Mundo EE. UU. elecciones 2024

La democracia estadounidense en las justas

En la democracia sufragista contemporánea, quizás, el concepto de elecciones podría sustituirse por el de justas medievales, donde el caballo que lleva a los contendores es impulsado por la energía del voto que acumulan las preferencias de las maquinarias electorales. Los caballeros deben contar con la destreza para sostener la dirección de esa fuerza y apuntar su lanza con firmeza para lanzar por tierra a su contrincante y declararse vencedores mientras el caballo vuelve al establo.

En setiembre 2020, el demócrata Joe Biden lideraba la intención de voto a escala nacional en EE. UU. con 12 puntos de ventaja sobre el presidente Donald Trump, según un sondeo de opinión de Reuters/Ipsos. El desenlace fue su triunfo electoral sobre el republicano en un resultado muy reñido.

En los últimos meses, las encuestadoras siguen el pulso electoral donde los contrincantes definidos vuelven a ser los mismos y, aunque con menor entusiasmo, la diferencia sigue siendo corta.

Siempre con Biden arriba, las encuestas mantienen a ambos eventuales candidatos alrededor del 43%, aunque la serie de procesos
en los tribunales podrían estar afectando negativamente al republicano.

Una nueva consulta, realizada por la misma firma Ipsos este mes a 4.410 votantes registrados, presentaba una eventual diferencia de seis puntos: 44% Biden, frente a 38% Trump.

Según los estudios de esta empresa encuestadora, la ventaja de Biden ha ido en ascenso en los últimos meses, pues mientras en febrero era de 3 puntos, en marzo subió a 6.

“La democracia estadounidense está en aprietos”, Devon Maxwell

Según el sondeo, dentro de los republicanos, 49% apoyan a Trump contra 21% de su rival más próximo, Ron DeSantis, mientras Mike Pence contaría con 5% de respaldos y Nikki Haley y Vivek Ramaswamy podrían estar dentro del margen de error de la encuesta que es de 2%.

Según los datos de la misma firma, en la consulta de entre el 6 y el 13 de febrero, mientras que el 31% dijo respaldaba al gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el 4% se inclinó por la exgobernadora de Carolina del Sur Nikki Haley, mientras a Trump le daba el 43%.

Las recientes tragedias vinculadas con el uso de armas de alto poder parecen llevar a que un 67% de votantes registrados digan que apoyarían a un candidato que impulse mayor control de armas.

Mientras, en el tema del aborto, 63% se dicen menos inclinados a apoyar un candidato que quiera leyes más estrictas contra el aborto.

Al 15% no gusta ninguno de los posibles candidatos presentados hasta ahora y 9% dice incluso que no votará. Los indecisos se mantienen en el 14%.

En cuanto al tema de la migración, el 64% de los demócratas y 93% de republicanos dicen que apoyarían a un candidato que impulse medidas más estrictas en la frontera con México.

Aunque la mayoría de las encuestas siguen colocando a Biden como favorito para la reelección, su avanzada edad es señalada
como su principal debilidad electoral, mientras el contrincante Trump como su mayor fortaleza.

Migración

La mayoría en ambos partidos temían un incremento de la migración por el levantamiento del Título 42, pero hasta ahora esto no ha ocurrido y, por el contrario, en los primeros días se informó de una reducción de hasta el 50% en la cantidad de migrantes en la frontera. No obstante, se trata de un asunto complejo desde los diversos puntos de vista.

Al volver al Título 8, y levantar la medida especial impuesta por Trump a partir de la pandemia de Covid-19, llamada Título 42, que rechazaba totalmente el ingreso de ilegales y los deportaba, el gobierno de Biden aplicó algunas medidas de control más estrictas en la zona fronteriza.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, autorizó el despliegue de 1.500 soldados en distintos puntos de la frontera con México.

El personal militar tomará datos, apoyará almacenes y efectuará otras tareas administrativas para que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza pueda enfocarse en el trabajo de campo, declaró la vocera de la Casa Blanca Karine Jean-Pierre.

Los soldados “no ejercerán funciones policiales ni interactuarán con migrantes ni inmigrantes”, aclaró Jean-Pierre. “Ello dejará libre a los agentes de la Patrulla Fronteriza para que puedan cumplir con sus importantes labores policiales”.

Este tema afectaría particularmente a estados fronterizos como Arizona, que fue clave para el triunfo de Biden en 2020, donde ganó por 0,3% a los republicanos.

El gobernador de la Florida Ron DeSantis no ha oficializado su precandidatura republicana, pese a que las encuestas lo colocan como una buena alternativa a Trump.

Las tiendas demócratas

Aunque muchos votantes demócratas expresan recelo por la edad del presidente para su reelección, cada vez más consideran que es el único capaz de derrotar a Trump, porque ya lo hizo.

El hecho de que sea precisamente Trump el candidato republicano aparentemente favorece las aspiraciones de Biden y unifica a los demócratas.

La misma vicepresidenta Kamala Harris aceptó volver a ser compañera de fórmula del mandatario una vez que este anunció su postulación. Algunos consideran que es posible que no culmine su mandato o que ceda paulatinamente funciones a su vicepresidente.

La nota discordante la ha presentado Robert F. Kennedy Jr., quien se ha presentado con una incorrección política que ha escandalizado a su histórica familia, pero que le ha ganado adeptos.

El disruptivo demócrata Robert F. Kennedy contribuye a enrarecer más el escenario político estadounidense.

Las tiendas republicanas

Mientras, en las tiendas republicanas las discusiones no son tan gentiles. Trump intenta resistir la andanada de denuncias presentadas en los tribunales que constituyen un abanico de cargos de diversa índole.

