Intersección Echoes: entre la sala de cine y el museo

Lo violento y sexual, entre otras facetas del cuerpo en una dimensión traumática, pero también artística, se expesan en la exposición audiovisual “Intersección Echoes: cuerpo, sexualidad e imagen. Lo humano y lo íntimo”.

La muestra permanecerá abierta hasta el 3 de septiembre en el Centro Cultural de España, en Barrio Escalante. En alianza con el Costa Rica Festival Internacional de Cine (CRFIC) y auspiciado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID), la muestra reúne a ocho cineastas españoles que abordan el tema del cuerpo, su relación con el mundo y con otros cuerpos, atravesado por miedos, afectos y transformaciones.

Los artistas reunidos en la exposición son Xoán Anleo, Carla Andrade, Laida Lertxundi, Maider Fernández Iriarte, María Cañas, Oihana Cordero, Virginia García del Pino y Xisela Franco.

La exposición fue curada por los españoles Gonzalo E. Veloso, fundador y director de Intersección, Festival de Arte Audiovisual Contemporáneo; y Lara Castro y Noa Castro, nacidas en Coruña y actualmente residentes entre Basilea y Galicia. Ambas curadoras se centran en realizar prácticas y discursos colaborativos, que combinan como dúo la investigación artística en proyectos curatoriales. Interesadas en los aspectos poéticos y políticos del acto de contar historias, exploran las interrelaciones entre narrativas e imaginarios colectivos, especialmente en el contexto de Galicia y A Costa da Morte.

De acuerdo con la curaduría, “ser cuerpo (humano) implica una responsabilidad y miles de posibilidades; en él proyectamos las imágenes culturales y sociales que nos ayudan a darle forma, a condicionarlo para contenerlo. Pero ser cuerpo implica también rebelarse contra estas formas, pensar el deseo y la identidad mediante la manipulación, la exploración, el cuestionamiento de su propio comportamiento en relación a lo que se nos enseña que somos, para ampliarlo exponencialmente, enriqueciéndolo hasta deformarlo, hasta trascenderlo y comprender que nuestro cuerpo está también en otros, conectado a una inmensa red. La intimidad se vuelve, entonces, un escenario común, en el cual representarnos y ensayarnos y, sobre todo, encontrarnos”.

El CCE invitó a Veloso a la inauguración de la exposición en San José el 21 de junio. En conversación con Veloso narró a este Semanario que el proyecto nació al invitar a la cineasta costarricense y programadora del CRFIC, Natalia Solórzano, al festival Intersección. A raíz de ese intercambio le propusieron la idea de la exposición audiovisual.

“Es un proyecto que se compone de dos muestras que se pueden ver tanto como exposición y como proyección de cine, que se comisarió al equipo de programación del festival por las hermanas Castro junto conmigo y fue ofrecida al AECID del Ministerio de Asuntos Exteriores de España”, explicó Veloso.

El festival Intersección venía colaborando con el Instituto Cervantes y llevó a cabo un ciclo de video creación gallega en más de cien países; luego elaboraron el proyecto que forma parte del catálogo de contenidos ofrecido de manera gratuita a las embajadas y centros culturales.

“Lo que hice fue proponerle a AECID vincular a la vez los programas a aliados locales como el CRFIC y, a través de Natalia, que se lo comentó al director del festival de cine, Fernando (Chaves), concretamos que se expusiera en el marco del Festival”, agregó.

Las producciones audiovisuales de la exposición se mostraron en el festival de cine de Uruguay, luego en el Centro Cultural de España en Rosario, Argentina, y en el Museo de Arte Moderno de Medellín, Colombia.

Intersección Echoes es un proyecto que se compone de proyectos de cine documental y de autor, instalaciones, cine ensayo y experimental, y diversas formas de géneros dentro del cine contemporáneo o el arte audiovisual contemporáneo.

La exposición consiste en loops de las obras que van desde los 10 segundos hasta los 45 minutos. “Hay una tendencia contemporánea de los cineastas y artistas que trabajan en vídeo a trabajar de manera hibridada entre la sala de cine y el Museo de arte contemporáneo, la galería; el festival se enmarca en esto y atiende a esas prácticas hibridadas o bastardas, que no son cine cine o vídeoarte”, detalló Veloso.

Así, el festival busca el tipo de creaciones que rompen esas fronteras de estructura, de técnica o tecnología, incluso de campo, producción, y economía, de vías de acceso. Por ello, las obras transitan libremente entre unos espacios y otros. “De hecho, en especial tenemos obras que se pueden ver como cortometrajes, exhibidas en la Bienal de Arte de Venecia, por ejemplo”, agregó Veloso.

La muestra trae ese espíritu, con piezas como el documental Amor siempre de Maider Fernández, que surge de una beca del Instituto de la Juventud (Injuve) de España, en que la artista resuelve la instalación como una película a pantalla partida. “El documental fue a festivales de cine alternativo en España bastante reconocidos”, destacó Veloso.

De este modo, la curaduría tiene que ver con intereses del festival en temas en general y disparidad de formatos de géneros, con artistas transgeneracionales y territoriales. “Es un panorama de la creación española contemporánea en la que hay de todo”, finalizó Veloso.

*La producción audiovisual becada con los fondos de Injuve fue “Amor siempre” de Maider Fernández, no así el documental “Día 13 de julio y día 12 de agosto”