Luego de haber superado el 60% de la última fase eliminatoria rumbo a Rusia 2018, la Selección masculina de fútbol de Costa Rica tendrá en medio el principal, aunque un tanto desprestigiado, torneo de Concacaf: la Copa Oro.
En este certamen, el seleccionador Óscar Ramírez busca que el equipo realice el mejor papel posible, pero tiene por otro lado una encrucijada: tras el empate sin goles ante Panamá y el gane 2-1 ante Trinidad y Tobago en eliminatorias, ambos juegos en casa, un sector de la afición y la prensa busca su salida, pues el desempeño no llenó pese a que se ganaron los puntos.
Sin embargo, otros pregonan que lo más importante en este año es ganar los partidos eliminatorios como sea, y la Copa Oro debe quedar en segundo plano.
Los principales argumentos a favor de usar un mismo equipo en ambos torneos radican en llevar lo mejor, mostrar un alto nivel en ambos torneos, y buscar emular el subcampeonato de la Copa Oro 2002.
Además, se evita que el equipo base pierda ritmo de competencia y a Ramírez se le facilitará el hecho de que ya le entienden su sistema de juego y se lo conocen a la perfección, pues la mayor parte fue entrenada por él cuando estuvo al frente de Liga Deportiva Alajuelense.
Por otro lado, quienes exigen la rotación se basan en que los seleccionados que vienen terminando temporada, sobre todo los de las Grandes Ligas europeas (España, Inglaterra, Italia, Portugal) necesitan descansar ahora para no llegar sobrecargados a setiembre y octubre, cuando se decide la clasificación al Mundial Rusia 2018.
Para eso se basan en el proceso eliminatorio a Sudáfrica 2010, en la que tras una primera vuelta impecable, la Selección Nacional se desplomó en la segunda y dejó ir un boleto mundialista que parecía fijo: primero en Estados Unidos y luego en un repechaje ante Uruguay, por el nulo descanso del equipo base de entonces.
Otro argumento es que el torneo de Copa Oro está desprestigiado debido a señalamientos arbitrales tendientes a favorecer a México o a Estados Unidos, por lo que no valdría la pena poner el primer equipo en ese torneo.
Además, en la primera fase del torneo confederativo, se jugará contra Honduras, Canadá y la Guyana Francesa, rivales de menor calado que aztecas o estadounidenses. Los hondureños también querrán reservarse sus mejores hombres para el proceso a Rusia, pero igual va presionada por el descontento de prensa y afición con su selección y con su entrenador, Jorge Luis Pinto. Canadá se está fogueando para el proceso Qatar 2022 y Guyana enfocará todo en este torneo al no poder disputar eliminatorias mundialistas.
Los convocados
Para el torneo regional Ramírez decidió guardarse al portero estelarísimo del Real Madrid y la Selección Nacional, Keylor Navas, y enviar a Danny Carvajal, Leonel Moreira y Patrick Pemberton, porteros titulares en sus equipos.
En la línea defensiva se convocó a un Cristian Gamboa con un poco más de ritmo de juego en el Celtic escocés que en el West Bromwich inglés, a José Salvatierra, Michael Umaña y Kenner Gutiérrez con dos meses sin jugar, Giancarlo González que es habitual en el Palermo salvo por expulsiones, Francisco Calvo y Ronald Matarrita en curva ascendente porque la MLS está en desarrollo y Bryan Oviedo que, pese a terminar su temporada con el Sunderland inglés, viene jugando desde el 17 de mayo habitualmente tras recuperarse de varias lesiones.
También estarán los jugadores de Herediano Johnny Acosta y Juan Pablo Vargas, de los cuales el primero es habitual en equipo y selección, mientras el segundo recién se incorporó tras ayudar a salvar del descenso al extinto Belén a mediados de abril.
En el mediocampo, llegan David Guzmán, Johan Venegas y Rodney Wallace, también militantes en la MLS, Joel Campbell y Bryan Ruiz, ambos del Sporting Club de Portugal, aunque el primero con menor cantidad de minutos que el segundo; Ulises Segura, con el reto de consolidarse en la Selección tanto como en Saprissa; Randall Azofeifa, del Herediano, con la misma característica; Yeltsin Tejeda, jugador del Lausanne suizo, con el reto de volver al nivel de Brasil 2014.
Como delanteros, están Marco Ureña, jugador en la MLS, Ariel Rodríguez, quien juega en Tailandia, y David Ramírez, recién incorporado al Saprissa tras un paso sin pena ni gloria en el Moreirense portugués.
Consultado en conferencia de prensa si temía un escenario igual a 2010, el seleccionador argumentó que su escogencia obedece a una mezcla entre lo que le expresan los jugadores sobre su estado físico y lo que él observa.
“Hay circunstancias individuales que hablamos cada elemento, argumentos de poca participación, que al final no fueron tomados en cuenta por sus equipos, entonces valoramos todos esos aspectos más otros que vamos a valorar integralmente y por ellos se toma la decisión. Pusimos en la balanza qué era lo mejor, y de acuerdo con lo que ellos pensaban, y lo que nosotros como cuerpo técnico, y sobre eso se toman muchas decisiones”, afirmó Ramírez.
Otro motivo de peso fue la gran cantidad de amonestados, por lo que deberá cuidarlos para el torneo eliminatorio. Finalmente, ante la Federación, reiteró su interés por ver jugadores y que hay un tipo de futbolistas para cada partido, a raíz de los eternos cuestionamientos de todas las convocatorias sobre por qué tal o cual jugador.
