Una mayoría sin precedentes de 58% de los escoceses estaría a favor de que esta región de 5,5 millones de habitantes se independice del Reino Unido, según una encuesta publicada el miércoles por el gabinete Ipsos Mori.
El sondeo, realizado entre el 2 y el 9 de octubre entre 1.045 escoceses, mostró que una vez descartados los indecisos solo 42% de los encuestados respalda permanecer en el Reino Unido.
En los grupos de edad entre 16 y 44 años, más del 60% de los encuestados afirmó que votaría por la independencia si se celebrase hoy un referéndum.
La encuesta también mostró que el Partido Nacionalista Escocés (SNP) goza de un apoyo público “muy fuerte”, con 72% de aprobación para su líder, la primera ministra Nicola Sturgeon, loada por su gestión de la pandemia de coronavirus.
El SNP, que dirige el gobierno autónomo escocés con competencias en materia de educación y sanidad entre otras, podría así ganar muchos más escaños en el parlamento de Edimburgo en la legislativas regionales del próximo mayo.
“Si el SNP obtiene mayoría absoluta en las elecciones del próximo año, nuestra encuesta sugiere que habrá una importante presión pública para que el gobierno central británico transfiera al parlamento escocés los poderes necesarios para organizar un segundo referéndum sobre la independencia”, consideró Emily Gray de Ipsos Mori Scotland.
Escocia celebró un referéndum de independencia en 2014, en que 55% de los escoceses votó por permanecer en el Reino Unido, luego de promesas de Londres de conceder un mayor nivel de autonomía, lo cual fue echado por la borda por el entonces primer ministro David Cameron al día siguiente de la votación. Ello provocó que el SNP arrazara en las elecciones generales de 2015.
En 2016, tras la victoria del Brexit en otro referéndum, Escocia se vio arrastrada fuera de la Unión Europea con el resto del Reino Unido, a pesar de que el 62% de sus electores votó por permanecer.
Argumentando que esto cambia las cosas, Sturgeon prometió fijar antes del fin de la legislatura los términos y la fecha de un segundo referéndum al que el primer ministro británico, Boris Johnson, se opone firmemente.