En esta era de la tiranía de la imagen, reflexionar en torno a la responsabilidad y la ética de quién toma fotografías no es un asunto menor.
No es un asunto menor pensar en cómo editamos fotográficamente la realidad y nosotros mismos en ella, y no solo manipulamos nuestras vidas, experiencias e identidad sino la de los demás cuando apretamos el botón de la cámara para hacer una foto.
Así lo entendieron los creadores del Espacio Lumínica, plataforma dedicada a la fotografía contemporánea en su amplia diversidad de manifestaciones, y que del 5 al 14 de octubre realizan virtualmente el Festival Lumínica Constelaciones con la presencia de 14 fotógrafos internacionales y 21 nacionales.
“Lumínica nace con la necesidad de que exista un espacio donde se pueda discutir, donde se pueda educar, cuestionar. No tenemos exposiciones de foto, no existe una institución de la imagen; existe el Centro de Cine, pero excluye la fotografía, no hay un archivo fotográfico histórico de Costa Rica para investigar”, señaló Mariela Víquez, Directora General de Espacio Lumínica.
Según precisó Viquez, más que un enfoque conceptual, la palabra ligada al festival y el espacio es lo contemporáneo, pues “nos interesan proyectos con un discurso fotográfico y artístico sólido, a través de investigaciones, y que no nos regimos bajo estándares fotográficos académicos”.
Esta segunda edición del Festival se divide en siete temáticas: Familia y memoria, territorio y paisaje sociopolítico, comunidad y colectividad, identidades, géneros y cuerpos, fotografía de moda y experimentación estética, historias, creencias y mitos, fotografía latinoamericana y contexto artístico contemporáneo.
El evento fue conceptualizado por el director artístico Joel Jiménez, quien es fotógrafo y realiza una especialidad en cine en Barcelona, España.
Está dirigido a todo público interesado en acercarse a la fotografía como modo de expresión cotidiana, y también a aquellas personas que busquen reflexionar sobre esta herramienta artística y de investigación.
Cada temática será abordada por dos invitados internacionales, quienes expondrán sus proyectos asociados a las áreas que configuran la programación.
Las actividades diarias del Festival incluyen una charla online a través de la plataforma Zoom sobre los procesos creativos de los participantes internacionales, con una cuota de inscripción para los interesados.
Asimismo, entrevistas a los invitados nacionales de acceso gratuito, que además presentarán sus proyectos artísticos; siete podcast con cada uno de los invitados sobre las siete temáticas, que serán subidas a la plataforma de streaming de alcance latinoamericano anchor.fm.
Además, se hizo una convocatoria abierta para revisión de portafolios, en la que las personas seleccionadas tendrán 30 minutos de intercambio con tres invitados internacionales y el director artístico de la edición de este año para presentar sus trabajos y proyectos.
La convocatoria está abierta a todo público nacional y extranjero y serán escogidos 10 concursantes.
Postfotografía en el Siglo XXI
Al reflexionar en torno a la fotografía, sus contenidos y usos en esta era de la imagen, Mariela Víquez, directora general de Espacio Lumínica, expresó que “los fotógrafos cargan una gran responsabilidad en su trabajo puesto que están editando la realidad, escogen una parte de esa representación que es la fotografía y luego incluso la vuelven a editar”.
En esta manipulación de la imagen, que no representa la realidad sino una ficción, el uso abusivo del photoshop y los filtros pueden distorsionar irresponsablemente el sujeto que fotografían.
Ocurre también a las personas que se toman un selfie y aplican los filtros para cambiar su propia imagen, y llegan a puntos de irrealidad en la que ya no distinguen entre la experiencia viva y la ficción.
“Ponés los filtros en tu foto y ya no querés verte de otra manera; he visto algunas personas que se hacen cosas en sus caras para parecerse a como los filtros las transforman”, dijo.
De acuerdo con Víquez, mucha gente no sabe distinguir entre la ficción y la realidad, y no se aceptan sin filtros, pero es más grave cuando es el fotógrafo o el editor quien manipula la realidad de otra persona. “No podemos llegar a esos niveles, menos hoy en día que estamos hablando de los cuerpos reales. No te dejan ni los poros de la piel”, aseveró.
En relación con el desarrollo de la fotografía en la actualidad muchos artistas trabajan la apropiación de la imagen a partir del concepto de la memoria, y conformando nuevos discursos tecnológicos mediante una herramienta como Google Maps en la que ni siquiera hay una cámara en sentido estricto.
Tal es el caso del mexicano invitado al Festival, Alberto Rodríguez, que utiliza Google Maps para realizar investigaciones alrededor de temáticas políticas y de denuncia.
Rodríguez implementa un proyecto ubicado del norte al sur de México, basado en la toma de screenshots de Google Maps sobre la policía; así se dio cuenta que fotografiarlos no es sencillo.
A estas nuevas modalidades de Internet se les llama la postfotografía, según lo acuñó el fotógrafo catalán Joan Fontcuberta. Esta forma de concebir la fotografía está ligada al celular y qué tanto se logra con un teléfono inteligente.
“¿Tenemos que ligarnos a tener un super equipo para hablar de un tema? Podemos hacerlo a través de herramientas como Zoom, el satélite, las redes sociales, los filtros de las apps que todo el mundo usa”, comentó Víquez.
En la actualidad, una buena parte de los habitantes del planeta produce una cantidad exorbitante de imágenes digitales al día, que son por definición intangibles. “¿Hacia dónde van, qué hacemos con todo eso?”, se preguntó Víquez.
“Si me roban el celular y pierdo los archivos de memoria, ¿pierdo mi memoria también?”, continuó.
El ritual de ver álbumes de fotografías se cambió por el hábito de hacer scroll en los celulares, y si se cuentan cuántas imágenes vemos al día, “creo que nos podríamos asustar”, apunta Víquez.
“Al final nos podemos preguntar de cuántas imágenes me acuerdo, cuántas quedaron registradas en mi memoria o qué siento a partir de estas imágenes. Esto me hace cuestionarme de dónde venimos, quiénes somos y hacia dónde vamos”.
Víquez también cuestiona que las jóvenes generaciones no poseen el sentido de la responsabilidad que implica tomar una fotografía. “No están conscientes del registro, de hacer stories y a cuánta gente más estamos fotografiando sin consentimiento”.
Tampoco las personas están conscientes de que han sido fotografiadas sin permiso. “¿Cuántas veces he sido vista en las fotos por otros sin darme cuenta, en la calle, en cámaras de seguridad, por Google Maps. Podríamos, entonces, hacernos la pregunta de ¿qué tan privada es mi identidad?.
Finalmente, Víquez enfatizó en que el Espacio Lumínica y su festival promueven el diálogo sobre la fotografía contemporánea y la necesidad de ser concebidos no solo como arte sino como documentos para preservar la memoria histórica del país.
Se lamentó de que en general los museos no exponen los proyectos de los fotógrafos; tampoco el Centro de Cine ni el Archivo Nacional resguardan las imágenes.
“Nos siguen concibiendo como constructores de imágenes comerciales y de alguna otra índole, pero ¿qué pasa con todas las otras imágenes, incluso de los pueblos indígenas que documentan día a día con sus celulares sus realidades?