Cultura

Seis firmas y sus razones para pedir la cabeza de Cultura

Universidad conversó con seis artistas para conocer los motivos por los que suscribieron la petición de destitución de la ministra de Cultura y Juventud, Sylvie Durán.

Cuál es el norte (o sur) y el rol que debe tener el Ministerio de Cultura y Juventud (MCJ) es una de las preguntas que artistas y trabajadores del arte y la cultura se hacen una y otra vez en esta coyuntura de crisis pandémica que los asola con especial dureza.

De los sectores productivos, el de las artes y la cultura ha debido aceptar sí o sí el cierre estricto de sus actividades desde que el COVID-19 golpeó con sus contagios a la población. 

Las medidas sanitarias de distanciamiento físico para prevenir la propagación del virus han paralizado al sector cultura de manera tan radical que, hasta la semana pasada, por ejemplo, las salas de teatro independiente iniciaron de nuevo las presentaciones de sus montajes.

Inmerso en un contexto nada halagüeño, una parte del sector ha intentado en estos siete meses tener un diálogo constructivo con la jerarca del MCJ, Sylvie Durán, precisamente para exponer sus preocupaciones e incluso proponer algunas vías con acciones específicas para contener y reactivar la economía cultural. 

Sin embargo, según declararon seis artistas consultados por este semanario, ese espacio de apertura y escucha ha sido muy limitado, parcial, infructuoso y desgastante.

Tanto va el agua al cántaro que se rompe, dice el refrán. En efecto el cántaro finalmente se rompió para el grupo de trabajadores del arte que subieron una carta de petición de renuncia de la ministra Durán a la plataforma de internet denominada change.org, con el fin de que sea suscrita por aquellas personas que respalden los argumentos expuestos.

Al hora del cierre de este artículo, el número de suscribientes era de 1600 personas.

El documento emanado del seno de la Asociación de Productores Independientes de Cine de Costa Rica (APICC) consta de 28 puntos, mediante los cuales explica las razones por las cuales solicitan el cambio de la titular de la cartera.

La carta será entregada al Presidente de la República, Carlos Alvarado Quesada, en el momento en que los representantes de la Asociación sean citados a Casa Presidencial.

Algunos de los argumentos expuestos son la reducción de afluencia de público al Festival Internacional de las Artes (FIA) y al Festival Nacional de las Artes (en 2012 asistieron 1.600.000 personas, y en 2019 convocó a 130.000 personas); la cancelación del Costa Rica Festival Internacional de Cine 2018 y su respectiva reducción de presupuesto, así como la disminución de forma sistemática de los recursos destinados al FIA, la Feria Internacional del Libro y el Costa Rica Festival Internacional de Cine.

Asimismo, la desactualización de la Cuenta Satélite cuyos últimas mediciones datan del 2016, y, en materia presupuestaria, la disminución de los recursos de los fondos concursables como Proartes, Puntos de Cultura, Becas Taller, Becas Literarias, Fondo El Fauno, que afecta directamente a todo el sector cultural.  

Otro de los elementos incluidos es el abandono de los proyectos de la Cinemateca Nacional, cuyo contenido económico asciende a 5.000 millones de colones (el presupuesto inicial reservado como superávit específico correspondía a 1.200 millones de colones) y la Ley de Cine; y del auditorio del Centro Nacional de la Música y la remodelación del Teatro Nacional. 

En relación con el manejo de la crisis causada por la pandemia, aducen que el sector ha realizado numerosas solicitudes y propuestas de diferentes sectores agremiados que han sido ignoradas y menospreciadas por el despacho, “con notas de prensa llenas de eufemismos u omisiones, falta de respuestas formales y escritas, necesarias para la transparencia de la institución”.

Con el fin de consignar las versiones de seis de los firmantes y su respaldo a la solicitud de renuncia de la ministra, a continuación se exponen varios extractos con sus declaraciones.

Iván Porras, cineasta y docente de producción audiovisual

La película El baile de la Gacela, dirigida por Iván Porras, recibió recursos del fondo El Fauno del Centro de Cine.  (Foto: Iván Porras)

En relación con el subsector audiovisual, en los últimos seis años hay una ausencia de un plan con metas y objetivos para el Centro de Cine, aunado a la ausencia de una continuidad de la Cuenta Satélite que nos deja sin la información básica para tener un panorama claro sobre el funcionamiento del gremio. Estos datos en una era de información son imprescindibles para tomar decisiones. 

Al comparar el presupuesto del fondo concursable El Fauno, este ha ido disminuyendo en los últimos años y no hay un país en Iberoamérica que pueda tener una producción cultural cinematográfica constante si no cuenta con apoyos económicos para generar dinamización de la economía a través de iniciativas mixtas (provenientes también de la empresa privada). 

