Mundo Nueva presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen:

Rusia es nuestra vecina y lo seguirá siendo

Ursula von der Leyen, la conservadora demócrata cristiana alemana y, en los últimos seis años, ministra de Defensa de su país, asumirá el próximo 1 de noviembre la presidencia de la Comisión Europea

Ursula von der Leyen, la conservadora demócrata cristiana alemana y, en los últimos seis años, ministra de Defensa de su país, asumirá el próximo 1 de noviembre la presidencia de la Comisión Europea, cargo ejercido actualmente por el también conservador luxemburgués, Jean-Claude Junker.

No sale del ministerio con altas calificaciones, según evaluaciones de sus socios socialdemócratas en el gobierno alemán, pero su desafío será ahora muy distinto y quizás más difícil: tratar de consolidar un proceso de integración que hace agua por todos lados.

Hace agua –literalmente– en el Mediterráneo, por donde entra un imparable torrente de refugiados, que se ha transformado en aspecto clave de la política europea. Un tema que, como reconoce, “nos acompañará durante decenios” y cuya solución –estimó– “debe empezar en África”.

Von der Leyen dio una entrevista a seis diarios europeos líderes en sus países, después de su elección por el Parlamento Europeo, el pasado 17 de julio, en la que se refirió a algunos de los desafíos más inmediatos que deberá enfrentar.

Uno es el de la inmigración. “Es una obviedad que hay que rescatar a la gente en peligro en el mar, pero eso no quiere decir que automáticamente puedan venir a Europa”, afirmó.

“Necesitamos unas fronteras exteriores más seguras y un compromiso sobre el sistema de asilo de Dublín para que el acuerdo de Schengen (por el cual se eliminaron las fronteras dentro de la UE) funcione y esas fronteras internas puedan seguir abiertas”, dijo.

Pero parar la inmigración desde África o desde Medio Oriente no será fácil. Alemania ya está implementando, sin mucho éxito, medidas en el desierto africano, en al Chad y en Níger, para evitar que los migrantes del África subsahariana avancen hasta el Mediterráneo y salten a Europa.

Más al norte del Chad y de Níger, sobre la costa, está Libia, base de operaciones de traficantes de personas y lugar desde donde salen la mayoría de los barcos atiborrados de inmigrantes en su desesperado intento por escapar del infierno, miles de los cuales terminan perdiendo la vida en el fondo del mar.

Se trata, en todo caso, de migraciones que tienen sus raíces en las antiguas políticas coloniales europeas de los siglos XIX y XX, por un lado, y de la destrucción del gobierno de Libia y el asesinato de su líder, Mohamad Kadaffi, lo que ha sumido el país en el caos.

Brexit

El otro desafío es el complicado proceso de negociación de la salida de Gran Bretaña de la UE.

Después de más de dos años de negociaciones y de un acuerdo preliminar aprobado entre el gobierno británico y la UE, no se ha podido lograr su aprobación en el parlamento.

Luego de dos ampliaciones del plazo para su entrada en vigencia, la nueva fecha es el 31 de octubre, un día antes de que Ursula von der Leyen asuma la presidencia de la Comisión Europea. Si el parlamento británico no aprueba, el acuerdo se dará lo que se ha llamado un “Brexit duro”, no regulado, de consecuencias imprevisibles para la futura relación entre ambas partes.

“No queremos un Brexit duro”, dijo Von der Leyen. “No sería bueno para ambas partes”. Un Brexit sin acuerdo traería “consecuencias negativas enormes para las dos partes”, expresó.

Von der Leyen no descartó una nueva ampliación del plazo. “Si hubiera buenos motivos para un aplazamiento, estoy abierta a escucharlos”, afirmó.

Ha sido tan caótico el proceso de separación de Gran Bretaña de la UE que parece haber moderado la posición de quienes, en otros países, impulsaban también su salida de la UE. “Llama la atención que todos los populistas hayan quitado de sus programas sus propuestas de salida (de la UE). Parece que lo ocurrido con el Brexit ha sido instructivo, que sigue siendo mejor pertenecer a una comunidad fuerte”, agregó.

