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“China tiene mayores posibilidades de vencer”

Editoriales de medios estadounidenses sostienen que mientras Estados Unidos pretende forjar una alianza ideológica contra China, el país asiático “utiliza los intereses reales para aplastar esa conspiración”.

En el escenario de consecuencias impredecibles, creado por una pandemia que ha devastado las economías del mundo, también han crecido las tensiones políticas.

Los próximos tres meses serán de un peligro extremo, advirtieron  analistas chinos, en referencia a la creciente tensión entre su país y Estados Unidos.

Las predicciones son de que estas tensiones continuarán aumentando de aquí hasta las elecciones del 3 de noviembre, sin que nada asegure una mayor distensión si el presidente Donald Trump pierde las elecciones. 

El que fue su jefe de campaña en las elecciones del 2016, Steve Bannon, recomendó a Trump enfocarse ahora en el combate al Partido Comunista chino, si quiere ganar las elecciones. 

“Yo creo que el gobierno de China es un grupo de gangsters y que el Partido Comunista de China es completamente ilegítimo”, afirmó Banner en una larga entrevista al periodista David P. Goldman, publicada el 12 de junio en el periódico Asia Times.

“Creo que el que convenza a los norteamericanos de que puede confrontar al Partido Comunista chino y detener sus acciones será el ganador” en noviembre próximo, enfatizó.

La entrevista es larga y Bannon se refiere a diversos temas, desde el asesinato de George Floyd por la policía en Minneapolis hasta la situación en Hong Kong o en el Mar del Sur de China.

Preguntado por el entrevistador sobre qué le sugería al gobierno chino, respondió: “Mi recomendación es muy simple: que se disuelva.

El “mundo libre”

Pese a su cercanía con Trump, Bannon no tiene, en todo caso, ningún cargo en el gobierno norteamericano. Pero sus recomendaciones no están muy alejadas de lo que la Casa Blanca está haciendo en cuanto a sus relaciones con Beijing, como explicó el Secretario de Estado, Mike Pompeo, en un discurso el 23 de julio, en la Richard Nixon Presidential Library and Museum, en Yorba Linda, California.

Un retorno al viejo discurso de la Guerra Fría en torno al “mundo libre” y sobre lo que “la amenaza china representa para nuestra economía, para nuestra libertad y, en realidad, para el futuro de las democracias libres en todo el mundo”.

Recordando que el año próximo se cumplirá medio siglo de la misión secreta de Henry Kissinger a China, durante el gobierno de Richard Nixon, que sentó las bases para el reconocimiento de China por Washington, Pompeo citó al expresidente para explicar el punto de vista de la actual administración norteamericana.

Nixon escribió, en un artículo en la revista Foreign Affairs, en 1967: “A largo plazo, no podemos permitirnos dejar a China fuera de la familia de naciones… El mundo no estará seguro hasta que China cambie. Por lo tanto, nuestro objetivo, dentro de nuestras posibilidades es influenciar el desarrollo de los acontecimientos. Nuestro objetivo debe ser inducir ese cambio”.

Esta es la clave, dijo Pompeo: inducir el cambio. “Nosotros, las naciones amantes de la libertad en el mundo, debemos inducir China a cambiar, como el presidente Nixon quería”.

Para Pompeo, no se puede tratar a China como “un país normal, como cualquier otro”. Pero –agregó– “cambiar el comportamiento del Partido Comunista Chino no puede ser solo tarea del pueblo chino. Las naciones libres deben trabajar para defender la libertad. Tengo fe de que lo podemos hacer. Ya lo hicimos antes”.

Discurso absurdo

Cliché y absurdo, fue como calificaron expertos chinos las propuestas y la visión de Pompeo expuesta en Yorba Linda.

La verdadera razón por la que Estados Unidos ha cambiado su política hacia China es porque las capacidades comparativas entre los dos países han cambiado y los Estados Unidos no pueden aceptar el crecimiento chino, dijo Li Haidong, profesor del Instituto de Relaciones Internacionales de la China Foreign Affairs University.

“China debe estar preparada para enfrentar las próximas aventuras más extremas de Estados Unidos”, dijo, por su parte, Hu Xijin, editor jefe del Global Times, cuyas opiniones son consideradas como muy cercanas al Partido Comunista Chino.

“Rápido, construyamos más misiles nucleares para detener a los lunáticos norteamericanos”, dijo Hu. “Un arsenal nuclear más poderoso es el instrumento más importante para mantener la arrogancia norteamericana bajo una línea de seguridad. Nada más es muy efectivo”, afirmó.

El viernes 31 de julio el Global Times publicó un editorial sobre el tema titulado “Tibia respuesta a la alianza anti-China” sugerida por Pompeo.

