Internacionales Jornada de represión en Cataluña

Ante la violencia en España

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Mientras la Guardia Civil y la Policía Nacional rompen puertas y ventanas (y alguno que otro hueso) para entrar a los centros de votación y llevarse las urnas, desde España una voz expresa lo que ocurre y lo que siente. El relato, breve, no fue escrito para ser publicado, por lo que eliminamos toda referencia a lugares o personas. Pero es un texto real, de la España profunda, escrito a medio domingo, cuando, a palos, el gobierno español se enfrentaba a Catalunya.

“A mi madre le cuesta entender porque no quiere pensar ni por asomo en una república.

Yo junto con amigos y familiares estamos en el colegio electoral imposibilitando el acceso a la guardia civil para que no se lleven las urnas.

Muy, muy triste y lamentable. No es una cuestión de independencia sino derecho democrático a expresarnos.

No puede ser que ante un atentado terrorista no hubo ni como mucho 20 guardia civiles. Y hoy para gente pacífica hayan invertido miles de guardia civiles enviados de des todas las regiones de España, fuerzas armadas, antidisturbios…horroroso!!!

Da miedo, parece vivir una película surrealista en blanco y negro del año 36.

No sufráis, aquí tristes pero bien. Te puedo asegurar que hemos llorado junto a los Mossos d’Esquadra, estamos en silencio y simplemente aplaudiendo la gente mayor que se acuerda de la guerra civil y quiere simplemente acercarse para dar su voto.

Un beso muy fuerte desde aquí!!!”

¡Las heridas no cierran!

Quizás nada tendrá un efecto más duradero en el recuerdo de los catalanes que las imágenes de la violencia policial que los medios transmitieron durante toda la jornada del domingo y que dejó a más de 800 personas heridas, según datos provisionales del gobierno catalán.

Una verdadera batalla campal se desarrollaba en torno a los centros de votación, con las dotaciones de la Guardia Civil o de la Policía Nacional que rompían puertas y ventanas para ingresar y llevarse las urnas, mientras trataban de despejar el camino empujando a hombres y mujeres, jóvenes y viejos que trataban de atravesarse en su camino.

Apenas habían cerrado los centros de votación que pudieron abrir, a las ocho de la noche, el presidente del gobierno español, el conservador Mariano Rajoy, salió a hacer su evaluación de la jornada. Fue el primero en hablar. Luego vendrían los líderes de los demás partidos.

“Hoy no ha habido un referéndum de autodeterminación en Catalunya. El estado de derecho mantiene su fortaleza y su vigencia”, enfatizó. “La gran mayoría del pueblo de Catalunya no ha querido participar del guión de los secesionistas. Esto es indiscutible”, dijo Rajoy, quien destacó también el “apoyo sin fisuras de la Unión Europea y de toda la comunidad internacional” a su posición.

“Hemos cumplido con nuestra obligación”, dijo Rajoy en su comparecencia, una reiteración del discurso que ha venido repitiendo desde que resurgieron las iniciativas independentistas en Catalunya.

Reacciones en Europa

En todo caso, su referencia al apoyo sin fisuras de la Unión Europea tiene que se matizado.

La primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, escribió: “Independientemente de las opiniones sobre la independencia, todos deberíamos condenar las escenas que han tenido lugar allí y pedirle a España que cambie el rumbo antes de que alguien salga gravemente herido”. “Dejen a la gente votar pacíficamente”, tuiteó Sturgenon, interesada ella misma en un referendo sobre la independencia de Escocia, sobre todo desde que los británicos aprobaron retirarse de la Unión Europea.

Para Jeremy Corbyn, líder del Partido Laborista británico, la actuación de la policía contra los ciudadanos en Cataluña es “estremecedora”. El gobierno español debe actuar para parar esto ahora”, publicó en Twitter. Corbyn instó a la primera ministra Theresa May a pedirle a Rajoy “que termine con la violencia en Cataluña y que encuentre una solución política a esta crisis institucional”.

