Los guardias fronterizos griegos impidieron el viernes a centenares de migrantes cruzar la frontera desde Turquía, horas después de que las autoridades de Ankara anunciaran que no obstruirán el paso de estos extranjeros a Europa, informaron fuentes policiales.
Periodistas de la AFP pudieron comprobar que centenares de migrantes estaban atrapados en esta zona tapón entre Grecia y Turquía.
Según la policía, el jefe del Estado mayor y el ministro de Protección ciudadana griegos llegaron a Kastanies el viernes, después de que el gobierno decidiera aplicar más “severidad” en el control de las fronteras.
Horas antes, una fuente del ejército griego explicó que unos 300 migrantes habían sido vistos del lado turco de la frontera en la región de Evros, al noreste. “Es una cifra que no se aleja de lo normal”, matizó esta fuente.
Turquía anunció el viernes que dejará de impedir que los migrantes que intentan entrar en Europa crucen la frontera.
La decisión de “abrir las puertas” fue tomada durante un consejo de seguridad extraordinario presidido por el jefe de Estado, Recep Tayyip Erdogan.
Esta reunión fue convocada tras la muerte de 33 soldados turcos en la región de Idlib (noroeste de Siria) en bombardeos atribuidos por Ankara al gobierno sirio, apoyado militarmente por Rusia.
Turquía, que acoge a unos 3,6 millones de sirios que huyeron de la guerra, teme que más migrantes llamen a su puerta, lo cual aumentará el rechazo de su población a la presencia de estos extranjeros en el país.
Grecia y sus socios europeos temen también que aumente el número de refugiados de Siria. En 2015, un millón de refugiados y migrantes llegaron a Europa y después, un acuerdo entre la UE y Turquía, comenzó a regular este flujo de personas.