaza, en la cual no ha podido recuperar a sus rehenes, pero sí destruir ciudades y asesinar a más de 30 mil civiles palestinos, el primer ministro Benjamin Netanyahu encuentra ahora una posible salida a su desprestigio internacional e interno con una regionalización del conflicto en Medio Oriente.
Para otras naciones del mundo, principalmente las economías occidentales, que se ven amenazadas con una expansión del conflicto en esa zona tan importante estratégicamente, la guerra es un peligro de consecuencias incalculables cuyo efecto ya se insinuó el lunes pasado en los volátiles mercados bursátiles.
UU. ha respondido al llamado de respaldo militar de Israel a quien ya no solo condena Irán, sino todo el mundo musulmán y palestino.
La estrategia ha sido la provocación, el objetivo, la guerra regional. Sus adversarios, sin embargo, han optado por la resistencia y poner a prueba el sistema de derecho internacional.
El recurso de la violencia
El 31 de julio, es asesinado en Teherán, mediante un acto terrorista con bomba, el jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh. Unas horas antes, en Beirut, mediante un bombardeo israelí, matan al jefe militar del Hezbolá libanés, Fuad Shukr.
Ese mismo día, el Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas se reúne convocado por Irán y apoyado por Rusia —quien preside pro tempore el Consejo—, China y Argelia.
Las alarmas se dispararon ante lo que parece una escalada inminente del conflicto en Medio Oriente y que alcanzó su momento más dramático tras el ataque con secuestro del movimiento Hamás a Israel el 7 de octubre 2023 y que fue respondido por Israel con el genocidio en la Franja de Gaza que ya alcanza diez meses y ronda los 40 mil muertos, predominantemente civiles, en su mayoría mujeres y niños.
Ante la respuesta de Hamás, Hezbolá e Irán de que responderán a Israel con violencia, las tensiones se exacerbaron y la posibilidad del diálogo se aleja.
Un conflicto regional en esa zona vital por su producción energética como por su posición estratégica para el comercio mundial traería consecuencias nefastas para la economía global y más inmediatas para las potencias occidentales que ya sintieron este lunes 5 de agosto un remezón en los mercados bursátiles que les recordó la fragilidad del sistema.
Tras meses de haber tolerado el ejercicio genocida de Israel y hacer alarde de su incapacidad para resolver el conflicto y hacer valer el derecho internacional, las potencias occidentales y los organismos que controlan expresan preocupación y llaman a que no haya más represalias y retomar el diálogo.
“Cada vez resulta más evidente que la moderación por sí sola no es suficiente en este momento extremadamente delicado”, dijo António Guterres en un comunicado.
Por su parte, el nuevo primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, se reunió este martes en Londres con el sultán de Omán, Haitham bin Tarik al Said, a quien planteó la necesidad de una solución de dos Estados —Israel y Palestina— a través de un proceso de paz, informó la residencia oficial de Downing Street.
Esta postura ha sido reiterada cada vez por más países e incluso potencias occidentales o la Corte Internacional de Justicia que ya declaró que la ocupación de los territorios palestinos por parte de Israel desde 1967 es ilegal. Pero Israel aún cuenta con el apoyo incondicional de EE. UU., que está dispuesto a una participación más activa si el conflicto se intensifica.
Detonante anunciado
El 31 de julio, en Teherán, el operativo terrorista planeado durante semanas, y que EE. UU. dice haber desconocido, mata al jefe político de Hamás, Ismail Haniyeh, en una casa de huéspedes en la que se alojaba poco después de asistir a la toma de posesión del nuevo presidente de Irán, Masud Pezeshkian.
Haniyeh fue el principal negociador del grupo en los esfuerzos por alcanzar un acuerdo para un alto al fuego.
Con protestas en varios países musulmanes como Marruecos y Turquía, y multitudes que asistieron a los funerales en un cementerio cerca de Doha, en Catar, donde Haniyeh vivía exiliado, se mostró la indignación en el mundo palestino y musulmán que clama por una respuesta.
