América Latina no es ajena a esos cambios. Al avance de sectores conservadores se suma el caos provocado por nuevas formas de asalto al poder, como los ocurridos en Brasil, Paraguay u Honduras, que no contribuyen a la estabilidad regional.
Los medios internacionales recordaron el retorno del clima de Guerra Fría –la confrontación que durante 45 años puso frente a frente el occidente capitalista y el mundo socialista que encabezaba la Unión Soviética– y las renovadas tensiones con Moscú, ahora a causa del envenenamiento de un exespía británico, de nacionalidad rusa, y su hija, en Londres.
Se trata del excoronel Sergei Skripal (66 años) y a su hija Yulia (33 años), intoxicados con una “sustancia desconocida” en la ciudad británica de Salisbury, al sur del país. Según informó la BBC, murieron dos días después de que ambos tuvieran que ser internados en una unidad de terapia intensiva, el pasado 4 de marzo.
Condenado en 2006 por espiar para el Reino Unido desde su cargo de encargado del personal en la Dirección Principal de Inteligencia de Rusia, Skripal salió libre gracias a un intercambio de espías entre Moscú y Washington en el 2010. Desde entonces vivía en Gran Bretaña.
La primer ministra británica, Theresa May, acusó a Rusia de haber atentado contra la vida de Skripal y su hija sin hacer públicas sus pruebas. Además, anunció la expulsión de 14 diplomáticos rusos de Inglaterra diez días después.
En “solidaridad” con Londres, Estados Unidos y 28 países europeos decidieron expulsar un total de 120 diplomáticos rusos. Solo Estados Unidos expulsó a 60 y cerró el consulado ruso en Seattle, medidas que a las que Moscú respondió de forma similar.
Bolton
El diplomático brasileño José Mauricio Bustani era, en 2002, el director general de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ), la misma que hoy debería pronunciarse sobre el supuesto uso de un agente químico prohibido contra Skripal.
Pero en 2002 se trataba de otro problema: la acusación de que Irak tenía armas de destrucción masiva, usada por la administración de Bush hijo para justificar la invasión del país.
Bustani promovió la incorporación de nuevos países a la Organización, encargada de supervisar la capacidad de los países de producir y almacenar armas químicas prohibidas.
“Cuando anuncié que tendríamos dos nuevos miembros, Irak y Libia, los norteamericanos se volvieron locos”, dijo Bustani al diario brasileño Folha de São Paulo, en una entrevista publicada el domingo pasado.
Ellos sabían que, en ese caso, ambos tendrían que someterse a una inspección internacional y que quedaría en evidencia que no tenían armas de destrucción masiva.
Estados Unidos decidió usar su poder para destituir del cargo a Bustani, quien recuerda el día en que John Bolton, entonces subsecretario de Estado para el control de armas y seguridad internacional del gobierno Bush, le dijo, en su oficina de la ciudad holandesa de La Haya, que tenía instrucciones del vicepresidente Dick Cheney para pedirle la renuncia en 24 horas. Si lo hacía le buscarían una salida decorosa; si no, lo destituirían. Fue lo que ocurrió.
Bolton, que era uno de los más decididos partidarios de la invasión de Irak, acaba de ser nombrado consejero de Seguridad Nacional por el presidente Donald Trump, un cargo que asumirá a partir del 9 de abril.
Guerra comercial
En el escenario internacional está también una guerra comercial en pleno desarrollo entre las dos principales economías del mundo: la norteamericana y la china.
El 22 de marzo Trump habló de “agresión económica de China” y anunció aranceles sobre productos chinos que podrían llegar a los $60 mil millones.
El 1º de abril Beijing respondió suspendiendo la reducción de aranceles programada para 128 artículos de siete categorías importadas de Estados Unidos. “Sobre la base de las tarifas actuales, el arancel se incrementa. Para 120 artículos, incluida la fruta, el derecho será del 15%; para ocho artículos, incluido el cerdo, será de 25%”, dijo un comunicado del ministerio de Finanzas chino.
