La boxeadora nicaragüense-costarricense Yokasta Valle Álvarez defendió de manera exitosa su título mundial de las 105 libras de la Federación Internacional de Boxeo al noquear, la noche del sábado 8 de febrero, en el sexto round (sobre un máximo de 10 posible que tienen las peleas de boxeo femenino) a la filipina Carleans Rivas en el BN Arena del Complejo Deportivo Heiner Ugalde en Hatillo; precisamente el asalto en que la oriental había prometido imponerse.
Valle, de 27 años, utilizó su pegada de derecha principalmente y el juego de piernas que ha trabajado por años con su entrenador Marco Delgado para eludir las ventajas de la filipina (estatura y alcance de brazos) y golpearla en donde pudiera minar sus fuerzas, para hacer que el árbitro parara la pelea en el vigésimo minuto de 30 posibles.
Esa noche de sábado se evidenció en el cuadrilátero el trabajo hecho en la playa y en la montaña, pues parte del entrenamiento incluía correr ya sea subiendo el friísimo Volcán Poás de madrugada, en la plana y ardiente playa de Puntarenas o en la media altura del Parque Metropolitano La Sabana. Todo con el fin de desarrollar su fortaleza de piernas, zona que tanto para ella como para Delgado es primordial.
En los segundos posteriores a su pelea, explicó que en los siguientes días debía definir con su promotor Mario Vega los detalles para los próximos combates, pero antes debía cumplir con un período de tres a cuatro días de descanso, prescrito por Delgado, quien también entrena a la menor de las hermanas Valle, Naomi; a Jennifer Rodríguez y a Yeriel Ziesar.
UNIVERSIDAD profundizó con Yokasta Valle sobre los pormenores de su triunfo, la realidad del boxeo femenino en términos monetarios a pesar de sus éxitos, las lecciones de sus dos únicos combates perdidos y su negocio virtual de ropa deportiva que apenas está empezando.
¿Cuál es el principal motivo de su triunfo contra Carleans Rivas?
—El motivo del triunfo, aparte del entrenamiento de lunes a lunes, es la excelente preparación que tuve. Junto a mi entrenador, Marco Delgado, Francisco Portilla… fue mi esquina.
Mi esquina es como clave para obtener los resultados que tuvimos que fue el nocaut en el sexto round, la motivación, seguir lo que me diga mi entrenador porque la esquina es muy importante. Que me digan, por ejemplo: ‘Yoka, entre’. Porque en el primer round como que me faltó, y luego ya cuando llegué al descanso, ahí fue cuando Marco me dijo ‘Yoka, tiene que dar un pasito más, porque es la distancia’. Entonces hay cosas en que puedo estar muy bien preparadísima, pero la esquina es primordial para cualquier boxeador.
¿En qué sentido le ayudó el que la pusieran a correr en lugares de alturas tan diferentes como el Volcán Poás o la playa de Puntarenas?
—El boxeo no es solo de brazos, es bastante de piernas; entonces nosotros siempre nos preparamos demasiado bien, me ayudó bastante el Volcán Poás que es de bastante altura, el frío, el respirar aire puro, la fuerza. Entonces esa hora y media de subir al volcán me da una fuerza increíble en las piernas, que en el boxeo es bastante de piernas.
Hay que estar bastante fuerte, más con una Carleane Rivas que es campeona de las 112 libras y es otro peso, que ella manejaba súper bien. Entonces, parte de la estrategia era quitarle la distancia, ir hacia adelante, tirar mucho golpe, y eso fue lo que hicimos. Para lograr lo que hicimos el sábado ayudó eso, tener mucha fuerza en las piernas. Por eso fueron las corridas del Volcán Poás, y también la velocidad, que se trabaja a la hora de ir a Puntarenas y La Sabana.
¿Cuál de las dos maneras de ganar un título le sabe mejor: en patio ajeno, como hizo en agosto ante Joana Pastrana, o defenderlo en casa ante toda su afición como hizo el sábado (8 de febrero)?
—Las dos maneras. Porque en España, contra todo, le quité el título a la campeona —ya era la tercera defensa— aunque no tuviera el apoyo de la gente. Pero aquí sí es algo más emotivo, más apoyo de la gente, el cariño.
Obviamente no es lo mismo pelear afuera o aquí en el país, entonces se siente demasiado lindo el apoyo de la gente y más todos gritando ‘Yoka’. Eso me da muchísima más fuerza para tirar más golpes. Yo dije: ‘no, eso entonces no es solo para m’. Vinieron a verme a mí, entonces voy a darles el espectáculo que se merecen’, e iba con todo.
Se sabe que entre la afición costarricense se valora más el boxeo femenino por lo que pueden hacer usted y, en su momento, Hannah Gabriels; pero en términos monetarios, ¿qué tan infravalorado lo percibe?, sabiendo que hay peleadores tipo Mayweather (Floyd, boxeador estadounidense) o Canelo (Saúl Álvarez, mexicano) cuya bolsa es de varios millones de dólares sin importar los resultados, mientras que a ustedes, por más título mundial, les pagan bolsas mucho menores?
—En eso no hay ni comparación, bolsas…estamos hablando de Mayweather o Canelo que son otro nivel. Igual a nosotras las mujeres por más campeonas mundiales, por más campeonatos mundiales que tengamos no se nos va a valorar de la misma manera.
Pero igual nosotras estamos abriendo este camino en el que las peleas de nosotras a veces son mejores que las de ellos. Entonces sí, va poco a poco rompiendo este estigma de que el boxeo es solo de hombres. También es de mujeres y nosotras podemos dar más espectáculo que ellos. No me “agüeva”, no me pone triste que digan que soy campeona y no gano como ellos; no, porque yo digo que es algo que se va viendo poquito a poco, y me voy valorando como campeona.
¿Cómo surgió su empresa de ropa virtual, Yoka Sports Wear?
—Estoy empezando, apenas tengo gorras, camisas deportivas, y me ayudaron una pareja a la que yo le empecé a dar clases de boxeo, que se llama Vanessa y Francisco Mesén. Ellos me están ayudando un montón, me ayudaron a la hora de las gorras, las camisas, y sale atrás Yoka Sports Wear y sale unos guantecitos en forma de corazón, que esa es mi marca. Pero vamos ahí, poquito a poquito, para seguir con más ropa deportiva.
¿Cuánto le alegra saber que además de usted, ganaron quienes se entrenan a su lado (Jennifer Rodríguez y Yerel Siezar)?
—Yerel Siezar es la promesa que, Dios primero, peleará título mundial este año. Jennifer y Nao (Naomi Valle) son las promesas, que van poco a poco en el boxeo. Sabía que iban a ganar, ya que si están con Marco Delgado van a estar bien preparadas igual que yo.
De las dos derrotas que tuvo en su carrera (ante Naoko Fujioka, japonesa, y Tina Ruprecht, alemana, a finales de 2017 e inicios de 2018), ¿cuáles fueron los mayores aprendizajes que le quedaron en lo sucesivo para no volver a caer después de eso?
—La primera derrota la tuve en Japón; Naoko es una boxeadora experimentada, duramos los diez asaltos y se convirtió en cinco veces campeona mundial y aprendí mucho. En Alemania lo que aprendí fue a no perdonar; que cuando uno pelea afuera no hay que dejarle duda a los jueces, ya que me robaron la pelea.