Mundo

El reordenamiento mundial tras una guerra avisada

En el 80 aniversario de haber derrotado un proyecto social y político despiadado y deshumanizado, los líderes mundiales se enfrentan al reto de gestionar un nuevo orden mundial donde el diálogo y la diplomacia predominen en las relaciones entre las naciones y los pueblos, pero eso no parece asomar con claridad.

El 9 de mayo es una fecha clave para el nuevo orden mundial que se está gestando entre los poderes fácticos en el planeta. Se trata de la conmemoración en Rusia de la victoria de la Unión de Repúblicas Soviéticas Socialistas (URSS) contra el ejército de la Alemania nazi que puso fin a la Segunda Guerra Mundial.

La celebración en Moscú de esta magna efeméride pone de manifiesto un mundo dividido, polarizado, que tiende a acomodarse en bloques, o, al menos es a lo que aspiran algunos sectores de poder fáctico.

En un mundo globalizado, la pérdida de la hegemonía por parte de las potencias occidentales conduciría a la aceptación de la hegemonía de otros y a una pérdida del control o dominio existente desde hace, al menos, cinco siglos.

“El mandatario republicano no parece entender que EE.UU. no puede ser la gran potencia del mundo sin el apoyo de sus aliados occidentales”.

Parece que la inminente pérdida de esa hegemonía inspiró una estrategia geopolítica que busca llevar al mundo a un nuevo orden polarizado, del tipo guerra fría, donde se configuran bloques antagónicos.

Contando aun con los mayores mercados del mundo: Estados Unidos (EE.UU.) y Europa, las potencias occidentales y sus satélites como Corea del Sur, Japón, Australia y Canadá han querido definir un enemigo que las aglutine. Pero parece que, por un lado, su propia raíz ideológica y, por otro, su desmesurada codicia, impiden esa cohesión.

Ni siquiera una amenaza a la humanidad entera, como fue la declaración de la pandemia de Covid-19, logró orientar una nueva propuesta humanitaria para Occidente. En vez de dirigir sus esfuerzos hacia propuestas sociales para proteger la salud pública y combatir los problemas que la amenazan, los líderes concentraron su interés en buscar la solución en el mercado, en un producto: una vacuna.

Al igual que otras enfermedades endémicas como la obesidad, la ansiedad o las adicciones, en vez de combatirlas con una dieta sana y una mejor calidad de vida, lo hacen con productos farmacológicos.

Evelyn Matthei y José Antonio Kast, dos representantes de la derecha radical, en los primeros lugares de preferencia para las elecciones presidenciales de noviembre en Chile.

Trump, el síntoma

Si hay algo que puso en evidencia el presidente Donald Trump en sus primeros 100 días de gobierno y con su declarada guerra arancelaria fue el poderoso lugar de la República Popular China como potencia mundial.

Si a alguien le cabían dudas, aún no se había dado cuenta, o sospechaba de los indicadores, en este momento queda claro cuál es la otra gran potencia en el mundo; y eso es ya histórico.

El caos al que nos asomamos parece el resultado de un dominio en decadencia y, el despertar de un nuevo orden.

Las perspectivas para América Latina frente a ese nuevo orden en gestación no parecen muy halagüeñas y, con contadas excepciones, se perfilan entre la incertidumbre en lo económico y el sometimiento en lo político.

Son claras las posturas y afinidad con el proyecto trumpista de refundar la doctrina Monroe por parte de algunos Gobiernos como son el de Panamá, El Salvador, Ecuador y Argentina, que ya se involucran en esquemas de seguridad regional, pero para otros el futuro es nebuloso

Chile hacia la derecha

El domingo 16 de noviembre de 2025, Chile celebrará elecciones presidenciales y legislativas. En caso de que ningún candidato supere el 50% más uno de los votos tendrá lugar una segunda vuelta el domingo 14 de diciembre.

Las primarias internas para elegir candidaturas se realizarán el 29 de junio. Hasta ahora, las encuestas reiteran una fuerte inclinación hacia la derecha y la extrema derecha en las intenciones y preferencias del electorado.

Según la encuesta de Cadem, dada a conocer el 4 de mayo, para la elecciones presidenciales de noviembre, en intención de voto espontáneo, sigue a la cabeza la candidata de la derechista UDI (Unión Demócrata Independiente), Evelyn Matthei, con 22% y José Antonio Kast, exdiputado y dos veces candidato presidencial, con 13%. Carolina Tohá candidata del bloque de centroizquierda ex-Concertación sube a 11% y queda en tercer lugar, tras desplazar a cuarta posición al ultraderechista Johannes Kaiser, del Nacional Libertario, con 10%.

A él le siguen Gonzalo Winter 6%, Jeannette Jara 6%, Franco Parisi 4% y la expresidenta Michelle Bachelet 2%, mientras un 3% menciona a “otros” y un 23% no sabe o no responde.

En expectativa presidencial, 32% cree que la próxima presidenta de Chile será Matthei, seguida ahora por Tohá 15%, Kast 14% y Kaiser 11%, según la empresa encuestadora.

En 2013, Matthei perdió estrepitosamente en segunda vuelta contra Bachelet, 37% contra 63%.

Fernando Matthei Aubel, nacido en 1925 y padre de la candidata, fue comandante en jefe de la Fuerza Aérea de Chile y miembro de la Junta Militar durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Por su parte, Michael Martin Kast Schindele nació en 1924 en Thalkirchdorf, Alemania, y fue padre del candidato del Partido Republicano, se afilió a los 18 años al Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores Alemanes (NSDAP por sus siglas en alemán) el 1 de septiembre de 1942 y combatió con el ejército alemán en la Segunda Guerra Mundial, dice una información del diario español El País.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha tratado de sostener su proyecto alternativo en medio del acecho constante de una derecha acostumbrada a que no le disputen el poder.

