Cada día, el equivalente a 15 camiones llenos de plástico van a dar al mar y océanos de Costa Rica.

Esa es la estimación del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo (PNUD) cuyos cálculos, además, indican que en el 2018 se desecharon 550 toneladas de plástico diarias que terminan en rellenos sanitarios y zonas marítimas.

Según la Estrategia nacional de sustitución de plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables 2017 - 2021, indica que el Ministerio de Hacienda reportó 600 millones de botellas de plástico desechables al año, de las cuales el 90% no son recolectadas y terminan acumuladas en las costas, cuencas hidrográficas y ambientes marinos.

El último diagnóstico sobre la situación de residuos sólidos en Costa Rica, efectuado en el 2007 por el Programa Competitividad y Medio Ambiente (CYMA) para la realización del Plan de Residuos Sólidos Costa Rica, determinó que la situación de gestión de residuos es uno de los principales problemas ambientales que enfrenta el país.

Costa Rica desecha 550 toneladas de plástico diariamente

Fuente: PNUD Costa Rica

Esos son solo algunos de los datos que han circulado en la discusión de los últimos meses sobre la necesidad de reducir -e incluso eliminar- el plástico en Costa Rica.

Precisamente la discusión se concretó en dos proyectos de ley, de los cuales de momento solo uno fue aprobado y se trata de la versión menos estricta, la que se limita a prohibir las pajillas y promover modelos educativos.

La iniciativa del legislador del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Erwin Masís, que en principio sí contemplaba la eliminación total, pero se suavizó.

El otro plan de ley fue presentado por la diputada del Partido Acción Ciudadana (PAC), Paola Vega y pretende reducir al mínimo el uso de plásticos mediante la creación de impuestos.

A nivel global se han desarrollado diversas investigaciones sobre el uso del plástico. En el 2008, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), realizó un estudio de 2517 personas en donde más del 90% fueron halladas con restos del plástico Bisfenol A (BPA) en su orina.

De acuerdo al estudio Contaminación de polímero sintético en agua embotellada, realizado por la Universidad Estatal de Nueva York en Fredonia, se analizaron 259 botellas de 11 marcas distintas en 9 países diferentes, en las cuales se ha detectado un promedio de 325 partículas de plástico por cada litro de agua embotellada analizada. Crédito: Archivo.

Posteriormente, la Academia Americana de Pediatría (AAP) determinó en el 2018 que tanto el BPA como el ftalato (otro tipo de compuesto químico utilizado en la elaboración de plásticos) están relacionados con problemas de salud como enfermedades del corazón, obesidad y diabetes tipo 2.

Ante este panorama, el proyecto Punto y Aparte y UNIVERSIDAD analizaron si es posible eliminar por completo o reducir drásticamente el plástico en el país.

Uno de los riesgos de hacerlo, si primero no se cambian los hábitos de consumo, es la proliferación de fábricas clandestinas y el traslado de una actividad desde la economía formal a la informal, señaló Juan Carlos Piñar, representante del PNUD Costa Rica, quien sin embargo considera que la única solución definitiva es la prohibición total.

“Mientras haya alguien que consuma, hay alguien que lo venda. Entonces la solución total escrita no está, aún no es el momento, todo es por etapas” dijo Piñar.

La segunda cuestión se relaciona con cuáles alternativas renovables y compostables se pueden emplear en lugar del plástico.

Alternativas al plástico de un solo uso

Fuente: Estrategia nacional para la sustitución de plásticos de un solo uso por alternativas renovables y compostables

Aunque es claro que la lista no es taxativa y que existen otros productos pues la industria del plástico es la tercera más grande de Costa Rica, además, de ser la encargada de importar la mayor cantidad de plástico a toda Centroamérica, según aseguró Piñar.

El estudio del Impacto Económico del Impuesto al Plástico realizado por la Universidad de Costa Rica, el Instituto de Investigaciones en Ciencias Económicas (IICE) y el PNUD determina que las importaciones de plástico se duplicaron entre enero 2011 y el enero 2019, pasando de un 1.4% a un 1.8%.

