Washington, EEUU
Pese a que Israel se enfrenta a una creciente presión internacional para que ponga fin al genocidio en Gaza, que ha causado ya más de 54.000 muertos, la mayoría mujeres y niños, según datos del ministerio de Salud de Hamás, considerados fiables por la ONU, el ejército israelí continúa impune con el respaldo de poderosos aliados como Alemania y EEUU.
Estados Unidos, determinado a proteger a su aliado israelí, provocó el miércoles la indignación de los demás miembros del Consejo de Seguridad, después de que su nuevo veto bloqueara una petición de alto el fuego inmediato y acceso humanitario a Gaza.
El proyecto recibió 14 votos a favor y solo el de Estados Unidos -uno de los cinco miembros permanentes con derecho a veto- en contra, el primero de la nueva administración de Donald Trump.
Este veto «envía el peligrosísimo mensaje de que las vidas de 2 millones de palestinos (…) no cuentan», dijo el embajador paquistaní, Asim Iftikhar Ahmad, quien consideró que da «luz verde para la aniquilación» de la población de Gaza y constituye una «mancha moral en la conciencia» del Consejo.
«El silencio no puede defender a los muertos, no puede sostener las manos de los moribundos, no puede enfrentarse al funcionamiento de la injusticia», añadió su homólogo argelino, Amar Bendjama.
«En un momento en que la humanidad está siendo puesta a prueba en directo desde Gaza, este proyecto de resolución nace de nuestro sentido compartido de la responsabilidad. Responsabilidad hacia los civiles de Gaza» y los rehenes, y «responsabilidad hacia la historia», indicó por su parte el embajador esloveno, Samuel Zbogar. «¡Basta ya!», gritó.
Mientras Francia y Reino Unido expresaron su «pesar» por el resultado de la votación, el embajador chino, Fu Cong, criticó directamente a Estados Unidos, al pedirle que «abandone los cálculos políticos y adopte una actitud justa y responsable».
Silencioso sobre este caso desde hace un año, el Consejo no se pone de acuerdo para hablar al unísono desde el inicio del ataque de Israel contra el movimiento Hamás en Gaza, bloqueado en la mayoría de ocasiones con vetos de Estados Unidos, pero también algunos de Rusia y China debido a la forma en que se redactaron.
La última vez que intentó romper el silencio fue en noviembre, bajo la administración del demócrata Joe Biden, que bloqueó un texto que pedía un alto el fuego en Gaza.
Para Estados Unidos, el texto es «inaceptable por lo que dice e inaceptable por lo que no dice», argumentó la embajadora estadounidense en funciones ante la ONU, Dorothy Shea, antes de la votación.
«Juzgados por la historia»
El proyecto rechazado «socavaría los esfuerzos diplomáticos para alcanzar un alto el fuego que refleje la realidad sobre el terreno, y alentaría a Hamás», añadió, e insistió en el derecho de Israel a «defenderse».
El proyecto de resolución «exigía un alto el fuego inmediato, incondicional y permanente» y la liberación incondicional de los rehenes en manos de Hamás capturados en el ataque del 7 de octubre de 2023 contra Israel que desató el genocidio en Gaza.
También pedía el «levantamiento inmediato e incondicional de todas las restricciones a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y su distribución segura y sin trabas a gran escala» por la ONU.
Tras más de dos meses y medio de bloqueo, Israel empezó a permitir el 19 de mayo la entrada a Gaza de un número limitado de camiones de la ONU, un volumen que para la organización es apenas una «gota en el océano» de las ingentes necesidades de los gazatíes.
Al mismo tiempo, la Fundación Humanitaria de Gaza (GHF, siglas en inglés), una organización con financiación opaca apoyada por Israel y Estados Unidos, estableció centros de distribución de ayuda que la ONU ha denunciado como contrarios a los principios humanitarios.
En los últimos días se han producido decenas de muertos cerca de estos centros, calificados por Naciones Unidas de «trampas mortales», pues palestinos hambrientos se ven obligados a caminar «entre alambradas», rodeados de guardias privados armados.
Alemania contra el estado palestino
Reconocer «actualmente» un Estado palestino enviaría «una mala señal», declaró este jueves el jefe de la diplomacia alemana, en contraste con varios países europeos, que sí que lo hicieron.
«Este proceso debe llevarse a cabo en el marco de negociaciones entre Israel y los palestinos antes de que podamos reconocer un Estado palestino», declaró Johann Wadephul durante una rueda de prensa junto a su homólogo israelí, Gideon Saar, en Berlín.
Es una posición «que también defendemos ante nuestros socios y amigos europeos», agregó Wadephul.
Varios países europeos como España, Irlanda y Noruega, reconocieron el Estado palestino.
Francia, Reino Unido y Canadá anunciaron hace poco que contemplan hacerlo, después de que Israel intensificara su ofensiva en Gaza y bloqueara la ayuda humanitaria en el enclave palestino.
Prevenir el genocidio
La convención de 1948 establece que todos los Estados firmantes deben «prevenir» el genocidio, es decir, detectar los indicios antes de que se cometan esos crímenes, y actuar para impedirlos, como recordó la CIJ en 2024.
El texto no precisa por qué medios pero existe un amplio abanico de medidas para hacer presión: parar el suministro de armas, adoptar sanciones políticas, económicas…
Pero tras 20 meses de masacre impune, Israel sostiene sus acciones apoyado por sus poderosos aliados y el accionar timorato de los organismos multinacionales.
Israel intensificó a mediados de mayo su ofensiva en Gaza, con los objetivos declarados de liberar a los rehenes, tomar el control de todo el territorio y «aniquilar» al movimiento islamista palestino que gobierna el enclave desde 2007.
Ante la parálisis del Consejo de Seguridad, el embajador palestino ante la ONU, Riyad Mansour, urgió a la comunidad internacional a hacer algo.
En un largo artículo publicado en agosto de 2024 en The Guardian, Omer Bartov, un reconocido especialista israelo-estadounidense del Holocausto, contaba cómo llegó a la conclusión, tras la ofensiva de Israel en Rafah, en el sur de la Franja, de que su país era «culpable de crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y acciones genocidas sistemáticas».
«Todos los países tienen la obligación de actuar. Actuar ahora, actuar con firmeza, actuar para poner fin a la impunidad, actuar para poner fin a las atrocidades. ¡Por humanidad, hagan algo!», suplicó al anunciar que recurrirá a la Asamblea General.