Ya el año pasado el Rhodium Group, una firma de analistas norteamericana, estimó las inversiones de ese país en China en $228 mil millones, en un artículo en el que la revista The Economist estimaba que una guerra comercial entre las dos potencias sería de garantizada destrucción mutua.
América Latina
El 13 de febrero Trump anunció, de forma sorpresiva para el propio Secretario de Estado, Rex Tillerson, su reemplazo por el entonces director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), el general Mike Pompeo.
El cambio fue considerado por un comentarista de la BBC como el augurio de “una nueva etapa en la relación de Trump con sus vecinos del sur”. “Pompeo es un exponente de la línea dura republicana que, como director de la CIA, habló de ‘riesgos políticos’ en América Latina, expresó esperanza por un cambio de Gobierno en Venezuela y dijo mirar de cerca la situación de México y otros países”, dice la nota del periodista Gerardo Lissardy.
Trump ha vuelto a las andadas con el tema de la renegociación del Nafta con México y Canadá.
“México está haciendo muy poco, si no nada para evitar que la gente llegue a México a través de su frontera Sur y, luego, a Estados Unidos. Se ríen de nuestras tontas leyes de inmigración. Tienen que acabar con la gran droga y el flujo de gente o voy a acabar con el Nafta. ¡Necesitamos un muro!”, dijo Trump en su cuenta de Twitter el domingo pasado.
Naturalmente, el tema que genera mayor tensión regional es el creciente cerco a Venezuela impulsado por Estados Unidos con el apoyo del Secretario de la Organización de Estados Americanos (OEA). Aunque la política exterior del actual Gobierno de Costa Rica se sumó a esa maniobra, los sectores más conservadores del país quisieran algo más y el nuevo Gobierno deberá definirse en esta materia.
Vecinos
Habrá cambios también en el vecindario. México tendrá elecciones el 1º de julio, solo pocas semanas después de que asuma el nuevo Gobierno en Costa Rica. Aunque es temprano para hacer predicciones, sobre todo conociendo la poca fiabilidad de los procesos electorales mexicanos, el favorito, por ahora, es el opositor Andrés Manuel López Obrador, candidato de la coalición “Juntos Haremos Historia”. Un eventual triunfo de López Obrador introduciría nuevos elementos, también difíciles de prever en la región.
En Colombia Gustavo Petro, exalcalde de Bogotá, es uno de los candidatos presidenciales favoritos a solo tres meses de las elecciones. Con poco apoyo en el Congreso, un eventual gobierno de Petro enfrentaría dificultades para avanzar en su programa.
El otro favorito es el candidato de la derecha, Iván Duque, aliado del expresidente Álvaro Uribe y fuerte opositor de los acuerdos de paz con las FARC.
Cuba verá también este mes un cambio en la jefatura del Estado, en un proceso seguido con atención, tanto para quienes apoyan como por quienes adversan la revolución.
En América del Sur se ha avanzado hacia posiciones neoliberales impulsadas por el presidente argentino Mauricio Macri, cuyas políticas el expresidente Barack Obama, al final de su mandato, presentó como el modelo a seguir por la región.
El cambio de Gobierno en Chile, hace tan solo unas semanas, viene a reforzar este modelo. Mientras, en Brasil más que un modelo el país vive una situación caótica, de derrumbe institucional. Esta semana se podría conocer el destino del expresidente Lula, al decidir el Supremo Tribunal Federal un pedido de habeas corpus.
Si es rechazado, Lula podría ser preso inmediatamente para cumplir una condena de 12 años, acusado de corrupción. Si es aprobado, queda abierta la posibilidad de una candidatura el octubre, en unas elecciones en las que es amplio favorito.
Un escenario fluido y difícil en todas partes para el Gobierno que asumirá en Costa Rica el 8 de mayo.