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Fuerzas conservadoras se organizan en Argentina para nueva ofensiva en América Latina

La celebración de una segunda Conferencia hemisférica contra el terrorismo, la 54º reunión del Mercosur y un nuevo encuentro del Grupo de Lima. Todo en Argentina en una misma semana.

La celebración de una segunda Conferencia hemisférica contra el terrorismo, la 54º reunión del Mercosur y un nuevo encuentro del Grupo de Lima. Todo en Argentina en una misma semana. Las fuerzas conservadoras que gobiernan hoy en casi todo el hemisferio han lanzado una nueva ofensiva para reordenar la política regional según sus intereses.

La conferencia contra el terrorismo fue el punto de partida de una gira de cuatro días del Secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, que incluyó Argentina, Ecuador, México y Perú.

En Buenos Aires, Pompeo se reunió con representantes de 18 países de la región, con lo que dio seguimiento a la primera conferencia celebrada en diciembre del año pasado en Washington.

La cita, el 18 y 19 de julio, se programó para coincidir con las conmemoraciones del los 25 años de un atentado contra la AMIA, un centro judío en Buenos Aires, donde murieron 85 personas y centenares resultaron heridas.

Nadie ha sido condenado por ese crimen, al que Israel, Estados Unidos, y sectores políticos argentinos tratan de vincular a la organización Hezbollah y con Irán.

En medio de diversas irregularidades en los procesos, todos los acusados terminaron siendo exculpados, incluyendo el exembajador iraní en Argentina, Hadi Soleimanpour, detenido en Londres y luego liberado al considerar la justicia británica que no había pruebas en su contra.

“Pompeo se centra en Irán y Hezbollah en la conferencia antiterrorista en América Latina”, tituló la editora asociada del Washington Post, Karen DeYoung.

El apoyo de Irán a Hezbollah es una amenaza para América del Sur, según Pompeo, para quien la organización se mantiene activa, particularmente en la sensible zona fronteriza entre Brasil, Argentina y Paraguay y, naturalmente, en Venezuela.

Se colocaban así dos de los temas más sensibles de la política exterior norteamericana: sus relaciones con Irán y con Venezuela.

La agencia de prensa Infobae, a la que Pompeo concedió una entrevista, informó que se buscaba reflotar el grupo 3+1 –conformado por Argentina, Paraguay y Brasil– que, junto con Estados Unidos pretende instalar un grupo de trabajo conjunto conformado por las agencias de inteligencia, expertos en contraterrorismo y representantes de los ministerios de seguridad de estos países. La idea –según Infobae– “es acorralar las acciones de la agrupación pro-iraní” que tendría fuertes lazos en esa triple frontera.

Se espera que luego Chile y Colombia se sumen a estas iniciativas, que pretenden crear un cordón de seguridad contra el terrorismo del movimiento chiita libanés Hezbolá en Sudamérica.

Un día antes de la cita el presidente de Argentina anunció la inclusión de Hezbolá en una lista de organizaciones terroristas lo que, de acuerdo con The New York Times, es un respaldo convincente a la narrativa de Estados Unidos sobre el apoyo que Irán brinda al terrorismo internacional.

La primera reacción conocida luego de la reunión de Buenos Aires fue la decisión del gobierno brasileño de no cargar dos barcos iraníes con cereales comprados en Brasil y negarse luego a venderles combustible para que pudieran abandonar puertos brasileños.

Moreno y Bukele

La gira de Pompeo incluyó una visita a dos nuevos aliados: el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, y el de El Salvador, Nayib Bukele.

La crisis en Venezuela, la seguridad nacional y la lucha contra la corrupción centraron el diálogo entre los gobiernos de Estados Unidos y Ecuador, según información divulgada en Quito.

“Tenemos muchos retos conjuntos con Estados Unidos: luchar contra la delincuencia organizada transnacional, recuperar activos de la corrupción, proteger los derechos de nuestros migrantes e incrementar las exportaciones. Estos son algunos puntos clave que abordamos con el Secretario Pompeo”, tuiteó Moreno el 20 de julio.

Pompeo respondió por el mismo medio, afirmando estar encantado con su visita a Ecuador. “Tuvimos grandes conversaciones con el presidente Moreno y el canciller Valencia, que contribuirán a fortalecer la relación bilateral y la cooperación para alcanzar nuestros objetivos comunes”.

La entrega de Julian Asange a la justicia inglesa, luego de su largo asilo en la embajada de Ecuador en Londres y su probable extradición a Estados Unidos, ha puesto la relación entre los dos países en un nuevo nivel.

Bukele, por su parte, también tuiteó. “No queremos que nos sigan regalando su dinero, queremos ser aliados”, afirmó. “El Salvador busca ser visto como un amigo de Estados Unidos”, señaló en la conferencia de prensa que ofreció luego de reunirse con Pompeo.

Cualquier ayuda o programa que el gobierno de Estados Unidos quiera hacer en El Salvador será bienvenido, pero no podemos forzarlos a que nos den dinero gratis, publicó la Secretaría de Prensa de la Presidencia.

Ambos gobiernos firmaron el 21 de julio un acuerdo para la lucha contra el narcotráfico, las pandillas y la migración. Y estaba prevista la llegada de mil soldados norteamericanos a El Salvador el pasado día 27, para apoyar esa lucha contra las pandillas.

Entre Ecuador y El Salvador Pompeo hizo una escala en México, donde se reunió con el Secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard. Luego del reciente acuerdo migratorio entre los dos países, las relaciones han entrado en una fase de cierta distensión. Pero, en México, Pompeo no fue recibido por el presidente López Obrador.

Mercosur y Grupo de Lima

La gira de Pompeo fue precedida por una reunión del Mercosur celebrada el 16 y 17 de julio en la ciudad argentina de Santa Fe, la primera luego de la aprobación del acuerdo de Libre Comercio con la Unión Europea.

En la agenda estaba el interés de negociar un tratado de libre comercio con Estados Unidos. Quince años después del rechazo del Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA) por América Latina, una idea similar vuelve a resurgir en el nuevo contexto político regional.

El portavoz de la presidencia de Brasil, Otávio Rêgo Barros, reveló que el mandatario de ese país, Jair Bolsonaro, quiere proponer un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y Estados Unidos ahora que Brasil asumió la presidencia del grupo.

Durante la sesión preparatoria entre los ministros de Relaciones Exteriores, el canciller argentino, Jorge Faurie, reveló también que “el tema de Venezuela estuvo sumamente presente”.

En su opinión, “los venezolanos han violado los derechos humanos al no tener alimentos, ni salud, ni agua, ni electricidad, y todo debido al colapso que está sufriendo el régimen y al mal gobierno que hay actualmente en Venezuela. Cuando Venezuela recupere su plena democracia, podremos ayudar al país”, afirmó, sin hacer referencia a los efectos devastadores del bloqueo a que está sometida la economía venezolana por los Estados Unidos.

Los miembros del Mercosur, con excepción de Uruguay, reconocen al opositor Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela.

Uruguay tampoco forma parte del Grupo de Lima, organización que se reuniría la semana siguiente en Buenos Aires. Los países miembros de ese grupo –Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Paraguay y Perú– instaron a Maduro a convocar sin dilatoria una nueva elección presidencial. En caso contrario impondrán nuevas medidas de presión y sanciones adicionales a Venezuela.

Sobre el tema, Pompeo ya se había expresado en su entrevista a Infobae, publicada el 19 de julio: “Cuando miro a América Latina hoy no veo desafíos: veo grandes oportunidades. Veo esta nueva era, en la que los países –Argentina, con el presidente Macri; Brasil, con el presidente (Jair) Bolsonaro; y Chile, y Perú, todos– avanzan en la dirección correcta hacia economías en crecimiento, menos influencia del gobierno en la gestión de la economía, verdaderas oportunidades para sus ciudadanos como las que América del Sur no ha tenido por un tiempo horriblemente largo”.

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