La acción represiva del Estado contra las manifestaciones que se desarrollan desde el pasado 18 de abril en Nicaragua ha dejado al menos 212 personas muertas hasta el 19 de junio y 1.337 personas heridas, reveló la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) en su informe final presentado este viernes en una sesión extraordinaria en la Organización de Estados Americanos.
La represión ejercida por el Gobierno de Nicaragua contra las manifestaciones en el país centroamericano “ha tenido como consecuencia una grave crisis de derechos humanos”, tras el uso excesivo de la fuerza por parte de la Policía, grupos para-policiales y grupos de terceros armados, lo cual se refleja en el saldo mortal y de heridos hasta el 20 de junio, y el Gobierno no ha escuchado el llamado de cesar la represión, señaló el informe.
Dicho patrón se ha desarrollado a través del uso excesivo y arbitrario de la fuerza, incluso con el uso de la fuerza letal, que se ha realizado de manera deliberada y sistemática por los actores mencionados.
“La información recibida da cuenta de un patrón a través del cual agentes estatales, principalmente agentes de la Policía Nacional de Nicaragua y de sus fuerzas antimotines, grupos para-policiales, también llamados fuerzas de choque o turbas actuando en aquiescencia con la Policía, han puesto en marcha una respuesta represiva dirigida a disuadir la participación social en las manifestaciones”, indica.
La CIDH “manifiesta su preocupación por la violación al derecho a la salud y a la atención médica, las represalias de personal público por abstenerse de cumplir órdenes contrarias a los derechos humanos; actos de censura y de violencia contra la prensa, por los actos de hostigamiento contra personas defensoras de derechos humanos, irregularidades en el inicio de las investigaciones respecto de los asesinatos y lesiones ocurridos en este contexto, así como otros hechos graves constatados por la Comisión”.
La Comisión concluyó que el Estado de Nicaragua violó los derechos a la vida, integridad personal, salud, libertad personal, reunión, libertad de expresión y acceso a la justicia. Es de especial preocupación para la Comisión los asesinatos, ejecuciones extrajudiciales, malos tratos, posibles actos de tortura y detenciones arbitrarias cometidos en contra de la población mayoritariamente joven del país.
Urgió a que todos los actos de violencia sean investigados de manera inmediata, con autonomía e independencia, y en estricto apego a las normas y los estándares internacionales sobre la materia para asegurar el derecho a la verdad, y adoptar las medidas necesarias a fin de garantizar una reparación adecuada a las víctimas y sus familiares, de conformidad con los estándares en la materia.
Asimismo llamó a continuar con las negociaciones en el marco de la Mesa Nacional de Diálogo con el propósito de lograr una solución pacífica a esta grave crisis de derechos humanos.
La CIDH considera que su informe representa el punto de partida del trabajo que deberá realizar el Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes de (GIEI) y sirve de base para la instalación del Mecanismo Especial de Seguimiento para Nicaragua (MESEN), que dará seguimiento al cumplimiento de las recomendaciones del mismo y a las medidas cautelares otorgadas en este contexto, y que permitirá mantener el monitoreo de la situación de los derechos humanos en Nicaragua.