“Pompeo, el Departamento de Estado y el resto del gobierno norteamericano, han hecho su mejor esfuerzo para movilizar el mundo occidental en una coalición para contener a China. Desde el fin de la Guerra Fría, Washington nunca ha puesto tanto empeño en desarrollar una estrategia como esa”, afirmó.

Pero China no es la Unión Soviética de 1946 a 1950, China tiene una comprensión más rica y más pragmática de los Estados Unidos de la que tenía la Unión Soviética; los intereses de China están mucho más entrelazados con los de Estados Unidos y de Occidente de los que estaban los de la Unión Soviética, dice el editorial.

La pandemia por el COVID-19 minó la capacidad de una política más agresiva de Estados Unidos hacia China, asegura The Global Times, recordando que la economía norteamericana se ha desplomado este año y no podrá compensar a quienes decidan desacoplarse de la economía china.

“Estados Unidos ha desatado una fuerte campaña contra China, pero ni siquiera puede manejar bien sus propios problemas… Es importante que China intensifique la vigilancia para evitar que Estados Unidos acuda a medios más radicales para destrabar la situación actual”.

“Los Estados Unidos están tratando de forjar una alianza ideológica contra China, mientras China usa los intereses reales para aplastar esa conspiración”. “China tiene mayores posibilidades de vencer”, concluye el editorial.

Estados Unidos y Europa

Pero quizás la crisis económica se expresa aún con más fuerza en Estados Unidos y Europa que en América Latina.

Esta semana, en medio de pugnas en el Congreso, más de 17 millones de norteamericanos dejarán de percibir una ayuda extraordinaria al desempleo de $600 semanales para enfrentar la crisis del coronavirus. Peleas en el Congreso que “añaden pesimismo a las sombrías perspectiva económicas del país”, señalaron los medios. 

El jueves de la semana pasada el departamento de Comercio anunció una caída récord de la economía del país en el segundo trimestre, de 32,9%, la mayor desde 1947. 

En el primer semestre la economía norteamericana ya había caído un 5%, poniendo fin a un período de once años de expansión económica, la más larga en la historia del país.

Se creó así una nueva realidad que complica las aspiraciones del presidente Donald Trump para reelegirse en noviembre próximo.

Uno de los puntos destacados de su campaña era la baja tasa de desempleo, una realidad que se hizo pedazos con la pandemia. Decenas de millones de empleos desaparecieron con la recesión.

Durante 18 semanas consecutivas más de un millón de personas solicitaron semanalmente ayudas por desempleo, y aunque cerca de un tercio de los trabajos perdidos se han recuperado, una nueva ola de la pandemia hace temer que la situación se agrave.

El Secretario de Estado, Mike Pompeo, al llamar a “cambiar el comportamiento del Partido Comunista Chino” pidió el apoyo de las “naciones libres”. (Foto: AFP).

En Europa, la alemana DW anunciaba el pasado 30 de julio una “caída histórica” del PIB, de 10,1% en el segundo trimestre del año, más del doble de la registrada durante la crisis financiera del 2008. En el primer trimestre el PIB alemán ya había caído un 2,2% con respecto al último trimestre del 2019.

“Ahora es oficial, estamos ante la recesión del siglo”, dijo el economista del Dekabank Andreas Scheurle, citado por la DW.

Las malas noticias se repitieron prácticamente por toda Europa. El Producto Interior Bruto (PIB) de la eurozona cayó 12,1% entre abril y junio, cifra sin precedentes en la serie histórica, después de haber sufrido una contracción del 3,6% en el primer trimestre del año.

Entre los países europeos, es España el que ha sufrido el mayor deterioro, con un desplome de 18,5% en el segundo trimestre, que también es la mayor caída trimestral registrada por el Instituto Nacional de Estadística (INE) desde que inició la serie, en 1970. Ya en el primer trimestre la economía había sufrido una baja del 3,6%.

Italia, por su parte, enfrenta la peor recesión desde la II Guerra Mundial”, como tituló también la misma DW. El Producto Interno Bruto (PIB) “cayó 12,4% en el segundo trimestre debido a la pandemia del coronavirus, lo que lleva al país a la recesión”, informó el Instituto Nacional de Estadísticas (Istat).

“Con esta caída ‘sin precedentes’, que sigue a una contracción del 5,4% en el primer trimestre, el PIB italiano “registra su valor más bajo desde el primer trimestre de 1995”, subraya el Instituto.

De manera similar, en Francia el PIB se contrajo un 13,8% en el segundo trimestre, después de bajar un 5,9% en el primero. El país también entró en recesión.

