Ocho mujeres nicaragüenses detenidas por participar en las protestas contra el gobierno de Daniel Ortega suspendieron una huelga de hambre iniciada hace dos semanas, informaron este miércoles familiares.
Las presas políticas, entre ellas la belga-nicaragüense Amaya Coppens, “van a interrumpir su huelga y van a comenzar a comer de a poquito”, dijo en rueda de prensa Tamara Zamora, madre de Coppens.
Las mujeres recluidas en la cárcel La Esperanza, al norte de Managua, comenzaron el ayuno el 27 de febrero, el mismo día que inició el diálogo entre el gobierno y la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD).
Las reclusas demandaban su libertad y no ser consideradas “monedas de cambio” en la negociación con la que el gobierno y la oposición buscan una solución a la crisis política, provocada por protestas que han dejado 325 muertos, cientos de detenidos y miles de exiliados, según organismos humanitarios.
La huelga de hambre “se va suspender pero no de forma permanente, dependerá del rumbo de la negociación”, declaró Zamora en la sede de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
Organismos de derechos humanos habían pedido a las reclusas suspender el ayuno para no perjudicar su salud.
Antes de comenzar las negociaciones, el gobierno pasó a arresto domiciliario a 100 detenidos, pero éstos han declarado a la prensa que son objeto de asedio policial en sus casas.
El proceso de negociación entró este miércoles en el tercer día de impasse, luego del retiro de la alianza opositora, que demandó al gobierno la liberación de todos los presos políticos y el adelanto de elecciones de 2021 para regresar al diálogo.
No obstante, el gobierno ha dicho que liberará a los reos que no hayan sido juzgados y en los casos que ya estén con condenas revisará sus expedientes para no generar “impunidad”.
La delegación oficial instó este miércoles a retomar las negociaciones según lo establecido en una hoja de ruta aprobada por las dos partes.
