Deportes Hanna Gabriels, campeona de la OMB y la AMB en superwelter femenino

“Siempre busco una mejor versión de mí misma”

Tras defender los títulos de la Organización Mundial de Boxeo (OMB)y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en superwelter femenino ante la canadiense Natasha Spence

Tras defender los títulos de la Organización Mundial de Boxeo (OMB) y la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) en superwelter femenino ante la canadiense Natasha Spence, la pugilista costarricense Hannah Gabriels busca nuevos retos contra otras competidoras.

Para ella el boxeo es una herramienta de seguridad y autodefensa, una terapia de pareja compartida con su esposo Bryan Vásquez, también boxeador, y una oportunidad para educar a la hija de ambos, Mía, sobre el deporte.

En entrevista con UNIVERSDAD, la campeona habló de sus próximos planes y de cómo su vida familiar se combina con el deporte que tanto ama.

¿Cuáles considera que fueron las principales claves del triunfo ante Natasha Spence?

-El trabajo en equipo, los criterios que hay detrás del entrenamiento de mi entrenador Pedro González, mi esposo Bryan Vásquez, y el mío. Después, ir a la pelea enfocados en la estrategia y estar muy consciente del trabajo que se va a hacer, apegarse a la estrategia, y no perder la calma.

¿Cuáles son sus planes de preparación para defender el título?

-En este momento estamos levantando el presupuesto para la preparación. Estamos viendo a ver si alguna marca nos quiere acompañar en el proceso. Hay varias opciones: Lisa Napoleón, Oxandia Castillo y Mikaela Lauren. Lo importante es estar en condiciones de pelea en cualquier momento.

¿En qué aspectos ha progresado desde su primera pelea y en cuáles le falta por mejorar?

Desde mi primera pelea he mejorado un mundo. Yo no tenía las bases boxísticas,  pero el hecho de haber hecho atletismo por mucho tiempo me ha facilitado el tema de la condición; también la dedicación y la constancia hacen la diferencia. Considero que mi cualidad más importante es mi facilidad para aprender. Por mejorar, me falta todo. Yo nunca me siento satisfecha por completo con lo que se logra. Eso es bueno, porque me mantengo buscando una mejor versión de mí misma en ese sentido.

¿Cuánto ha progresado el boxeo femenino nacional a raíz de exponentes como usted o Yokasta Valle?

Hay muchos otros más nombres en el boxeo femenino. Conforme ellas se vayan esforzando y haciendo su trabajo pues va a reforzar el camino que ya he hecho yo. Hay mucho qué demostrar, el boxeo va avanzando pues hay más exponentes y eso es bueno.

¿De qué manera inspira a las niñas que quieren incursionar en boxeo?

Lo importante es que ellas tengan la posibilidad de hacer lo que les gusta, que no haya impedimentos, y si los hay que estén dispuestas a “comerse la bronca”. Al final es un tema de seguridad también. Vivimos en un país donde el acoso callejero es diario, también hay mucho abuso, entonces es realmente gratificante que haya niñas y mujeres que piensen incursionar en ese deporte, tiene muchos beneficios a nivel físico y mental.

¿Cuánto la fortaleció su experiencia en EE.UU. con una relación tóxica previa?

-Me ayudaron a reconocer cuando una persona es tóxica y no acercarme a ella. Después de esa relación fui una persona muy libre, muy tranquila, no quería enredarme con gente problemática y que me “chupara la energía”. Eso solo me dio a conocer a mí con cuáles personas me mezclo, en especial si es mi complemento y mi pareja sentimental.

¿Cómo ha combinado su carrera boxística con la crianza de Mía y cómo coordinar con Bryan para hacerla lo más igualitaria posible?

-En los primeros años mi mamá fue la que me ayudó a cuidar a Mía, y eso me facilitó mucho las cosas. Si ella no hubiera estado mientras Bryan y yo aprendíamos a ser padres, no hubiera podido recuperar mis títulos. Ahora estamos solos. Cuando cualquiera de los dos lo necesita nos pedimos el favor y organizamos el tiempo de modo que podamos cumplir con las responsabilidades. El apoyo de la tía de Bryan ha sido indispensable en estos días. Había días en los que yo tenía que entrenar en la mañana y Bryan no podía cuidar a Mía, entonces ella nos tendía la mano.

¿Cuando entrenan con conflictos de pareja frescos, cómo evitan trasladarlos fuera del ring de boxeo o que afecte su desempeño en el entrenamiento?

-Cuando tenemos conflictos de pareja nos damos nuestro espacio. Procuramos no caer en faltas de respeto o hablarnos en tonos que vayan a herirnos. Cuando vamos al entrenamiento es relajante porque ocupamos nuestra mente en otra cosa. Él me explica cosas que hace, yo le digo “me parece que puedo hacerlo mejor de esta forma” y de repente el conflicto ya no es conflicto, porque ya logramos un acercamiento. Después, ese diálogo lo pasamos a la pareja. El boxeo ha funcionado como un mediador que nos facilita mucho las cosas y cuando no nos entendemos bien afuera utilizamos lo del box como una técnica para comunicarnos.

¿Si alguno en el entrenamiento se da un golpe más fuerte de lo normal que requiere sutura, cómo lo manejan?

-Tenemos amigas y amigos doctores. Yo he tenido una costilla fracturada o una nariz quebrada, a Bryan a veces le molesta la muñeca, entonces nosotros estamos en comunicación constante con las amistades que tenemos y lo manejamos de esa forma.

¿Cuál es la reacción de Mía cuando los ve golpeados?

-Mía a veces ni se da cuenta de que estamos lastimados. Sin embargo, ahora después de la pelea que tenía el ojo morado, ella me agarró y me dijo “sana, sana, culito de rana”, me daba un beso  todos los días cuando nos levantábamos. Entonces ella se lo toma muy tranquilo, sabe que no hay violencia en esta casa, que las cosas se tratan con amor y respeto. Eso nos ha ayudado muchísimo a que vea el boxeo como lo que es, un deporte con algunas consecuencias físicas y nada más. Ella lo ve como un “sana, sana, culito de rana”.

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