Más economías se derrumban

Alrededor de nueve millones de mexicanos podrían pasar a la categoría de “pobres” y otros tantos caer en situación de “extrema pobreza”, dijo el subgobernador del Banco Central de ese país, Gerardo Esquivel. “Esto implicaría que podríamos llegar a tener 70 millones de personas pobres en México y una tasa de pobreza por ingresos del 56%”, agregó. Una situación sin precedentes en lo que va del siglo.

Según sus estimaciones, el Producto Interno Bruto (PIB) de México podría contraerse este año entre un 8,5 y un 10,5%. El 30 de julio el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) reveló que el PIB había caído en el segundo trimestre del año en México en 17,3% con respecto al trimestre anterior, que ya había caído un 1,2% con respecto al último trimestre del 2019.

El Banco Mundial había previsto para América del Sur caídas de las economías de 12% en Perú; de 8,0% para Brasil; 7,4% para Ecuador; 7,3% para Argentina y 5,9% para Bolivia.

En Bolivia, desde el golpe de Estado que desconoció los resultados electorales de octubre del año pasado, no cesa la inestabilidad, agravada por el mal manejo de la pandemia.

El 27 mayo pasado la agencia de calificación de riesgo Moody’s había anunciado la primera recesión del país desde la década de 1980, y un déficit fiscal que se duplicaría, pasando de 6% el año pasado a casi 13% este año. Días después se agregó la previsión del Banco Mundial, que amplió su proyección negativa para el país, superior al 3,4% previsto en abril.

No solo la economía se deterioraba en Bolivia. Crecía el número de fallecidos sin explicación en las calles, en las casas, automóviles o salas de espera de hospitales y clínicas.

Las cifras oficiales hablan de poco más de 80 mil casos y tres mil muertos, pero los problemas con los esquemas de detección hacen sospechar que podrían ser muchos más.

La semana pasada se multiplicaron las manifestaciones para exigir elecciones y rechazar la nueva postergación anunciada, del 6 de setiembre para el 18 de octubre; mientras tanto, el órgano electoral busca como impedir la participación del Movimiento al Socialismo (MAS) y su candidato, Luis Arce, que las encuestas dan como favorito. La del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag), divulgada el 7 de julio, proyectaba una victoria de Arce en primera vuelta, con 41,9% de intención de voto.

También en Chile, el gobierno conservador de Sebastián Piñera enfrenta desde octubre pasado manifestaciones de protesta en todo el país, enfocadas más recientemente contra el sistema de capitalización privada de las pensiones. 

Derrotado en el Congreso, en la votación de un proyecto que autorizó el retiro de 10% de los ahorros para hacer frente a las necesidades de los sectores más afectados por la pandemia, Piñera decidió un cambio de gabinete.

Según los analistas, el cambio del gabinete reforzó el ala más conservadora de la coalición de Gobierno, con el senador Víctor Pérez asumiendo el ministerio del Interior y el también senador Andrés Allamand en la cancillería.

“Todo un giro hacia la derecha más dura de ‘Chile Vamos’, abanderizada con el rechazo en el plebiscito constituyente de octubre”, afirmó el periódico de oposición El Mostrador.

En medio de la pandemia, los chilenos deberán realizar un plebiscito el 25 de octubre para decidir si quieren iniciar un proceso de renovación de su constitución que, básicamente, continúa siendo la de la dictadura que encabezó el general Augusto Pinochet.

Aumenta el contagio en Colombia

Con el mundo caminando hacia los 19 millones de casos de enfermos por COVID-19 (cerca de cinco millones en los Estados Unidos y casi tres millones en Brasil) y con más de 700 mil muertos en todo el mundo, la pandemia no cede. Por el contrario, se reproduce como olas, sin que nadie sepa con certeza cuándo cesará, ni mucho menos qué nuevo mundo nos heredará.

El miércoles de la semana pasada Colombia sufría el mayor número de contagios en un solo día: más de diez mil, y 380 fallecidos. El país ya supera las diez mil muertes y el Gobierno extendió la cuarentena hasta fines de agosto. Bogotá tiene ya casi diez mil casos confirmados.

Óscar Andia, vicepresidente de política farmacéutica de la Federación Médica Colombiana (FMC) advirtió que las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) estaban saturadas. Preveía “días catastróficos” para finales de julio, agosto y setiembre en Colombia y en la región.

Pero Brasil sigue siendo el país más dramático en América Latina, con casi 60 mil nuevos casos en un solo día y con el país acercándose ya a los cien mil muertos. Una tragedia. 

Por su parte, Perú y Chile lo superan en muertos por millón de habitantes. El fin de semana pasado Brasil tenía 430, Perú 576 y Chile 490. México y Panamá los seguían de cerca, con 352 y 323.

 

2- El Secretario de Estado, Mike Pompeo, al llamar a “cambiar el comportamiento del Partido Comunista Chino” pidió el apoyo de las “naciones libres”. (Foto: AFP).

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