Ejército europeo

Presionada por el presidente norteamericano Donald Trump, para que incremente su gasto militar, Alemania enfrenta una situación incómoda en esta materia. Consecuencia de su derrota en la II Guerra Mundial, el ejército alemán quedó limitado en su desarrollo.

El mismo cargo de ministro de Defensa en Alemania es considerado difícil y de poca proyección política. Von der Leyen ha tratado de cambiar esto.

Consultada sobre la idea de formar un ejército europeo, estimó que se había avanzado en esa dirección. “Se ha formado una unión defensiva europea, con un fondo propio, que engloba a 25 países”. El objetivo es “coordinar de modo mucho más eficiente nuestras fuerzas armadas para estar preparados a actuar cuando Europa lo requiera”.

Von der Leyen recordó como, hace cinco años, Europa trató de actuar en Mali, pero no pudo. Una Europa confiada en sí misma, fuerte, debe ser capaz de aportar desarrollo económico, seguridad y estabilidad en su vecindario cercano, afirmó.

Rusia

 Las relaciones con Rusia son otro tema particularmente sensible para Europa. Sometida a sanciones por parte de Estados Unidos y Europa desde la anexión de Crimea, las relaciones con Rusia se ven afectadas también por las tensiones entre ese país y Ucrania.

“Rusia es nuestra vecina y lo seguirá siendo”, afirmó, al ser consultada sobre las relaciones con Moscú. Pero, agregó, “el Kremlin no perdona ninguna debilidad. Esa es la experiencia de los últimos años. Europa debe mostrar siempre que estamos dispuestos al diálogo, pero desde una posición de fuerza”.

Ofertas

Von der Leyen no logró una votación holgada en el Parlamento Europeo la semana pasada.

A pesar del apoyo explícito de las tres grandes familias políticas europeas –populares (conservadores), liberales y socialdemócratas— que suman 444 votos en un parlamento de 747, no le fue fácil superar la necesaria mayoría de 374 diputados. Logró, al final, 383 votos a favor, 327 en contra y 22 abstenciones.

Como la votación era secreta, no se sabe quiénes no siguieron la línea de partido, y se especula que solo pudo elegirse gracias a los votos de los “populistas”, tanto de italianos como de polacos.

Fue clave para su elección su discurso del martes, ante el parlamento europeo. Ahí ofreció algo a cada fracción. Prometió a los verdes que en sus primeros 100 días de mandato adoptaría una legislación para convertir a la UE en climáticamente neutra en el 2050. A los socialistas les dio su apoyo al establecimiento de un salario mínimo – que ya existe en 22 de los 28 Estados miembros– y un seguro de desempleo en la UE, además de una interpretación más flexible de las reglas fiscales, lo que aliviaría las políticas de austeridad impuesta por los alemanes a la UE.

Defensora de la paridad de género en las instituciones europeas, prometió también igualdad entre hombres y mujeres en los cargos por nombrar. “Las mujeres representan a la mitad de la población. Es obvio que se sienten en la mesa el mismo número. No son mejores que los hombres, pero son distintas”, explicó.

Alemania y Francia

Además de la exministra alemana en la presidencia de la Comisión, la francesa Cristine Lagarde, directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), asumirá la presidencia del Banco Central Europeo, hasta ahora a cargo del italiano Mario Draghi.

Asumen así dos cargos clave en las instituciones europeas dos mujeres conservadoras, representantes de dos países que han tratado de llevar, en conjunto, las principales orientaciones de la UE.

El presidente francés, Emmanuel Macron, que se había propuesto reforzar la alianza con Alemania para promover reformas de la UE, se ha confrontado, al final, con la poca disposición del gobierno de Berlín para respaldarlo.

Resta saber si dos nombramientos que parecen reforzar políticas que han generado desencanto en la UE y el papel predominante de Alemania, cada vez más criticado, contribuirán a dar un nuevo impulso a una institución que ha enfrentando más dificultades que éxitos en años recientes.

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