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Investigación federal cerca entorno de Trump

Exasesores de campaña enfrentan acusaciones, uno de ellos se declaró culpable y confesó contactos con gobierno ruso.

La investigación que el fiscal especial Robert Mueller lidera sobre los vínculos de la campaña presidencia de Donald Trump y el gobierno ruso apenas da sus primeros pasos, pero ya ha inquietado a la Casa Blanca.

Este lunes, el exdirector de la campaña electoral de Trump, Paul Manfort y su socio Richard Gates fueron formalmente acusados por un Gran Jurado de doce cargos que incluyen conspiración contra los Estados Unidos y conspiración para lavar dinero.

Un juez de la corte de la capital estadounidense les ordenó guardar arresto domiciliario, cuyas condiciones deben respetar so pena de pagar fianzas de $10 millones en el caso de Manafort y $5 millones en el de Gates.

Además, se dio a conocer que un axesesor en seguridad de la campaña de Trump, George Papadopoulus, se había declarado culpable de dar información falsa a agentes de la Oficina Federal de Investigación (FBI).

El equipo investigativo de Mueller ya dispuso entrevistar también a Hope Hicks, quien funge como directora de comunicación de la Casa Blanca desde mediados de agosto, pero ha trabajado junto a Trump desde inicios de su campaña en el 2015, luego de haber laborado como relacionista pública de su hija Ivanka.

OPACO ASESOR

Paul Manafort se sumó al equipo de campaña del entonces candidato Trump en marzo del 2016 y fungió como jefe de la misma entre junio y agosto de ese año. Cabe destacar que por ese entonces fue una figura de suma importancia, pues fue en julio cuando se realizó la convención del Partido Republicano, momento en el que el hoy acusado fue crucial en el manejo político y organización del evento.

Antes de llegar a ese puesto, Manafort desarrolló una amplia carrera como cabildero en representación de intereses de líderes extranjeros. Entre sus clientes se pueden mencionar los dictadores Ferdinand Marcos, de Filipinas, o el sanguinario Mobutu Sese Seko, de la República Democrática del Congo, que él rebautizó como Zaire.

Este operador político además fue asesor de la campaña presidencial del exmandatario ucraniano Viktor Yanukovich entre el 2004 y el 2010. En marzo pasado la Associated Press (AP) divulgó que Manfort desde el 2005 trabajó “en secreto” para el multimillonario ruso Oleg Deripaska un plan para “influenciar la política, negocios y cobertura noticiosa en Estados Unidos, Europa y antiguas repúblicas soviéticas en beneficio del gobierno de Vladimir Putin”.

De acuerdo con la denuncia de la AP, Deripaska es un poderoso magnate de la industria del aluminio y un “cercano aliado” de Putin. Ambos firmaron un contrato en el 2006 por $10 millones al año y la relación se habría sostenido hasta el 2009.

Fue precisamente su vínculo con Yanukovich lo que generó una polémica que llevó a que saliera de la campaña de Trump.

Esta foto fue compartida por el propio Trump en sus redes sociales y fue tomada en la reunión del 31 de marzo del 2016. De izquierda a derecha se puede apreciar la presencia de Jeff Sessions (de espaldas, cabello blanco), J.D. Gordon y George Papadopoulus, además de Trump al fondo. (Twitter.com/realDonaldTrump).

LA CONEXIÓN RUSA

Sin embargo, para los intereses de Trump aún más peligroso que la acusación contra Manafort puede ser el papel que juega el casi desconocido exasesor de campaña George Papadopoulus, quien se declaró culpable de cargos que incluyen haber mentido a agentes federales.

De acuerdo con documentos oficiales del caso, particularmente la Declaración de la Ofensa, ya siendo parte de la campaña de Trump, Papadopoulus sostuvo contactos con un “profesor” en el exterior, quien le dijo al asesor que los rusos poseían “basura” o información comprometedora sobre la excandidata demócrata Hillary Clinton, en la forma de “miles” de correos electrónicos.

