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Conferencia de paz para Siria plagada de incidentes

El Gobierno ruso no logró convencer este martes a los delegados de la sociedad civil y de políticos sirios a superar sus divisiones agravadas

El Gobierno ruso no logró convencer este martes a los delegados de la sociedad civil y de políticos sirios a superar sus divisiones agravadas por seis años de guerra, durante una conferencia de paz en Sochi plagada de incidentes.

Entre boicots, abucheos en la sala, silbidos y banderas, la jornada de debates se cerró finalmente con un comunicado final que propone la creación de un comité encargado de “redactar un proyecto de reforma constitucional”.

“El pueblo sirio decide por sí solo el futuro de su país por vías democráticas (…) sin presión o interferencia exterior”, añadió el texto.

Ese comité deberá trabajar bajo el impulso de la ONU y “debería como mínimo integrar al Gobierno, la oposición representada en las negociaciones de Ginebra (bajo supervisión de la ONU), expertos sirios, la sociedad siria, independientes, jefes tribales y mujeres”, explicó en rueda de prensa el emisario de la ONU, Staffan de Mistura, a la prensa.

Para de Mistura, hay un avance de “la teoría a la práctica”.

“Nunca habíamos tenido al Gobierno y a la oposición involucrados en una discusión sobre una nueva Constitución, porque no había acuerdo”, destacó a los periodistas presentes en la sede de la ONU por teléfono desde Sochi.

“Creo que hemos alcanzado este punto”, dijo.

Sin embargo, a este “Congreso del diálogo nacional sirio” en Sochi no acudieron todos los protagonistas del complejo conflicto.

Los principales grupos de la oposición en Siria, los kurdos y las potencias occidentales no estuvieron presentes.

“Las negociaciones terminaron con nuestro rechazo categórico de participar en Sochi”, dijo a la AFP Ahmad Al Saud, quien dirige la División 13, un grupo rebelde apoyado por Estados Unidos.

Según fuentes dentro de la oposición, algunos rebeldes presentes se negaron a salir del aeropuerto tras ver el logo de la conferencia que incluye solo la bandera oficial siria y no la que creó la oposición al comienzo del conflicto, con tres estrellas entre las franjas verde y negra.

La reunión fue convocada por iniciativa de Moscú, principal apoyo de Bashar al Asad, con el consentimiento de Teherán y de Ankara.

“Si uno o dos grupos no pudieron participar, no hago de eso una tragedia”, declaró el ministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Lavrov.

El discurso de Lavrov ante los aproximadamente 1.500 participantes fue interrumpido por silbidos y gritos de “¡Viva Rusia!”, cuando leía el mensaje de bienvenida del presidente Vladimir Putin.

Rusia se convirtió en uno de los actores inevitables del conflicto en Siria desde que lanzó, en septiembre de 2015, una campaña militar que permitió a las fuerzas de Bashar al Asad reconquistar terreno.

La diplomacia rusa junto a la iraní, apoyo del régimen sirio, y la turca, país que respalda a grupos de la oposición, impulsó el ciclo de negociaciones de Astaná con los que se crearon las “zonas de distensión” en el terreno. Pero Moscú tiene dificultades en transformar esos resultados en avances políticos.

Moscú aseguró que la sociedad siria estaba representada en su conjunto en Sochi, pero la mayoría de los participantes eran afiliados al partido Baas, en el poder, o eran miembros de formaciones aliadas a ese o de la oposición “tolerada” por Damasco.

El conflicto dejó más de 340.000 muertos desde 2011.

El Comité de Negociaciones Sirias (CNS), que representa a los principales grupos de oposición, anunció su rechazo a participar tras el fracaso de Viena.

Acudieron, sin embargo, rebeldes, aunque a título individual.

Los kurdos ya anunciaron el domingo que no participarían en la reunión “debido a la situación en Afrin”, enclave kurdo del norte de Siria donde Turquía lanzó una ofensiva hace una semana.

Las potencias occidentales también se mostraron escépticas con esta iniciativa rusa, puesto que temen que debilite las discusiones organizadas por la ONU en Ginebra y lleve a obtener un acuerdo de paz ventajoso para el régimen de Damasco.

Estados Unidos y Francia tampoco enviaron observadores a Sochi.

El enviado especial de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, habla con el enviado especial del Kremlin para el proceso de paz sirio, Alexander Levrentyev en Sochi, Rusia. (Foto: Valery Sharifulin / Tass para AFP).

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