Sus seguidores alegan que se trata de una estrategia demócrata para intentar evitar que participe en la campaña.

Pero el expresidente se ha constituido en líder absoluto del partido republicano y, desde una mayoría opositora en el Congreso, le busca hacer el gobierno imposible a su rival.

Polarización

En los sistemas de representación democrática actuales, la polarización se ha convertido en una opción para ganar adeptos y su antecedente es el fatalismo. Este es una ruta que avanza en una sola vía y con un único destino posible, lo cual es preferido por un usuario acostumbrado a la inmediatez, la velocidad de respuesta y a prescindir de la descripción de los procesos.

El extremismo se disfraza de sentido común, basado en premisas básicas de expresión binaria. Luego, al receptor se le propone asumir una postura, a favor o en contra, de manera que quien esté en el lado opuesto no es diferente, sino antagónico.

Los efectos de la polarización en la democracia estadounidense despiertan la preocupación de analistas políticos. El comportamiento de los trumpistas el 6 de enero de 2021 resultó un claro ejemplo de lo que se están incubando y podría tener otros estallidos inquietantes.

Separatismo

En Joseph, una pequeña comunidad rural en Oregón cercana a la línea divisoria de su vecino más conservador Idaho, existe un movimiento local que quiere que se rediseñe el mapa de la región este del estado para poder separarse y unirse a Idaho, reducto de ideas más conservadoras al que se siente más afín.

Los habitantes de estas comunidades sienten que las leyes que emanan de las urbes ignoran su modo de vida rural.

Cambiar la frontera requeriría la aprobación de las asambleas legislativas de Idaho y Oregón, además del visto bueno del Congreso en Washington. Un escenario altamente improbable en Estados Unidos, con una larga historia de separatismo: la Guerra Civil dio origen a la Virginia Occidental en 1863 y California ha resistido a más de 200 intentos de secesión.

“No creo que realmente podamos separarnos de Oregón. Es algo que exigiría mucho trabajo. Pero quizás, a esta altura, quizás nos escuchen”, afirma Garrett Mahon, un maderero de Joseph.

“La democracia estadounidense está en aprietos”, comentó Devon Maxwell, un abogado de 27 años que vive en Oregon y pertenece al partido demócrata.

Curt Howell, un granjero de 67 años, cree que la idea puede aplicarse más allá de Oregon.

“Podríamos cambiar las fronteras del oeste (…) es más fácil vivir con personas que tienen ideas afines” y defiende una separación pacífica, pero “si nada mejora en Oregon en los próximos cinco o diez años, las cosas pueden empeorar mucho”, asegura.

“Si el Congreso no consigue elevar el techo de la deuda antes del default, entraremos en una recesión y será catastrófico”, Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro.

Aborto

Uno de los temas que le ha ganado apoyos al presidente Biden ha sido el del aborto.

Luego de que, en junio 2022, una Corte Suprema, dominada por ultraconservadores promovidos por Trump, revocó su propia e histórica sentencia de 1973 conocida como Roe vs. Wade que otorgaba ese derecho constitucional, el tema se volvió central en la discusión partidaria.

Principalmente, votantes mujeres abrazaron la causa de defensa del aborto, mientras otras se radicalizaron aun más. Pero evitar retroceder en un derecho constitucional ejercido desde hace 50 años fue canalizado por el gobernante Biden, quien, pese a ser católico, se constituyó en abanderado de esa libertad de elección.

Economía

En las últimas semanas, la gran preocupación del presidente Biden es la negociación con la oposición republicana para aumentar el límite de emisión de deuda y evitar un default.

Este martes, tras una nueva reunión de menos de una hora en el salón Oval de la Casa Blanca, no se logró el ansiado acuerdo, pero Biden se dijo “optimista sobre el hecho de que existe un camino hacia un acuerdo presupuestario bipartidista responsable si ambas partes negocian con buena fe”, informó la Casa Blanca en un comunicado. Pero para Kevin McCarthy, líder de la mayoría republicana que controla la Cámara de Representantes, queda “mucho trabajo” por hacer.

El mandatario debió alterar en su agenda el importante viaje a Asia esta semana, para dedicarse a las conversaciones.

Subir el límite de la emisión de deuda suele ser un trámite rutinario en el país, que usa este sistema desde hace décadas.

Pero esta vez los republicanos se niegan a autorizar un incremento o la suspensión del tope de la deuda, a no ser que el gobierno acepte recortes draconianos del gasto público.

“Si los republicanos de la Cámara de Representantes nos empujan a la suspensión de pagos, se podrían perder 8 millones de empleos, lo que destruiría nuestro progreso económico”, escribió el presidente Biden este martes en Twitter.

El país superó, en enero, el límite máximo de la deuda pública, que es de 31,4 billones de dólares, y desde entonces se han aplicado medidas extraordinarias que solo permiten cumplir con las obligaciones por un tiempo.

Así las cosas, Estados Unidos podría entrar en default el 1 de junio si no se llega a un acuerdo en el Congreso, advirtió de nuevo este lunes la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, basándose en “información adicional ahora disponible”. Ya lo había anticipado a principios de mayo.

“Si el Congreso no consigue elevar el techo de la deuda antes del default, entraremos en una recesión y será catastrófico”, advirtió una vez más en CNN Wally Adeyemo, subsecretario del Tesoro.

Pero un default en Estados Unidos también “tendría muy graves repercusiones” en la economía global, afirmó la semana pasada la directora de comunicaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), Julie Kozack, en rueda de prensa. Kozack advirtió que una moratoria provocaría tasas más elevadas y una mayor inestabilidad.

Esto ocurre mientras en algunos foros se comenta cada vez con más seriedad lo que parecía impensable y es que el dólar puede perder su hegemonía en la economía global.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido