Este 1 de junio se consumó la salida del presidente de Gobierno español Mariano Rajoy, luego de que el Congreso de los Diputados aprobara una moción de censura en su contra.
Pedro Sánchez, líder del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), propuso la medida que recibió apoyo de partidos como Podemos o el Partido Nacionalista Vasco (PNV), luego de que este 25 de mayo la Audiencia Nacional -es decir, los tribunales de justicia- condenara a prisión a empresarios y altas figuras del Partido Popular (PP).
La sentencia abarca crímenes como fraude, malversación, blanqueo de capitales, estafa, delitos contra la Hacienda Pública o tráfico de influencias, relacionados con el denominado caso Gürtel, en el cual se demostró, tras diez años de investigaciones, que se había creado una estructura paralela para mover fondos en la sede del PP en Madrid.
Se trató de una red empresarial que canalizó pagos al PP, con el fin de conseguir exenciones a regulaciones urbanísticas y ambientales para el desarrollo de proyectos inmobiliarios. La sentencia alcanza al propio PP y destaca su extesorero Luis Bárcenas, condenado en total a más de 33 años de prisión por falsedad documental, blanqueo de capitales, apropiación, indebida, estafa y delitos contra la Hacienda Pública.
ADIÓS DE RAJOY
La primera señal de que el caso Gürtel podría saldarse con la salida de Rajoy, la dio el líder de Podemos Pablo Iglesias, cuando, al conocer la sentencia, ofreció a Sánchez apoyo sin condición alguna a una moción que sacara a Rajoy y su PP del poder: “Nuestro sí para la moción ya lo tienen”, expresó a la prensa, según el diario El Español.
El cálculo de Podemos, según lo expresó el propio Iglesias, es que los 84 votos no le bastan a Sánchez para “sacar adelante el gobierno”, por lo que espera poder construir pactos con el PSOE.
Por su parte Rajoy, en el cargo desde el 2011, reaccionó airadamente en la víspera de la votación. A través de redes sociales ensayó un alegato a favor de su permanencia en el poder: “el Sr. Sánchez no está en condiciones de formar un Gobierno estable; no tiene una idea de país; no tiene respuestas a los retos a los que se enfrenta España y no debería aspirar a ser presidente del Gobierno porque no ha ganado unas elecciones nunca”.
Añadió que la sentencia en el caso Gürtel es “una excusa que le sirve (a Sánchez) para esconder sus verdaderas intenciones: llegar a la Presidencia del Gobierno sin pasar por las urnas porque sabe que los españoles no le van a avalar. Quiere llegar como sea y con quien sea. Su programa vale lo que le exijan sus apoyos, es un ejercicio de pirotecnia con tal de lograr su meta, incluso, por encima del interés general”.
Pero de nada valieron sus argumentos, ya que Sánchez y el PSOE lograron amasar los 84 votos necesarios para que se aprobara la moción de censura contra Rajoy, con lo cual el opositor quedó nombrado Presidente de Gobierno.
Tras el resultado de la votación, por la misma vía Rajoy se declaró “orgulloso de haber sido vuestro Presidente, ha sido un honor. Hice todo lo posible y todo lo necesario para dejar las cosas mejor que las encontré. Y juntos lo hemos logrado. Las decisiones no siempre fueron fáciles, pero todas han servido para defender a España. Gracias a todos los españoles”.
La España de Rajoy se ha caracterizado por una creciente desigualdad social, materializada en un elevado número de desahucios contra sectores vulnerables, y serios retrocesos en el ejercicio de la libertad de expresión.