La Organización para la Cooperación Islámica (OCI) se reúne el miércoles por una petición de “Palestina e Irán” para llegar a “una posición islámica unificada” en la región, según un representante de la organización.
Hamás anunció este martes como nuevo líder político a Yahya Sinwar, el jefe de la organización en la Franja de Gaza, tras casi diez meses de guerra con Israel.
“El Movimiento de Resistencia Islámica Hamás anuncia el nombramiento del dirigente Yahya Sinwar como líder del comité político”, indicó la organización en un comunicado.
“El Pentágono está movilizando medios significativos hacia la región, para prepararse para lo que podría ser nuevamente la necesidad de defender a Israel de un ataque”, Jonathan Finer, asesor adjunto del Consejo de Seguridad Nacional.
Sinwar pasó 23 años en las cárceles israelíes y luego entró en el aparato de seguridad del movimiento islamista palestino, con 61 años, fue el cerebro del ataque del 7 de octubre.
Un funcionario de Hamás dijo a la AFP el martes que el nombramiento de Sinwar es un “mensaje fuerte” a Israel.
Esta elección es “un fuerte mensaje dirigido al ocupante [Israel] de que Hamás continúa en el camino de la resistencia”, dijo el funcionario bajo condición de anonimato.
“El asesinato de Haniyeh, que creía en llegar a un acuerdo de alto el fuego y a un acuerdo de intercambio de prisioneros [con Israel] lleva a Hamás a elegir un líder que gestione la lucha y la resistencia contra el enemigo”, agregó.
Tras el asesinato de Haniyeh, el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, dijo en un comunicado: “Consideramos que es nuestro deber vengarnos”.
El portavoz de seguridad nacional de la Casa Blanca, John Kirby, dijo a Fox News Sunday: “Cuando el líder supremo dice que va a responder, tenemos que tomarlo en serio. Tenemos que asegurarnos de que estamos listos”, señaló la Voz de América (VOA).
El presidente iraní, Pezeshkian, declaró el lunes que su país no busca “extender (…) la guerra”, pero que Israel “recibirá sin duda una respuesta a sus crímenes y a su arrogancia”.
El eje de la resistencia
Hezbolá en Líbano, los rebeldes hutíes en Yemen, que junto con Hamás y otros grupos armados en Iraq, forman lo que Irán denomina el “eje de la resistencia”.
El jefe del movimiento chiita Hezbolá, Hasán Nasrala, afirmó que su organización e Irán están “obligados a tomar represalias”.
En un discurso televisado, Nasrala afirmó que Hezbolá actuará solo o en el marco de una “respuesta coordinada” del denominado eje de la resistencia, “sin importar las consecuencias”.
Poco antes del pronunciamiento de Nasrala, cazas de la fuerza aérea israelí sobrevolaron a baja altura la capital de Líbano, rompiendo la barrera del sonido y sembrando el pánico entre la población de Beirut.
Seis combatientes de Hezbolá murieron el martes en bombardeos israelíes en el sur de Líbano, afirmó una fuente de seguridad libanesa a AFP.
Asimismo, en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel desde 1967, las autoridades palestinas informaron este martes que 12 personas murieron en tres operaciones lanzadas por el ejército israelí.
Nuestro objetivo es la defensa de Israel
Jonathan Finer, asesor adjunto del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, dijo al programa Face the Nation de CBS: “Nuestro objetivo es la desescalada. Nuestro objetivo es la disuasión. Nuestro objetivo es la defensa de Israel”.
“No creemos que una guerra regional sea de interés para nadie en este momento”, afirmó Finer, pero “nos estamos preparando para todas las posibilidades”, agregó.
“El Pentágono está movilizando medios significativos hacia la región, para prepararse para lo que podría ser nuevamente la necesidad de defender a Israel de un ataque”, dijo el asesor en otra entrevista con ABC News.
Por su parte, el primer ministro Benjamin Netanyahu aseguró que Israel “está en un alto nivel de preparación para cualquier escenario, tanto defensivo como ofensivo”.