Las películas que han tenido un mayor recorrido nacional como internacional y que han sido beneficiadas por El Fauno nunca han dependido solo de El Fauno. Estos recursos son un capital semilla que permiten obtener financiamiento de coproducciones con otros países, que luego se van a multiplicar en una amplia cadena productiva de todos los departamentos de producción, las comunidades donde se filma y de los servicios requeridos para la filmación como alimentación, hospedaje y transporte. 

No todas las películas están hechas o deberían estar hechas bajo el modelo de la recuperación económica, y eso nos habla de una filosofía gubernamental de la cultura. Pero si el modelo económico del MCJ va a apuntar a la rentabilidad de las películas ya sabemos qué tipo de películas tenemos que hacer: entretenimiento puro y duro. En una cinematografía nacional saludable tienen que estar todos los tipos de cine, que no se financian de la misma manera. Nos preocupa que la visión del Ministerio sea mercantil, y si no la fuera tampoco hemos escuchado lo contrario.

 

Mariana Murillo, productora y representante de APICC

 

En administraciones pasadas el MCJ ha tenido programas estrella y nortes claros; así fue como nacieron Enamorate de tu ciudad y el énfasis en llevar a las regiones la cultura. En este gobierno, nunca ha estado claro cuál es el norte, ni siquiera con la Cuenta Satélite cuyos datos son fundamentales para esta era de la economía naranja y que tanto ha privilegiado la gestión de la ministra Durán. El ministerio le ha dado mucho énfasis a cuánto es nuestro aporte a la economía nacional, cuánto representamos, y es irónico que esa cuenta no se haya mantenido vigente. 

Para el caso del subsector audiovisual es muy dañino no poder contar con esos datos, como sucedió con el lobby que tratamos de hacer para la aprobación de la Ley de Cine en que fue muy evidente, pues pedíamos datos y proyecciones y se tardaban muchas semanas en darnos respuestas. Hubo una reticencia en dar números y proyecciones porque probablemente están desactualizados y no es posible tener números que den un panorama completo.

En este momento no tenemos la certeza del capital semilla de El Fauno porque está muy debilitado y no tenemos la posibilidad de producir porque estamos en medio de una pandemia; la economía nacional está en crisis, no hay posibilidad real de buscar socios en lo privado, ninguna de las partes de la cadena está funcionando. Es como querer volar sin saber caminar.

 

Adrián Figueroa, exdirector Companía Nacional de Danza y bailarín y coreógrafo independiente

Sylvie es una persona muy capaz e inteligente y tiene una visión concreta sobre la cultura y lo que quiere desarrollar a través de su agenda política. En su primera administración logró consolidar varios objetivos para ir construyendo su segunda gestión, muy vinculada al desarrollo de emprendimientos culturales y culturas vivas comunitarias, que creo es su enfoque.

Sin embargo, sus propuestas de trabajo no son realmente consensuadas, no es una agenda que se haya construido a la par de la voz del sector. Incluso estando yo dentro del MCJ éramos muchos los que le decíamos y aconsejábamos sobre cuál era la realidad del sector independiente, porque la cultura no está toda dentro de las paredes de la institucionalidad, al contrario, el 90% está afuera.

Ella es muy firme en sus decisiones y eso la hace poco flexible en un espacio de diálogo y, entonces, el proceso deja de ser válido, está sesgado hacia lo propuesto por el Ministerio cuando sabemos que no todo tiene sentido.

En el caso específico de la estrategia Costa Rica Creativa 2030, es un proyecto magnífico que hasta ahora se va a hacer. El problema es que va en total desarmonía con lo que sucede en este momento de pandemia. 

El sector llegó a un punto crítico por falta de empatía hacia las necesidades de la gente, y el rumbo del gobierno es forzado, no hay un equilibrio que le permita a ambas partes trabajar en conjunto. 

Hay muchas carencias en la danza, especialmente en el área laboral. No es posible que se sigan graduando artistas de las universidades sin nichos labores estables y que tampoco se generen ventanas para el desarrollo empresarial. 

Si ellos hubiesen intentando una estrategia de comunicación distinta, más inclusiva, solidaria…pero hay secretismo, no hay transparencia.

María Bonilla, escritora, directora y actriz teatral 
Firmé porque cada una de las razones expuestas en la carta las comparto, por mencionar algunas: presupuestos limitados, la falta de acción, el activismo y la falta de política cultural.

Desde hace 16 años he dicho que el Ministerio no tiene política cultural; la tuvo en el momento que Alberto Cañas lo funda y en la administración de Carmen Naranjo, pero eso se fue perdiendo, y se transformó en una necesidad del ministro de turno de hacer actividades. Con eso marca la creencia de que el Ministerio tiene que hacer actividades, con las cuales además compite con sus propias instituciones descentralizadas. 

El MCJ tiene que estimular, dinamizar y financiar las entidades adscritas; el MCJ no es un ente productor, su función es otra. En ese sentido ha perdido totalmente su razón de ser, su misión, su perspectiva. 