El líder de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, afirmó que “el Estado español pierde su sangre fría. La nación no puede ser una camisa de fuerza”, agregó.

El ex candidato del Partido Socialista francés a las presidenciales, Benoît Hamon, estimó, por su parte, que “En el corazón de Europa, estas imágenes de violencia para impedir VOTAR a la gente en Cataluña son significativas y amenazadoras”.

Divididos

Europa no está menos dividida que España en torno al conflicto. El discurso de Rajoy fue respondido, en forma sucesiva, por las principales agrupaciones políticas del país. Primero, por el Secretario General del Partido Socialista, Pedro Sánchez.

“Rajoy y Puigdemont son los máximos responsables de las imágenes que hemos visto hoy”, afirmó, refiriéndose el jefe del gobierno español y a su colega de Catalunya. Para el dirigente socialista se trata de “un fracaso de dos políticas que termina de la peor manera posible”. “El Gobierno hoy ha superado todos los límites de su incapacidad”, dijo Sánchez, quien, sin embargo, enfatizó, una y otra vez, que su partido apoyará a Rajoy para preservar la convivencia e integridad del país.

El apoyo más claro al Rajoy ha sido, en todo caso, el del partido también conservador catalán, Ciudadans. Su principal dirigente, Albert Rivera, se lamentó de que “Hoy hemos visto con tristeza y preocupación como se asaltaban colegios públicos que debían estar cerrados y como algunos intentaban lanzar una imagen de nuestro país que no se adecua a la realidad”. Su propuesta es la realización de nuevas elecciones autonómicas, con la esperanza de lograr en el congreso catalán una mayoría contraria a la independencia. En las pasadas elecciones autonómicas los partidos independentistas quedaron ligeramente por debajo del 50% de los votos, aunque lograron una mayoría parlamentaria que es la que gobierna actualmente Catalunya.

Finalmente, el líder de Podemos, Pablo Iglesias, acusó al Partido Popular de defender a palos la democracia. Las fuerzas de seguridad están para perseguir a los corruptos y proteger los derechos civiles de los ciudadanos, asegura Iglesias, quien estimó que un Gobierno “que nada en corrupción y se parapeta en la represión y en el forzamiento de la ley, no es un Gobierno digno de España”.

Resultados

Cerraban las urnas y caía la noche en Barcelona, mientras una multitud seguía en las calles esperando los primeros resultados del referendo que, según el gobierno, no se había realizado.

Se van haciendo públicos los primeros resultados provisionales del referendo en diferentes municipios de Catalunya, decía el diario La Vanguardia, de Barcelona. Municipios como l’Estartit, Torroella, La Pobla de Segur, Senterada o Ripoll son algunos de ellos. En estos casos el ‘sí’ habría ganado ampliamente en el referéndum del 1-O, a falta de resultados oficiales.

La Vanguardia dispuso una página para la consulta de esos resultado y cerca de una hora después del cierre de los centros de votación publicó su primer “resultado provisional”.

Comenzaba así apenas el segundo acto de la jornada, que seguirá esta semana con reuniones en Madrid, como la convocada por Rajoy para discutir en el parlamento los próximos pasos en torno a esta disputa, así como una huelga general convocada en Catalunya por los independentistas y por organizaciones sindicales.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al hablar ya tarde en la noche del domingo, anunció su intención de trasladar al parlamento catalán los resultados del escrutinio, para que proceda “según lo previsto en la ley del referendo”. Se trata de la declaratoria de independencia, si ese es el resultado de las urnas, como obviamente lo será.

Comentaristas españoles estiman que el gobierno seguirá con su “línea dura” especialmente llevando a los tribunales a quienes estimen responsables de delitos, sin que se descarte la aplicación de nuevas medidas en respuesta al desarrollo de la situación en Catalunya.

El referendo, para unos inexistente; para otros, muy resistente, ha introducido un nuevo factor en la muy compleja relación entre España y Catalunya, sin que se vislumbre una salida, ni más camino, por ahora, que la reafirmación de cada uno en sus mismas posiciones.

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