El jefe del Comando Central de Estados Unidos para Oriente Medio, el general Michael Kurilla, se reunió el lunes con el jefe del ejército israelí, el general Herzi Halevi, y “realizaron una evaluación conjunta de la situación sobre cuestiones de seguridad y estratégicas, así como los preparativos conjuntos en la región, en el marco de la respuesta a las amenazas en Oriente Medio”, indicó el ejército israelí en un comunicado.
“No se equivoquen, Estados Unidos no tolerará ataques contra nuestro personal en la región”, dijo el martes el secretario de Defensa, Lloyd Austin, durante una conferencia de prensa en Annapolis.
El ministro israelí de Defensa, Yoav Gallant, aseguró que su país debe prepararse “para todas las eventualidades, incluida una transición rápida al ataque”.
El secretario Austin habló el domingo con su homólogo israelí, Gallant, y reiteró el “apoyo férreo de Estados Unidos a la seguridad de Israel y el derecho a la autodefensa contra las amenazas de Irán”, según el medio la VOA.
“Discutieron los movimientos de postura de las fuerzas estadounidenses que el Departamento está tomando para reforzar la protección de las fuerzas estadounidenses, apoyar la defensa de Israel y disuadir y desescalar tensiones más amplias en la región”, dijo el Pentágono en un comunicado, agrega el medio.
Esto luego de que se supo que la milicia proiraní Resistencia Islámica de Irak se atribuyó la responsabilidad del ataque contra la base de Ain al Assad, en el oeste de Irak, utilizada por la coalición internacional que encabeza Estados Unidos.
El escenario de guerra
Los riesgos de una escalada en la región son cada vez más difíciles de controlar, pero el escenario está listo para la guerra, cuyas consecuencias son imprevisibles.
Estados Unidos y Reino Unido instaron a sus ciudadanos presentes en Líbano a partir cuanto antes, mientras Canadá pidió a sus nacionales evitar viajar a Israel.
“Mi mensaje a los ciudadanos británicos allí es claro: váyanse ya”, dijo el ministro de Exteriores de Reino Unido, David Lammy.
La embajada de Arabia Saudita en Beirut indicó en un comunicado publicado en X que sigue “de cerca los acontecimientos en el sur de Líbano”, cerca de la frontera con Israel, y pidió a sus nacionales que “abandonen Líbano inmediatamente en aplicación de la prohibición de viajar a este país”.
“Debido al mayor riesgo de escalada militar y en vista del riesgo de cierre del espacio aéreo y de los aeropuertos iraníes, se recomienda que los residentes franceses con los medios para hacerlo abandonen temporalmente el país”, dijo el ministerio de Exteriores de Francia el domingo en la red X.
“En un contexto de seguridad muy volátil, una vez más llamamos la atención de los ciudadanos franceses, especialmente de los que están de paso, sobre el hecho de que todavía hay vuelos comerciales directos y con escalas a Francia, y los invitamos a tomar sus disposiciones para salir de Líbano lo antes posible”, indicó en otro comunicado.
Suecia también anunció el cierre de su embajada en Beirut y pidió a sus ciudadanos irse.
El G7 expresó su “gran preocupación por los recientes acontecimientos que amenazan con acarrear una regionalización de la crisis, empezando por Líbano”, indicó el ministro italiano de Relaciones Exteriores, Antonio Tajani, tras una videoconferencia con sus pares de ese club de las principales potencias occidentales, informó la agencia France Presse.
Según el medio estadounidense Axios, el secretario de Estado Antony Blinken dijo a sus homólogos del G7 que Irán y el Hezbolá podrían lanzar un ataque contra Israel en 24 o 48 horas, es decir, a partir de este lunes, según tres fuentes conocedoras de las conversaciones, agregó la AFP.
Israel lleva casi una semana en alerta, a la espera de la prometida respuesta de Irán y sus aliados.
El líder de Hezbolá afirmó que “la espera israelí, desde hace una semana, es parte del castigo, es parte de la respuesta, es parte de la batalla”.
