La Casa Blanca aún no termina de enfrentar las consecuencias de la renuncia del general retirado Michael Flynn como Asesor en Seguridad Nacional, cuando ya tiene otro buen problema entre manos, pues el empresario Andrew Puzder decidió no continuar con el proceso para ser designado Secretario de Trabajo.
Esto significa que el presidente Trump deberá ahora hacer un nuevo nombramiento, que deberá empezar de nuevo el proceso de ratificación por parte del Senado.
Puzder difundió este miércoles a través de su sitio oficial un comunicado en el que anunció su decisión de retirar su nominación al puesto. En el escueto texto, el empresario agradeció al presidente Donald Trump que le haya considerado y no ofreció ninguna razón tras la decisión.
La noticia surge un día antes de que Puzder se sometiera a una sesión del Comité del Senado de Salud, Educación, Trabajo y Pensiones.
El empresario había sido cuestionado por su trabajo como director ejecutivo de la empresa CKE Restaurants -propietaria de las cadenas de comida rápida Hardee’s y Carl’s Junior-, pues se opuso férreamente a establecer un salario mínimo para sus empleados de $15 la hora.
Luego de que se conociera la nominación de Puzder, el fiscal general del estado de Nueva York, Eric Schneiderman, emitió un comunicado fechado el pasado 8 de diciembre, en el que aseveró que el empresario “ha hecho todo en su poder para socavar los derechos de los trabajadores estadounidenses, desde bajar los salarios hasta oponerse al pago de horas extras”.
Las posibilidades de que Puzder fuera confirmado fueron minadas por la denuncia y posterior admisión, de que durante años una mujer inmigrante indocumentada trabajó en su casa. Todo ello se sumó a las denuncias por agresión que hace años interpuso su exesposa.
La decisión del empresario llegó después de que varios senadores republicanos informaran a la Casa Blanca que rápidamente perdía apoyo entre los legisladores de ese partido, pues cuatro habían confirmado que no lo votarían y se dijo que la cifra podría llegar a doce, de acuerdo con CNN.
CONEXIONES RUSAS
Mientras tanto, el mismo Trump ha perdido -una vez más- sus casillas ante el escándalo que culminó con la salida del gobierno del general Flynn.
El puesto de Asesor de Seguridad Nacional no es sólo medular institucionalmente, sino que su importancia se había visto amplificada por la relevancia que la actual administración da al tema de seguridad, desde el cual ha justificado los límites y prohibición a la entrada al país de personas de siete países de mayoría musulmana, así como las deportaciones masivas de personas latinoamericanas en situación migratoria irregular.
Flynn presentó su renuncia este lunes en la noche, luego de que se informara por parte de servicios de inteligencia no sólo que durante el periodo de transición antes de que Trump asumiera había mantenido conversaciones con el Embajador ruso en ese país -en las que habría tocado el tema de las sanciones comerciales de Estados Unidos contra Rusia-, sino que habría mentido al respecto a la Casa Blanca, particularmente al vicepresidente Michael Pence y que ello lo hacía susceptible de ser extorsionado por parte de los rusos.
De acuerdo con una publicación del New York Times, pocos días después de iniciada la administración Trump, Flynn fue interrogado por la Oficina Federal de Investigación (FBI), tras lo cual el Fiscal General decidió notificar al respecto a la Casa Blanca. Ello implica que la administración Trump sabía del compromiso de Flynn semanas antes de que se hiciera público el lunes 13 de febrero y se le hiciera renunciar.
A ello posteriormente se sumó la filtración desde cuerpos de inteligencia de más comunicaciones entre personal cercano a Trump y personas “sospechosas de ser agentes de Rusia”, durante el periodo de transición, de acuerdo con CNN.
Todo esto cuando la administración aún no cumple un mes.
