Deportes

UCR estrena equipo de fútbol femenino en Primera División

El nuevo representativo universitario estará a cargo de la entrenadora Cristián Tapia, subcampeona nacional con Cartago en 2005

El Club de Futbol de la Universidad de Costa Rica también tendrá un equipo femenino que disputará el campeonato nacional de Primera División.

La nueva escuadra celeste fue presentada el 5 de mayo en las instalaciones del Centro de Investigación y Capacitación en Administración Pública (Cicap).

El grupo está integrado por futbolistas de entre 16 y los 30 años de edad, que sueñan con conformar un proceso para ser competitivas durante un campeonato que será más corto que de costumbre, ya que en esta edición no se jugarán dos torneos, sino uno solo.

Además, para este campeonato tendrán la presión adicional de que en vez de un descenso directo y una promoción por la permanencia entre el penúltimo de Primera y el subcampeón de la segunda, el torneo tendrá ahora tres descensos directos al terminar la temporada regular, programada para iniciar el 7 de mayo y acabar el 1° de octubre, para cumplir el  objetivo de la Unión de Fútbol Femenino (Uniffut) de reducir la cantidad de equipos de 10 a 8 para la temporada 2018.

Por otro lado, los cuatro primeros de la fase regular ingresarán a una cuadrangular final, cuyo ganador enfrentará en final a visita recíproca al mejor equipo de la temporada regular, excepto si el mismo equipo repite ambas fases, en cuyo caso será campeón automáticamente.

Tapia busca proceso

Cristián Tapia es la máxima responsable técnica designada al mando del equipo universitario. Con 44 años de edad, su máximo logro deportivo es un subcampeonato con Cartago en 2005.

Ahora, con el equipo universitario, tiene el reto de amalgamar un conjunto de jugadoras que apenas están empezando a conocerse y a entrenar juntas.

“La principal expectativa sería hacer una diferencia en el fútbol femenino no solo en la parte táctica, física, sino como equipo. Una nueva historia viene en disciplina, compromiso, en entrega, ver a la mujer integralmente, no solamente jugando en una cancha sino con el apoyo que va a tener detrás del fútbol femenino”, explicó al consultársele sobre sus metas en el equipo.

Su mayor interés es una mejora sostenida y paulatina en el rendimiento y en la integración de sus jugadoras: “Los objetivos que tenemos es buscar el proceso, ir creciendo conforme vayamos buscando la integración de los jugadores, tenemos una semana de haber conformado el equipo, entonces vamos a ir poco a poco, buscando esa excelencia, ese nivel de compromiso y entrega, ese nivel dentro de la cancha, pero la prioridad ahorita es un proceso que vamos a llevar poco a poco”.

Tapia también está conociendo a sus jugadoras y su cuerpo técnico, completado por su asistente Yendry Cambronero y la preparadora física Ruth Sáenz, ya que su designación llegó el 2 de mayo y ya para ese momento se había encontrado el camerino armado.

Conociéndose

Una de las jugadoras, Joselyn Barboza, aseguró el día de su estreno ante Moravia que ellas se enteraron de la participación del club con tres semanas de anticipación al torneo. “Para nosotras las jugadoras esto ha sido como una sorpresa, hace menos de 22 días nos dieron la noticia. (…) Nosotras tenemos como una semana de haber entrado a entrenar, unas vienen de la Universidad Nacional, yo que soy de la UCR, otras vienen de San Francisco”, explicitó en transmisión por Canal 13.

Las enormes diferencias entre ellas y un club campeón, base de la Selección Nacional, se plasmaron en la cancha con un 8-0 de escándalo a favor de las moravianas. Sin embargo, las celestes conservaron un discurso de calma al final del juego y orgullo por lo hecho dentro de las posibilidades de un club apenas armado contra las campeonas nacionales.

Para Sáenz lo más importante ahora es trabajar la actitud y el acople, pues, en su criterio, la parte física de las jugadoras llegó a su límite con el hecho de bregar bajo una temperatura alta en un césped sintético del Colleya Fonseca, sede moraviana, que les produjo ampollas en los pies desde el primer tiempo.

“Ahorita la parte que más queremos trabajar es la parte emocional (…). Por ahí nos ha costado acomodarnos, es la primera vez que jugamos juntas, que las chicas se paran en el campo de juego, entonces nos ha costado la parte de que ellas vayan conociéndose (…). Aun así, para ser el primer partido, iniciando en el campeonato como equipo, me parece que las chicas han aguantado”.

La capitana Marianela Redondo resumió el resultado como experiencia para el grupo. “La pérdida también nos refleja que se necesita trabajar, y se ve que hay mucho en qué trabajar. Pero no importa, se está empezando, nos tocó con el campeón nacional, y yo creo que se vieron cosas importantes, tanto positivas como negativas, entonces la pérdida nos enseña en qué hay que trabajar y en qué hay que enfocarnos, y yo creo que es experiencia para el grupo que son muchas jugadoras nuevas”.

Finalmente Tapia también se mostró satisfecha en términos generales con el desempeño del club, más allá del marcador abultado. “Lo más importante fue que querían mantener las líneas juntas (…), lamentablemente las piernas no les daban al final, parte de ir sumando espacios de entrenamiento es lo que nos va a llevar a hacer algo mejor, pero creo que cada una de ellas dio su esfuerzo y cada una entendió la idea del bloque”.

A pesar de que el “Cuty” Monge es la sede oficial de las celestes, estas tuvieron que trasladar su juego ante Liberia al Sanjuaneño de Tibás por la final del fútbol aficionado masculino entre San Rafael Abajo y Santa Ana. Ante las liberianas el cuadro de Tapia mostró cierta mejora, pero siempre cayeron 0-2.

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