Colombia sin paz ni sosiego

El primer gobierno de izquierda en la historia de Colombia ha sobrevivido a un hostigamiento incesante por parte de la derecha, acostumbrada a tener el poder y decidida a hacer fracasar el proyecto oficialista aun a pesar del bienestar de la mayoría de los colombianos.

La crisis más reciente que ha debido enfrentar es en la zona fronteriza con Venezuela, donde miembros de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) se disputan un territorio conocido por ser crucial para el narcotráfico.

El presidente Gustavo Petro ha visto fracasar su proyecto de un “plan de paz total” para combatir la violencia desde sus raíces.

Primero se rompieron las treguas y mesas de negociación con el ELN y más recientemente se dispararon los combates en la región fronteriza con Venezuela.

Petro anunció el fin de semana un acuerdo para instalar una “zona de paz” en Tibú, el municipio del Catatumbo con la mayor concentración de cultivos de hoja de coca del país.

Allí, los disidentes del Frente 33, que se apartaron del histórico acuerdo de paz firmado en 2016 con el grueso de las FARC, se asentarán y empezarán a desmovilizarse sin la presión de sus rivales, bajo el plan de paz del Gobierno.

“El ELN ha escogido el camino de la guerra y guerra tendrá”, escribió Petro en la red social X en enero, informó la Agence France-Presse (AFP).

Investigadores del conflicto sostienen que el ELN se ha convertido en los últimos años en una guerrilla binacional, que se mueve constantemente por ambos lados de la frontera colombo-venezolana, agrega la agencia.

Petro, un exguerrillero que firmó la paz junto al M-19 en 1990, considera que el espíritu revolucionario del ELN se ha desvanecido y ha sido reemplazado por la «codicia» de la cocaína.

México en aguas turbulentas

La economía mexicana, la segunda más grande de América Latina después de Brasil, creció un 0,6% interanual en el primer trimestre de un año marcado por la incertidumbre sobre los aranceles de Estados Unidos, informó este miércoles Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).

“Claro que queremos más, pero, frente a la circunstancia de aranceles, la situación de incertidumbre en la que todos estos meses se ha movido la economía mundial por el nuevo marco que ha impuesto el presidente Trump, es una buena noticia”, dijo la mandataria Claudia Sheinbaum. El Gobierno de México confía en lograr un crecimiento de entre 1,5% y 2,3% en 2025, dijo esta semana AFP.

Trump firmó la semana pasada un decreto que limita el impacto de los aranceles a la industria automotriz. Con los cambios, la tarifa aduanera del 25% para un vehículo importado no se sumará al 25% aplicado al acero o al aluminio, agrega la agencia.

El Gobierno estadounidense también otorgó a la industria un período de gracia de dos años para mover las cadenas de suministro a Estados Unidos.

Y para todos los vehículos fabricados y vendidos en Estados Unidos que utilicen piezas importadas los fabricantes que paguen el 25% de aranceles podrán recuperar una parte del dinero.

Este alivio muestra el buen manejo de las negociaciones que el Gobierno de México sostiene con la administración Trump.

Argentina, geoestratégica

El presidente argentino, Javier Milei, recibió la semana pasada en Buenos Aires al jefe del Comando Sur de Estados Unidos, el almirante Alvin Holsey, informó la embajada en un comunicado.

En la reunión participó también el ministro de Defensa argentino, Luis Petri.

Holsey, viajó a Ushuaia, en Tierra del Fuego (sur) donde se construye desde 2022 una nueva base naval integrada con un puerto de aguas profundas con el objetivo de servir como polo logístico antártico.

Un año atrás Estados Unidos anunció una ayuda de $40 millones para financiar la modernización de la estructura de defensa de Argentina, un fondo de apoyo que no otorgaba al país sudamericano desde 2003, informó la AFP.

Habrá que ver si la alianza con Netanyahu no empieza a ser incómoda para los planes de Trump.

El control del mar Rojo

Con la mediación de Omán, Trump parece gestionar un acuerdo con los hutíes de Yemen, en una especie de pacto de no agresión, según informó este martes el Gobierno de Omán.

Trump ha expresado su interés en controlar el canal de Suez, vía estratégica del comercio mundial energético.

Se juega ahora la alianza con Israel, un socio al que habrá que ver si se atreve a darle la espalda como lo ha hecho con casi todos los que hasta hace muy poco eran los principales aliados de EE.UU.

El desenmascaramiento de la postura y actitud de EE.UU. con el resto del mundo que Trump ha desplegado provocaría un aislamiento de la gran potencia norteamericana y, contrario a la que se esperaba, puede estar precipitando la pérdida de su hegemonía.

El mandatario republicano no parece entender que EE.UU. no puede ser la gran potencia del mundo sin el apoyo de sus aliados occidentales.

Las posturas en el tablero geopolítico quedaron más claras con los primeros 100 días de Trump en la Casa Blanca.

El caos favorece al que esté mejor parado, que en este caso son EE.UU., China y Rusia. El primero porque tiene el mercado más grande del mundo, el segundo porque tiene la economía más solvente y el tercero porque de alguna forma se inmunizó al sobrevivir a las sanciones de las potencias occidentales.

Mientras tanto, el conflicto recientemente activado, y en preocupante escalada, entre India y Pakistán asoma una debilidad política que el primer ministro de India, Narendra Modi, no ha logrado controlar totalmente. Su oportunidad de consolidarse como potencia económica emergente se ve amenazada.

Suscríbase al boletín

Ir al contenido