Esa comunicación entre Papadopoulus y el “profesor” tuvo lugar el 26 de abril del 2016. Al respecto, es preciso recordar las declaraciones que el mismo Trump ofreció en una conferencia de prensa en julio de ese año, cuando de manera sarcástica dijo “Rusia, si estás escuchando, espero que puedas encontrar los 30 mil correos que no aparecen”.

Ese documento añade que el “profesor” tenía “sustanciales conexiones” con funcionarios del gobierno ruso y que incluso se reunió con algunos de ellos luego de establecer comunicación con el asesor de Trump.

Además, el documento señala que un mes antes, el 24 de marzo del 2016, Papadopoulus ya se había reunido con el “profesor” en Londres, donde éste radica, quien llegó acompañado de una mujer de nacionalidad rusa, identificada como sobrina de Vladimir Putin.

Poco después, Papadopoulus informó de esos contactos por correo electrónico al “supervisor de la campaña”. Esa figura no es identificada en el documento, pero recién este martes se conoció su identidad.

Se trata de Sam Clovis, un conservador quien emergió de un programa de radio en Iowa a ser comentarista pro-Trump en la cadena CNN y quien luego integró y logró relevancia en la campaña del hoy presidente. Fue Victoria Toensing, abogada de Clovis, quien reconoció al Washington Post que su cliente es la persona identificada en los documentos oficiales de la acusación de Papadopoulus como “supervisor de la campaña”.

La revelación provocó que Clovis renunciara a ocupar un cargo en el Departamento de Agricultura al que Trump lo había nominado.

El documento mediante el cual el el Fiscal Especial solicitó a las autoridades judiciales mantener en secreto el arresto de Papadopoulus -acaecido el 27 de julio en un aeropuerto- apunta que sería perjudicial tanto para la causa como para el acusado hacer pública esa información.

Detalla en ese sentido que hacer la información pública podría “deteriorar significativamente su habilidad de servir como un colaborador proactivo”. Según varios medios estadounidenses, ese término del “colaborador proactivo” puede significar que Papadopoulus haya colaborado para recavar y recolectar más información.

Trump por su parte reaccionó a través de Twitter, como es su costumbre, alegando en primer lugar que los hechos por los que se acusa a Manafort sucedieron antes de que integrara su campaña y que no hubo “colusión” entre su campaña y el gobierno ruso.

Papadopoulus también declaró que en una reunión celebrada el 31 de marzo del 2016, delante de Trump y del hoy fiscal general Jeff Sessions, planteó el tema de sus conexiones rusas y de la posibilidad de arreglar un encuentro entre el entonces candidato republicano y el presidente Putin.

Al respecto, justo antes de partir a su gira asiática, Trump manifestó a varios medios que no recuerda casi nada de la reunión, la cual fue “poco importante”.

El Washington Post publicó una entrevista con el asesor J.D. Gordon, quien estuvo presente en esa reunión y quien recordó que cuando Papadopoulus planteó el tema, el entonces senador Sessions lo mandó a callar: “era una mala idea y el Senador no quería que nadie volviera a hablar de ello”.

Esto podría tener serias consecuencias para Sessions, quien durante el proceso de su confirmación como fiscal general ante el Senado, bajo juramento aseveró que no tuvo conocimiento de acercamientos entre la campaña de Trump y Rusia.

La investigación de la posible conexión entre la campaña de Trump y el gobierno ruso es llevada a cabo por un fiscal especial, precisamente porque Sessions se recusó tras la revelación de que él mismo sostuvo una reunión con el Embajador ruso en Washington.

Por otra parte, en las últimas semanas Facebook reveló que durante la campaña electoral al menos unos 126 millones de personas habrían sido alcanzadas por contenido generado por páginas falsas de origen ruso.

La denuncia motivó que representantes de la empresa fueran convocados por un comité especial del Senado.

Heart of Texas fue una de las páginas creadas en Facebook desde Rusia para influir en el electorado estadounidense a favor de Trump.

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