Asimismo, se identificaron 131 empresas importadoras principalmente de productos plásticos, que generan 13.406 empleos a nivel nacional según el estudio del Impacto Económico del Impuesto al Plástico.

131 empresas importadoras

Fuente: Estudio del impacto económico del impuesto al plástico

Frente a este escenario, de eliminarse o reducirse ampliamente el uso de plástico se vería afectada una parte importante de la economía del país.

Además, según Alonso Muñoz, profesor de la Universidad de la Paz y fundador de la organización La Verdad sobre el Plástico, es fundamental comprender que la definición de plástico es abierta y genérica, ya que cuando se buscan sustitutos del plástico, hay que evaluar si es realmente necesario hallar sustitutos.

“Se pueden comprar bebidas en plástico o en vidrio; el vidrio se puede utilizar infinitas veces, el plástico no. Entonces siempre hay sustitutos. El hecho de buscar un sustituto recae en la creatividad y necesidad de encontrarlo. Por ejemplo; ¿es necesario el sustituto de una pajilla? O simplemente podemos descartarla”, dijo Muñoz.

Asimismo, Muñoz señala que optar por otros materiales desechables que reemplacen al plástico no es la solución. Por lo que el planteamiento para reducir el plástico debería ser evaluado desde la óptica de cómo hacer un mejor uso del plástico, basado en un modelo de economía circular; es decir, un sistema de aprovechamiento de recursos donde prima la reducción de desechos, al mismo tiempo de utilizar la mayor parte de materiales biodegradables posibles.

Se deben considerar las variables relacionadas a ciertos plásticos que son irreemplazables, como en el caso de los cables de electricidad o los artefactos automovilísticos que ahorran energía. “Hay cosas que deberían ser hechas de plástico y otras que no. En donde hemos fallado como sociedad es sabiendo dónde está esa diferencia” afirmó Muñoz.

El PNUD sostiene que la economía circular, que consiste en rechazar, reducir, sustituir y reciclar, sigue siendo el método más efectivo para reducir el impacto ambiental en Costa Rica.

El objetivo de esta estrategia es instar a los consumidores y al sector económico para que se sumen a las alternativas provenientes de fuentes renovables y que puedan ser compostables, con el fin de satisfacer la demanda y generar un entorno saludable. Este accionar tiene un factor gradual que reduce los plásticos de un solo uso, sin prohibir el uso del material en general.

En Costa Rica, según el Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) en el año 2018 se reciclaron 264 toneladas de residuos por día. Asimismo, 23 municipalidades y dos consejos de distrito, prohibieron a sus proveedurías comprar plástico de un solo uso.

Producción de cemento

El relleno sanitario El Huaso ubicado en Aserrí ha realizado esfuerzos por darle un mayor tratamiento a los residuos sólidos, a través de la empresa Holcim Costa Rica y su subsidiaria Geocycle, para así convertir los desechos en una fuente de combustible para la producción de cemento.

Según Huber Martínez, ingeniero ambiental de EBI Costa Rica, por día 1.200 toneladas de desechos sólidos llegan al relleno, provenientes de 31 cantones del Área Metropolitana.

La mayoría de desechos recibidos son bolsas, botellas y pajillas plásticas. El 80% de los desechos sólidos podría ser reutilizado.

En esta área se depositan en el suelo los desechos sólidos, los cuales se esparcen y compactan reduciéndose al menor volumen posible para que ocupen un espacio pequeño. Posteriormente se cubren con una capa de tierra y se compactan nuevamente al finalizar el día.

Además, se encuentra en funcionamiento la primera estación de residuos municipales a nivel industrial, la cual cuenta con una capacidad de separación de basura de 100 kilogramos al día, que luego son distribuidos a las instalaciones de Holcim en Cartago.

El procesamiento de la planta consiste en separar los materiales valorizables por su energía a través del coprocesamiento, para así convertir los residuos en combustible o materia prima alternativa, en este caso cemento.

Con esta iniciativa se pretende generar un mayor aprovechamiento de materiales como el plástico, a través del uso del suelo y así disminuir el impacto de las emisiones que se generan por los desechos enterrados en el relleno.