La política cultural debe ir dirigida a legislar para involucrar a la empresa privada en el financiamiento de la cultura y en la defensa de la cultura de todas las estupideces, arbitrariedades y absurdos del Estado en relación con la Caja Costarricense de Seguro Social, al trabajador independiente, al impuesto sobre la renta y del valor agregado. No que nos exenten, no somos distintos de todos los costarricenses, pero que no cobren por lo que no ganamos, porque somos trabajadores temporales. No ha habido un ministro que se lo planteé a Hacienda ni a la Caja, porque considera que es un privilegio hacia nosotros.

Ahora aparece la pandemia. Yo como costarricense me siento representada y contenida por las medidas del Ministerio de Salud y de la Caja. El Ministerio de Cultura con sus trabajadores no solo no ha tenido ninguna contención, sino ni siquiera un diálogo. No es hacer comisiones y mesas sectoriales, y proyectos y proyectos que se archivan; la pandemia requiere una respuesta urgente y la que ha tenido no es la correcta. No hay un jerarca que hable de nosotros en Consejo de Gobierno.

María Torres, actriz

Yo soy una de las personas que desde el principio de esta pandemia he solicitado que por favor si la Ministra no va a hacer nada que se vaya. Y desde el principio de la pandemia no hay ningún resultado, no hay ningún tipo de acción. 

El día siguiente del video que yo publiqué ella me llamó, pero para todo lo que yo le proponía me respondía “no hay plata, no se puede hacer nada, no se puede ayudar”.

Ella debería obligatoriamente tomar cartas en el asunto con una posición clara. Seguimos siendo acéfalos, un gremio olvidado por culpa de ella, porque ella es una ministra invisible desde el periodo pasado, y fue la única que se quedó del gobierno de Luis Guillermo Solís.

Los teatros independientes están muy presionados, porque ¿cómo es posible que además de los impuestos que se pagan (renta, valor agregado), tengan que pagar el impuesto a los espectáculos públicos?  Debería de haber una forma de ayuda mermando las cargas, que sea una contribución  simbólica sobre todo ahora en estos momentos, cuando empiezan a funcionar los teatros independientes. Cuando yo empecé con el Teatro del Ángel, los teatros independientes tenían una pequeña subvención del Estado. 

Estamos tratando de salir del ahogamiento en que están los grupos teatrales y los dueños de teatro. Son muchos los costos que implican mantener una sala de teatro, tomando en cuenta que el público puede estar asustado y que le va a costar hacer el arranque para ir al teatro. Yo tuve sala y sabemos lo difícil que es mantenerlo.

Yo le propuse a la Ministra que el Melico por su capacidad de aforo permitiese que los grupos presenten sus obras ahí y las entradas puedan ayudarles a comer, pero me dijo que no se podía.

Fernando Guerrero, gestor y productor cultural

Una de las razones de firmar la carta es el abandono de la Cuenta Satélite de música, que habíamos trabajado (adhonorem en mi caso) desde el 2013 mediante una estrategia. Otra es el manejo de la pandemia, pues casi que se esperó a que María Torres saliera a la luz pública criticándola, para tener una respuesta.
Con el proyecto de la Cuenta Satélite trabajamos desde noviembre del 2014 cuando ella aún no era ministra.  Anahí Moyano, a cargo de la Unidad de Cultura y Economía (UCE) del MCJ, lideraba el proceso. Sylvie Durán llegó a algunas reuniones de estos primeros encuentros pero no representaba a ningún subsector de la música. Nos reunimos con representantes de canales de televisión, emisoras, productores de conciertos, proveedores de servicios de estructura, de sonido, músicos, compositores y desarrollamos un plan estratégico con dos etapas: analizar el ecosistema de la música para generar una articulación entre sí; y un programa de circulación nacional para tener presencia y generar una rentabilidad y un impacto en el mercado nacional,. Ya para eso Sylvie entra al Ministerio y quita a Anahí Moyano de la UCE, y asume el liderazgo de este proyecto, que se iba a financiar con un fondo de Ibermúsica. En 2017, año de la implementación, nos dijeron que los recursos se habían utilizado para contratar artistas internacionales para el FIA.
A pesar de que nos desanimamos tratamos de acercarnos de nuevo para reactivar el proyecto pero nos dijeron que nosotros lo habíamos dejado botado. En esta fase se hizo una inversión de 10 millones de colones. 
Veíamos como un escenario positivo que Sylvie fuera la jerarca del Ministerio porque había participado en el proyecto denominado Mercado Centroamericano de la Música; nos parecía un buen augurio y pensamos que iba a haber apoyo. Sin embargo, ha faltado ese liderazgo y la capacidad de gestionar con el sector civil. Cuando uno habla con ella, habla de los procesos, de las cosas que se hacen y no se ven en el momento, pero sentimos que no hay avance ni a mediano ni largo plazo.

Infograma sobre el proyecto Desarrollo del Sector Música de Costa Rica, puesto en marcha en el 2016 y que luego fue archivado por el Ministerio de Cultura y Juventud. (Imagen facilitada por Fernando Guerrero)

 

 

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